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22 de diciembre de 2021

La inflación no para

Pararle la mano a los deformadores de precios

El aumento de precios no para. La inflación superará el 50%. Es una de las principales preocupaciones de nuestro pueblo. Una vez que los trabajadores consiguen un pequeño aumento salarial o el gobierno da alguna suba de gasto social, la suba de precios chupa ese circulante. El pueblo nunca  aumenta su capacidad de compra y viene el otro fenómeno, esa plata va inmediatamente a la especulación, empujando la suba del dólar y cierra el círculo de los precios internos que se manejan por el dólar.

Las causas de la inflación son múltiples y confluyentes. Es necesario analizar la cadena de precios, su estructura y características. Podemos ver sintéticamente las principales:

 

El arriendo

En primer lugar, casi el  70% de la producción agraria se hace bajo arriendo. Es decir, el que trabaja y produce la tierra, le paga hasta un 40% de la producción al terrateniente, por alquilarle la misma. Éste vive parasitariamente del trabajo ajeno y ese monto es el primer eslabón de la cadena de precios que se incrementa en ese porcentaje sobre el costo real de la producción.

 

La concentración de la producción

En segundo lugar el mercado interno está monopolizado,  concentrado en muy pocas manos, principalmente extranjeras. En gaseosas dos empresas controlan el 98% del mercado, en el aceite son tres las que controlan el 90%,  ARCOR monopoliza nueve rubros, MOLINOS RÍO DE LA PLATA monopoliza ocho rubros, UNILEVER, empresa holandesa inglesa monopoliza seis rubros. Las proveedoras tecnológicas como  la DOW CHEMICAL monopoliza los plásticos con los cuales se empaqueta la leche y miles de productos, o BAYER o TECHINT con el acero o la COFCO china con sus productos.

 

La concentración del comercio exterior y precio dólar para el mercado interno

En tercer lugar los precios internos están atados al precio que esos productos tienen en dólares afuera del país. ¿Cómo es eso? Lo principal de la producción de granos se hace para la exportación, como la soja, el maíz, el trigo, etc. Esos granos sirven para la fabricación de harina, polenta, aceite, entre otras, alimentación de vacas en feetlot, pollos, cerdos y por lo tanto es otro factor que condiciona los precios internos, al estar atados innecesariamente al dólar.

Al mismo tiempo, esa exportación o venta al exterior, está en manos de un puñado de monopolios que controla el mercado externo como Bunge, General Dehesa, Vicentin, que estafó y fugó 700 millones de dólares, Cargill, Glencore, Dreyfus francesa,  COFCO china. Esos son los que controlan el flujo de nuestro mercado externo y son los que monopolizan nuestro mercado interno con los precios del mercado externo.  Hasta manejan sus puertos privados sobre el Paraná, como enclaves con banderas de sus países, para sacar la producción según lo que ellos mismos declaran. Con este manejo, se estima que la estafa a los argentinos en evasión impositiva es de un tercio, al ocultar las verdaderas cargas o hacerlas pasar por extranjeras. Eso representa aproximadamente U$S 10 mil millones anuales.

La falsa idea, que Argentina necesita producir dólares, es el justificativo para que toda nuestra producción agropecuaria en vez de estar puesta para abastecer de alimentos baratos al pueblo y de insumos primarios a la industria, esté puesta para exportar y traer dólares, como una expresión de la histórica estructura agroexportadora. Esta ruta del dólar es la base que condiciona el mercado interno y la inflación y es principalmente para disponer de dólares para el pago de la deuda externa y la transferencia o fuga de dólares de los monopolios al exterior a sus casas matrices y a los paraísos fiscales.

 

La concentración monopólica de la comercialización interna

En cuarto lugar la cadena de hipermercados como Carrefour, Wallmart, Coto, Libertad, monopolizan la comercialización de la mayoría de los productos, muchos de los cuales son producidos por ellos mismos.

Por lo tanto, terratenientes, monopolios de la producción y de la comercialización externa e interna, y la producción argentina atada al dólar, son las principales causas de la inflación.

 

Control de precios absoluto en toda la cadena y control del comercio exterior

El control de precios debe hacerse en esta cadena, no en el último eslabón que es el supermercado. En el primer eslabón habría que sacar una Ley de Arriendo, que limite la voracidad de los terratenientes, en el camino de la necesaria democratización de la tierra para que esté en manos de quien la trabaja.

Es necesario controlar a las 20 principales empresas formadoras de precio, con análisis de costos y sus márgenes de ganancias, poniendo precios máximos.

Hoy las empresas están trabajando al 65% de su capacidad. Podrían mantener su nivel de ganancias con precios controlados, obligando a aumentar su capacidad de producción, que al mismo tiempo generaría trabajo, incrementando en un 35% el requerimiento de mano de obra industrial.

La Ley de Abastecimiento, es uno de los instrumentos legales para poder hacer este control y además exigir el abastecimiento del mercado interno. La Argentina exporta por 70 mil millones de dólares, dólares no le faltarán, si se termina con el miedo al default y de tener que pagar los intereses de una deuda ilegítima y usuraria. Al mismo tiempo, nuestro mercado interno es de 500 mil millones de dólares por año. Entonces, esta producción interna realizada con el trabajo argentino, es la sangre que quieren chupar estos grupos. Controlan el mercado externo y a la vez,  disputan el mercado interno y lo monopolizan, pretendiendo ganar más con la inflación, que con su capacidad productiva a pleno.

