La clase obrera y el pueblo argentino, así como las revolucionarias y revolucionarios del mundo entero, hemos perdido a uno de los más grandes marxistas leninistas maoístas de nuestros tiempos.
Otto Vargas puso su vida al servicio de la revolución en la Argentina, desde su juventud. Nacido en la localidad rionegrina de Luis Beltrán, Choele Choel, el 3 de septiembre de 1929, se afilió a la Federación Juvenil Comunista a los 19 años en la ciudad de La Plata, donde estudiaba Derecho.
Ya como dirigente de la FJC cumplió tareas internacionales. Fue parte de la organización de cuatro ediciones del Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes (en Berlín, Budapest, Varsovia y Moscú). En 1958 viajó a Cuba a realizar trabajos clandestinos vinculados al proceso de la Revolución Cubana. Triunfante la Revolución, Otto vuelve a Cuba donde conoce al Che Guevara. En 1960, Vargas fue parte de la presidencia del Primer Congreso Latinoamericano de Juventudes realizado en La Habana, que fuera inaugurado por el Che.
Eran años de gran debate entre los comunistas y revolucionarios de todo el mundo, tras el triunfo de las tesis revisionistas en el 20 Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS), y la restauración del capitalismo en la URSS en 1957.
Otto Vargas se puso al frente de la lucha contra el revisionismo y la traición en la dirección del Partido Comunista, que se había transformado en una traba para avanzar en el camino revolucionario y que había abandonado al Che Guevara. Por eso encabezó la fundación y construcción del Partido Comunista Revolucionario, al que dirigió desde sus orígenes. Se puso al frente del contingente de jóvenes, fundando el 6 de enero de 1968 un Partido para que la clase obrera tuviera su herramienta y junto a los campesinos, pudieran unir al pueblo en la lucha por su liberación.
Nuestro secretario general impulsó siempre que estudiemos la historia de luchas gloriosas de la clase obrera, y en concreto las que se daban en el momento de la fundación del PCR, cuando se vivía una oleada revolucionaria en nuestra patria, para aprender de ellas, y del camino de las puebladas. Parte de este proceso fue la recuperación para el clasismo del Smata Córdoba, encabezada por nuestros camaradas René Salamanca y César Gody Álvarez.
Otto Vargas, aprendiendo de la utilización de masas desocupadas durante el nazismo alemán, defendió la organización clasista de los desocupados para la lucha, y los caracterizó como una de las “tres patas” del movimiento obrero, junto a los ocupados y jubilados.
En 1972, en los años de lucha contra las dictaduras de Onganía y Lanusse, nuestro PCR fue reconocido por el Partido Comunista de China como partido hermano. En nuestro tercer Congreso, a instancias de Otto Vargas y otros camaradas, adscribimos al marxismo-leninismo-maoísmo. Defendiendo y desarrollando estas herramientas teóricas, y analizando el proceso de restauración en la Unión Soviética, Otto Vargas, a la vuelta de un viaje a China en 1979, denunció que en la patria de Mao Tsetung se había restaurado el capitalismo.
En esos años, mientras dirigía a nuestro Partido en la lucha antigolpista primero, y contra la dictadura videlista después, Vargas acuñó la frase “los maoístas hemos quedado guachos”. Remarcando que la lucha del proletariado contra la explotación y de los pueblos por su liberación iba a continuar, Vargas encabezó la denuncia de la campaña anticomunista desatada por los revisionistas y los imperialistas de todo el mundo. Destacó que las experiencias revolucionarias de la clase obrera no habían fracasado, sino que habíamos sido derrotados, por lo que había que aprender de esas experiencias, mantener las banderas revolucionarias y avanzar en el camino de nuevos triunfos.
Otto Vargas defendió la doctrina marxista frente a los que la traicionaron, y nunca se separó de los más explotados y oprimidos. Esta es una de las grandes enseñanzas que nos deja.
La consecuencia en la defensa del camino revolucionario, y la pelea de nuestro querido secretario general por mantener la unidad del PCR siempre al servicio de la clase obrera y el pueblo, explican la vigencia de nuestro Partido, que a fines del año pasado celebró su 50 aniversario con un grandioso acto en el que 17 mil compañeras y compañeros reafirmaron este camino, para una salida revolucionaria que termine con la dependencia de los imperialismos que se disputan nuestra patria y con el latifundio terrateniente.
Estamos orgullosas y orgullosos de decir que somos el Partido de Otto Vargas, y que vamos a multiplicar nuestra tarea de hacer posible la necesaria revolución de liberación nacional y social a la que nuestro querido jefe dedicó hasta el último minuto de su vida.
Hoy N° 1755 20/02/2019
