No podíamos dejar de hablar de nuestro querido secretario general del PCR, en esta columna que tanto le debe. Vargas encaró el estudio riguroso de la historia del movimiento obrero, como él mismo contó, por necesidad, ante el fallecimiento de José Ratzer, el especialista en este tema que tenía el Partido.
En la introducción al tomo 1 de El marxismo y la revolución argentina, donde Vargas analiza “las raíces históricas de la organización de la clase obrera argentina, la constitución y la historia de su partido político marxista leninista”, afirma: “Nada más lejos de nuestra intención que hacer un análisis histórico ‘objetivo’. Consideramos, como Gramsci, que la ‘objetividad’ es solo ‘una fría caricatura fotográfica de la vida’. ‘Todo historiador -como escribió Jean Jaures- observa los acontecimientos con un cierto punto de vista general sobre la sociedad y la vida’”.
Este punto de partida es fundamental para la investigación de cualquier hecho histórico, y en particular de la historia de nuestro movimiento obrero. Es en los hechos una respuesta a toda una corriente de moda en la actualidad, que reivindica una “historia académica”, supuestamente científica, frente a la “historia militante”.
Prosigue Vargas en el texto citado: “En los hechos, nuestras posiciones actuales implican una crítica del pasado. No un simple desarrollo ‘natural’ del mismo, una mera continuidad. Por eso es tan importante conocer bien ese pasado, que siempre palpita en el presente, para saber qué es lo que ha sido o debe ser negado de él y, tal vez, sobrevive en nosotros. Esto implica no sólo una revisión teórica de ese pasado sino también, y principalmente, una crítica política del mismo.
“Quienes nos precedieron en la lucha por el comunismo cometieron muchos errores. En ocasiones dieron opiniones y formularon juicios erróneos. Pero solo conociendo bien en lo que acertaron y en lo que se equivocaron podremos cumplir con nuestra responsabilidad histórica. Por eso, como subrayó Gramsci, una generación que desprecia a la que la precedió es una generación que será incapaz de cumplir su misión histórica”.
En estos párrafos está condensado el objetivo y el método marxista con el que Vargas encaró sus investigaciones históricas, con la misma seriedad y pasión con la que dirigió nuestro PCR desde su fundación hasta su reciente fallecimiento. Desde esta columna trataremos de permanecer fieles a su legado, y a los cuzcos garroneros que andan por ahí, les decimos, como escribió Mao en un poema “pretenden sacudir un árbol los insectos, ¡qué vano empeño!”.
Hoy N° 1756 27/02/2019
