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25 de junio de 2014

Parar los despidos y suspensiones

Zona Norte del Gran Buenos Aires

Se descose el relato de la década ganada de los K, hoy se siente la crisis en nuestro país, con mucha más nitidez. 

Se descose el relato de la década ganada de los K, hoy se siente la crisis en nuestro país, con mucha más nitidez. 
Nuestro Partido caracterizó que la crisis mundial, que comenzó en EEUU en el 2007, iba ser profunda y prolongada. Las primeras oleadas las sufrimos en el 2009, con un estancamiento de la economía y eso causó despidos y suspensiones a los trabajadores más precarizados y también a los efectivos. En ese momento se habló -según la UIA- de más de 400 mil obreros despedidos y suspendidos bajo relación de dependencia.
¿Pero qué pasó en ese momento? Los obreros de Kraft se plantaron por su salud, en el medio de la epidemia de la gripe A, y luego tomaron la fábrica por los puestos de trabajo, con su Comisión Interna a la cabeza y con un fuerte Cuerpo de Delegados funcionando, para no permitirle a la empresa que elimine el turno noche. Así le pudo parar a la empresa yanqui los despidos y el plan que traía de hacernos querer pagar la crisis, eso frenó los despidos en todo el país y marcó un camino.
 
Suspensiones y despidos hoy
Hoy estamos ante otra oleada de esa misma crisis. En la Zona norte del Gran Buenos Aires padecemos despidos y suspensiones en Kromberg, Gestamp (67 despidos), Lear (210 suspensiones con amenaza de despidos), Paty cerró la planta de Lugones y Panamericana (250 despidos), Dana (160 despidos en lo que va del año) cerró el sector fundición, Volkswagen (250 despidos), Ford (150 despidos y “arreglos”). En Metalsa cerró el turno noche, Unilever también con despidos. 
La lucha de los compañeros de Gestamp se difundió nacionalmente después de que los trabajadores tomaran la fábrica por cuatro días, y 9 compañeros paralizaran el corazón de la misma. Pero con las maniobras del gobierno nacional y provincial, las patoteadas de Pignanelli y la militarización de la fábrica lograron aislar a los despedidos del conjunto de los trabajadores. Los compañeros de Paty, ante el cierre de la planta, tomaron la fábrica por dos días y eso tuvo repercusión, pero, cuando decidieron salir frente al operativo represivo y al agarrar la indemnización la mayoría, el conflicto se redujo.
Sigue el debate sobre si el camino es plantarse, como se hizo en Kraft, o seguir los conflictos desde Callao y Corrientes, en Capital Federal, como hacen los del PTS, lo que sirve únicamente para la foto y promocionar sus candidatos para las elecciones generales. 
Queda claro que frente a las suspensiones y despidos, cuando los trabajadores toman la fábrica, y definen bien a quién golpear se ponen en el centro de la escena política y hacen bailar a todos. La experiencia de Kraft también muestra que esto ayudó a que se desplegara una inmensa solidaridad popular, que rodeó a los trabajadores.
Para que no sigamos pagando la crisis tenemos que plantarnos en los lugares de trabajo y desde ahí unir a todos los trabajadores por nuestras reivindicaciones, peleando por un paro activo de 36 horas y hoy, más que nunca, exigir que paguen la crisis los que se la llevaron en pala.