Los pueblos de Europa se niegan a aceptar que “sus” gobiernos y monopolios les hagan pagar la crisis que no generaron.
Los pueblos de Europa se niegan a aceptar que “sus” gobiernos y monopolios les hagan pagar la crisis que no generaron.
En el marco de la nueva oleada de movilizaciones que recorre el viejo continente, miles de personas se movilizaron el miércoles 18 en varias ciudades de Rumania (Europa oriental), en contra de los planes de ajuste implementados por el gobierno. Fue el séptimo día consecutivo de marchas: los manifestantes exigen la renuncia del presidente Traian Basescu, el primer ministro Emil Boc y el ministro del interior Traian Igas, responsable de la represión policial que dejó al menos 60 heridos. El gobierno acusó a los manifestantes de “obstaculizar las perspectivas de crecimiento económico”, y advirtió que “la violencia no será tolerada”.
Las manifestaciones en Rumania comenzaron cuando el doctor Raed Arafat, funcionario del área de Salud, renunció en oposición a un proyecto de ley que privatizaría parcialmente algunos servicios de emergencia. El mismo miércoles, el primer ministro Boc trató de echar agua a la indignación popular anunciando la suspensión del proyecto y la reposición del renunciante. Pero las movilizaciones se extendieron, convirtiéndose en una expresión general de repudio a las políticas de “austeridad” y pobreza.
En el fondo de las protestas están no sólo la misma crisis y la misma política antipopular que padecen todos los pueblos europeos, sino también la misma “troika” imperialista (FMI-Unión Europea-Banco Central Europeo) que estrangula al pueblo griego imponiéndole masivas políticas de hambre y desocupación. Como consecuencia de la crisis económica en Europa, el Producto Bruto Interno (PBI) de Rumania cayó un 7,2% en 2009 y el gobierno ultraliberal rumano fue “rescatado” con un préstamo de 20.000 millones de euros de la “troika”. A cambio de ese salvavidas de plomo, esos organismos exigieron al gobierno que implementara un “plan de austeridad” antipopular similar al que auspician en toda Europa, con aumento de impuestos y un recorte del 25% al salario de los trabajadores estatales.
Rumania se incorporó a la Unión Europea en 2007. Su inclusión sólo se tradujo en pobreza y pensiones congeladas.
El viernes 19 volvió a haber protestas en toda Rumania.