Lo primero que hay que reafirmar es que el Estado de Israel es una potencia ocupante de territorios palestinos. Es falsa la “teoría de los dos demonios” que invoca el gobierno nacional, poniendo en pie de igualdad una salvaje agresión militar por parte de los israelíes con el accionar de un pueblo que lucha por su liberación.
Lo primero que hay que reafirmar es que el Estado de Israel es una potencia ocupante de territorios palestinos. Es falsa la “teoría de los dos demonios” que invoca el gobierno nacional, poniendo en pie de igualdad una salvaje agresión militar por parte de los israelíes con el accionar de un pueblo que lucha por su liberación.
No se puede hablar de “conflicto armado” como dicen incluso algunas organizaciones tipo Amnesty Internacional. Asistimos a otra oleada de agresiones militares sobre población civil, que sólo en el último mes incluyó más de 2.000 bombardeos aéreos sobre casas, escuelas y hospitales y, luego una invasión terrestre que, al momento de escribir estas líneas, se ha cobrado las vidas de 1.049 palestinos (una de cada cuatro de las víctimas mortales es un niño), y casi 6.000 heridos (cifras del Ministerio de Salud de Gaza). Israel, por su parte, ha sufrido 36 bajas, todos militares.
Uno los más cínicos argumentos utilizados por Israel y repetidos en la televisión argentina por supuestos “analistas”, es que los palestinos utilizan a niños, mujeres e instalaciones civiles, como escudos humanos o para ocultar armamentos. Esto sería debido a que no les importan sus vidas porque “van al paraíso”.
En un reportaje de la BBC de Londres, un dirigente del Hamas no sólo desmiente el uso de mezquitas, hospitales o escuelas como refugio, sino que demuestra que Israel, mientras avanza con su genocidio, no puede localizar los sitios desde donde se tiran los endebles cohetes palestinos. Además reiteró el derecho al establecimiento de un estado palestino con plena soberanía.
Realidad de la Franja de Gaza
La Franja de Gaza es uno de los dos territorios en los que está actualmente dividida Palestina. Está al oeste del “límite” de Israel y es una pequeña franja costera de 320 km cuadrados, altamente poblada, con cerca de 1,8 millones de habitantes, de los cuales 1,1 millones son refugiados, según las normas admitidas por la ONU. Aproximadamente 500.000 habitan en los ocho campos que administra la Comisión de Refugiados de Naciones Unidas.
Desde 1967, cuando la “guerra de los seis días”, Gaza fue ocupada militarmente por Israel, quienes “retiraron” sus tropas en 2005, pero mantienen un férreo control de todos los aspectos de la vida de los gaceríes. Gaza no tiene ejército regular, ni fuerza aérea o naval.
En 2006, Hamas, organización islámica, ganó las elecciones convocadas por la Autoridad Nacional Palestina en Gaza, y ha tenido una política de unidad y lucha con Al Fatah, la dirigencia de la ANP que gobierna Cisjordania, el otro sector de Palestina, reconocida, junto con Gaza, como Estado por varios países, incluido la Argentina.
Para dar una idea de lo que significa el control de Gaza por parte de Israel, hay que decir que éstos controlan toda entrada y salida de personas o mercancías, el suministro eléctrico y el aprovisionamiento de agua. Israel ejerce un férreo bloqueo económico. Casi la mitad de la población en Gaza está desocupada (lo que garantiza mano de obra barata a los israelíes) y cerca de dos tercios están bajo la línea de pobreza. La Junta Militar que gobierna Egipto, en acuerdo con Israel, ha cerrado la mayoría de los túneles por los cuales entraba de contrabando mercadería que servía para paliar la situación.
Según informa Al Jazeera, el Ministerio de Sanidad de Gaza dispone tan solo de 192 tipos de medicinas (el 40% de las consideradas esenciales) e Israel ha restringido, “por razones de seguridad”, los permisos que concede a pacientes para que puedan ser tratados en hospitales israelíes cuando no existe un tratamiento adecuado disponible en la Franja.
Estos son sólo algunos ejemplos de cómo opera la ocupación israelí, una política que cumple cabalmente por lo señalado hace ya muchos años por Lenin: “El concepto de anexión comprende habitualmente: 1) la idea de violencia (incorporación forzosa); 2) la idea de opresión nacional extranjera (incorporación de una región “ajena”, etc.), y, a veces, 3) la idea de alteración del statu quo”. Balance de la discusión sobre la autodeterminación, 1916.
Historia del conflicto
El Estado de Israel nace luego de la segunda guerra mundial, en 1948, en una zona de Palestina, hasta ese momento bajo control colonial británico. Desde un inicio, hubo enfrentamiento entre el naciente Estado y los árabes vecinos, y sucesivas guerras, incentivadas por las potencias imperialistas, que le permitieron a Israel ampliar su territorio. Del 54% inicial que se le acordó en 1948, a los pocos años ya tendría un 78% de territorio. Luego de 1967, el Estado israelí ocupó Gaza y Cisjordania. Su apoyo principal es el imperialismo yanqui, por eso es llamado desde hace muchos años “el portaaviones nortamericano en Medio Oriente”.
En estos años, miles y miles de palestinos fueron expulsados de sus tierras y propiedades, sólo un 15% (los llamados árabes israelíes) pudo quedar dentro de Israel. Las clases dominantes en Israel no sólo no vacilaron en estos años en aplicar el terror persiguiendo, matando o encarcelando a los palestinos, sino que además sancionaron distintas leyes que despojan a éstos de sus derechos. Los palestinos no pueden adquirir propiedades ni tierras en Israel, y por la llamada “Ley del retorno”, ni los descendientes de los palestinos originalmente expulsados pueden regresar a su hogar. En la actualidad, un palestino de Gaza o Cisjordania menor de 35 años y las palestinas de Cisjordania o Gaza menores de 25 años no podrán residir en territorio israelí aunque se casen con un/a israelí. Ninguna de estas restricciones rige para los europeos o de otros continentes.
Crece la disputa en la región
Muchos afirman que la actual ofensiva militar, que tuvo como excusa el asesinato de tres israelíes, atribuido a Hamas, se comenzó a preparar al conocerse el acuerdo entre Al Fatah y Hamás, para conformar un gobierno palestino de unidad nacional, en abril de este año. A esto hay que sumarle el crecimiento de las convulsiones en toda la zona de Oriente Medio, donde la disputa interimperialista es creciente y acumula cada vez más nubarrones de guerra. El gobierno israelí, un vez más con el desembozado apoyo de los Estados Unidos, matonea a costa de la vida de civiles palestinos.
Protestas en Cisjordania
En Cisjordania, el jueves y el viernes miles salieron a las calles a repudiar el nuevo genocidio israelí. Las principales manifestaciones ocurrieron en Hebrón, Belén, Jerusalén, Qalandia, Abu Dis, y Nablus.
En Ramala, más de 20.000 personas marcharon hasta el punto de control de Qalandia, donde se enfrentaron con los soldados ocupantes. A las piedras y bombas molotov, los soldados respondieron con balas de plomo, con un saldo de 2 muertos y cerca de cien heridos. Hubo otros cinco muertos en otras manifestaciones y crece la movilización y el hartazgo, no sólo en Cisjordania, sino en muchos países del mundo.
Hemos visto en la semana que pasó decenas y decenas de miles de personas en las principales ciudades del planeta, incluso en nuestro país, reclamando que se ponga un freno a los brutales ataques terroristas israelíes, y que tienen mucha más fuerza que las hipócritas declaraciones vertidas por los dirigentes de las grandes potencias. Palestina no está sola.