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25 de julio de 2018

Acabar con el endeudamiento y la dolarización

Para acabar con la inflación

La política de liberalización de los mercados –con la devaluación del peso, las elevadas tasas de interés, la dolarización de tarifas y combustibles, etc.– viene aumentando la distorsión y aumento de precios (inflación) que provoca el reforzamiento de la estructura latifundista y dependiente. Esto ha llevado a un incremento de los costos de la pequeña y mediana producción que hace insostenible su actividad, tanto en el agro como en la industria, la construcción, el comercio y los servicios en general. Y, en relación al comercio exterior, este aumento de costos hace cada vez más difíciles las exportaciones, aumentando el “estrangulamiento externo” que provoca la “escasez de dólares” y profundiza el atraso y la dependencia.

El alocado endeudamiento externo del macrismo, ajustando sobre el pueblo con la inflación y dolarizando aún más la economía, no hace más que agravar el problema de la inflación por el lado de la oferta. Pues lo que se necesita es una política que recupere la energía y los recursos naturales y verdaderamente promueva la sustitución de importaciones, en vez de dejar esto al manejo de los monopolios imperialistas. Lo mismo en el campo, donde se necesita una reforma agraria que democratice la tenencia de la tierra, en lugar de concentrarla (y extranjerizarla) en manos de grandes terratenientes, como promueve la política macrista.
Además del hachazo a los salarios y un achicamiento del mercado interno, la devaluación del peso implica un mayor encarecimiento de los insumos para el agro y la industria nacional. Sólo favorece a los grandes latifundistas y monopolios imperialistas que se dedican a la exportación.

Por eso decimos que junto a una reforma monetaria que acabe con la dolarización defendiendo al peso y repudiando la deuda ilegítima y usuraria, es necesario un control de cambios que dé prioridad a las necesidades de inversión de las pequeñas y medianas empresas, nacionalizando del comercio exterior (con un instrumento como fue el Instituto Argentino de Promoción del Intercambio, IAPI, durante el primer gobierno peronista), y la banca para proteger el ahorro nacional y garantizar el crédito a la pequeña y mediana producción agraria e industrial, a largo plazo y baja tasa, así como los fondos para la reconstrucción de los ferrocarriles, una YPF 100% estatal, una industria naval nacional, etc.

Hoy N° 1727 25/07/2018