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17 de julio de 2013

Pan presidencial

UNA DE LAS PEORES CAMPAÑAS DE TRIGO EN CIEN AÑOS

El kilo de pan se paga $20, pero como existe preocupación en el gobierno para combatir el problema, la Secretaría de Comercio subsidia el 10% de la harina que compran los panaderos para que fabriquen un pan que se vende a $10 (en el horario de mañana hasta las 10 hs o hasta que se agote el stock): ¡extraordinaria medida de política pública de este gobierno “nacional y popular”, que según la propaganda oficial está construyendo la grandeza del país!

El kilo de pan se paga $20, pero como existe preocupación en el gobierno para combatir el problema, la Secretaría de Comercio subsidia el 10% de la harina que compran los panaderos para que fabriquen un pan que se vende a $10 (en el horario de mañana hasta las 10 hs o hasta que se agote el stock): ¡extraordinaria medida de política pública de este gobierno “nacional y popular”, que según la propaganda oficial está construyendo la grandeza del país!
Es conocido que el pan como componente básico de la dieta del pueblo argentino es más necesario e imprescindible cuando menos ingresos tiene el grupo familiar. Es lo que la técnica de las estadísticas denomina ponderación de ingresos y consumos: quienes tienen menos recursos gastan en proporción más en alimentos, y en pan especialmente, que en otros bienes de la Canasta Básica Total. Por ello la inflación es el peor flagelo que castiga a quienes tienen bajos ingresos, una verdadera fábrica de pobreza e indigencia.
Son variadas las causas que llevaron a que en nuestro país se pague el pan más caro que en Estados Unidos de Norteamérica, Rusia, España o Bolivia (país hermano que depende de la harina que introduce desde la Argentina). Señalamos primero el fenómeno de la sojización que ha desplazado a otros cultivos y a la ganadería porque es un cultivo menos costoso y más rentable. Cuando llegaron los Kirchner se sembraban 12,6 millones de hectáreas de soja y 6,3 millones de hectáreas de trigo; en el año 2012 el gobierno ya era fanático sojero y al mismo tiempo pro chino porque es su “aliado estratégico” como gran comprador. En este año se sembraron 19 millones de hectáreas de soja y 3,1 millones de hectáreas de trigo. Se pasó de producir 16 millones de toneladas de trigo a 9 millones de toneladas. De estas 9 millones la necesidad de consumo interno oscila entre 5,5 y 6 millones de toneladas y el resto está disponible para la exportación, razón por la cual no debería faltar trigo ni harina en ningún momento.
Ante la situación la pregunta consiste: ¿quiénes tienen el manejo de esos 9 millones de toneladas? La respuesta la tenemos en boca de “La Gran Makro”, usina de economistas del gobierno: “El desabastecimiento responde a maniobras especulativas de los exportadores y acopiadores”, así como en el año 2008 hablaban de los “monopolios exportadores” y les permitían maniobras de evasión fiscal por varios miles de millones de dólares. Es cierto que casi toda la producción de granos, oleaginosas y cereales lo concentran los monopolios extranjeros imperialistas, entonces la medida no puede ser otra que la nacionalización de todo el comercio interno y externo de granos y cereales, como parte de las medidas de verdadero contenido nacional que propone el PCR y el PTP, junto a las fuerzas que componen los frentes electorales que hemos conformado en todo el país.
El viernes 5 se publicó en el Boletín Oficial que se aplicaría la Ley de Abastecimiento, número 20680, que data del año 1974, y emplazó a los exportadores de cereales para que en el plazo de 48 horas normalicen el mercado del trigo y el lunes 8 el pan bajó de $20 a $18. “Maravilloso”, dijo Guillermo Moreno, pero como se sabe la harina de trigo incide sólo en un 15% en el precio final del pan, el resto del precio obedece a la inflación de costos internos de las panaderías, a la mayor presión impositiva de la historia y al encarecimiento de los fletes por que el grueso de la producción de trigo y de harina se transporta en camiones, cuando se abarataría si se hiciera con un ferrocarril reconstruido.
De los $20 el kilo que paga el pueblo lo que se les paga a los pequeños y medianos productores de trigo no sobrepasa neto los $2, el resto se queda en manos de los acopiadores monopólicos y en el Estado vía impuestos que incluye el 10% de IVA en el pan.
Como final del panorama hay que decir que hace dos meses el gobierno con bombos y platillos anunció que para incentivar la siembra de trigo se les devolvería a los productores las retenciones a las exportaciones, que son del 23%. Todavía están esperando y está finalizando la siembra en este mes de julio, así vamos camino a otra de las peores campañas de trigo en 100 años durante este gobierno, uno de sus logros que dice que está cambiando la Argentina. Efectivamente lo está haciendo para profundizar la deformación monopólica, sojera y concentradora de la tierra y la producción y comercialización en manos de los enemigos históricos del pueblo argentino a cuyos intereses responde principalmente el gobierno kirchnerista.