 

Una campaña de mentiras para ocultar a los verdaderos responsables

La maceración ideológica interna a través de los multimedios concentrados de comunicación es infernal. Una banda de representantes de estos monopolios, aparecen día y noche dando letra y creando una corriente de opinión opositora con “conspicuos y sesudos economistas”, que ponen cara de sabiondos y que tienen la justa, con variantes de las mismas recetas que nos llevaron a hundirnos en distintos momentos históricos, hasta con el inagotable cara de piedra de Cavallo, estatizador de la deuda privada que hoy todavía estamos pagando, desde la dictadura. Desarrollan una gran campaña para ocultar sus responsabilidades, mintiendo sobre las verdaderas causas. Buscan confundir, paralizar y hasta ganar la mayoría de la opinión del pueblo y condicionar al gobierno nacional, alentando a sectores dentro de él, para que apoyen algunas de sus recetas.

Empujan a éste a negociar un acuerdo con el FMI, en la mayor estafa que se haya perpetrado contra los argentinos y en la propia historia del FMI. Un primer objetivo que tienen, es que entren todos los sectores a apoyar una negociación y acuerdo. Difieren en los niveles de ajuste a realizar, los intereses y los plazos, pero aceptan ver las formas de pagar la estafa, no investigarla para determinar los beneficiarios de la misma, que son los amigos banqueros de Macri. Son estos los que deben pagarla y avanzar con la querella criminal en su contra.

 

La mentira de la emisión como causa de la inflación

La emisión monetaria, si va destinada a la reactivación de la producción de la industria nacional, pymes, pequeños y medianos campesinos, economías regionales y la recomposición salarial y ayuda social, puede generar tantos bienes como los pesos incorporados al mercado, por lo tanto no produce inflación y genera fuente de trabajo.

 

La mentira de que con el default nos caemos del mundo

Esta mentira ya la vimos luego del Argentinazo que terminó con De la Rúa, del cual se cumplen 20 años. Se pudo salir de la crisis, fundamentalmente por haber declarado el default, que dejó de pagar la deuda externa y se dispuso de esos fondos para dar respuestas al pueblo. Lo sabe bien el gobernador Capitanich, que fue Jefe Coordinador de Ministros en ese período y vimos que no nos caímos del mundo.

 

La mentira de que para resolver el déficit hay que ajustar

Esos sectores de las clases dominantes, se oponen al aumento de salarios, a los subsidios para una red de contención social, con el argumento hipócrita de defender los fondos del Estado, cuando defienden los subsidios a las empresas petroleras y de energía, entre otras, y defendieron y celebraron la estatización de la deuda privada, no sólo en la época de la dictadura, sino ahora, cuando pretenden que los argentinos paguemos la estafa que produjeron con los 44 mil millones del FMI, que Macri entregó a los bancos y para ello trabajan para que se acepten las recetas ajustadoras que exigen en el Presupuesto 2022.

 

Hay que animarse a cambiar el rumbo

El gobierno nacional debe tener un plan de inversiones con sus pesos, para ponerlos en la producción nacional, en producir las dragas que recuperen el dominio soberano de nuestro Río Paraná y Puertos y reconstruir nuestra flota mercante, en reactivar los talleres ferroviarios al servicio de las economías regionales, en implementar un urgente, un masivo Plan de Tierra, Techo y Trabajo. Esto es lo que marcaría la dinámica distinta del mercado interno y su desmonopolización.

Estas ideas y esta pelea por una doctrina nacional, contra la doctrina de la dependencia, están metidas en los propios economistas del gobierno del Frente de Todos, porque se amplían  gastos en el presupuesto nacional, en miles de millones de pesos para pagar intereses y, por ejemplo, sólo una octava parte de este monto para las necesidades sanitarias del país y se ha achicado el plan de obras públicas para cubrir intereses. Este es un presupuesto que ajusta sobre lo social, como respuesta a las exigencias del FMI, que condiciona el mismo y la oposición no lo aprobó porque quería más ajustes y concesiones aún.

 

El protagonismo popular es fundamental en esta pulseada

Es necesario crear la corriente de opinión que muestre necesario un control estricto de precios interno y el control del comercio exterior, destinando los pesos del Estado a la producción soberana, nacional, y guardar los dólares para lo que necesitemos de esa producción y no para pagar la deuda de los que nos llevaron a esta situación, que deben ir presos.

Hay una actitud histórica del pueblo argentino que no la pueden doblegar y va a estar presente. Tenemos una obligación de ver qué cosas no hicimos y qué debemos hacer, para recuperar ese orgullo del pueblo argentino, que fue liberador en tantas etapas de la historia latinoamericana. Latinoamérica que se vuelve a sacudir con las luchas que la recorren para revelarse contra las injusticias y que electoralmente se expresaron en el triunfo de Arce en Bolivia, Castillo en Perú y hoy Boric en Chile.

Hay que atreverse.

 

19 de Diciembre de 2021

Rodolfo Schwartz

Partido del Trabajo y del Pueblo

Partido Comunista Revolucionario

Diputado Provincial Frente de Todos