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02 de octubre de 2010

Con la Interna al frente, los trabajadores de Terrabusi-Kraft cuentan cómo pararon la planta y consiguieron asueto.

Paro por humo en Terrabusi

Hoy 1213 / Los trabajadores tomaron en sus manos la defensa de su salud

Fue impresionante cómo el humo tomó toda la fábrica a partir del 16 de abril en el turno noche. La dirección de la empresa, con total improvisación y pensando solamente en la pérdida de la producción, en ningún momento buscó la coordinación con la Comisión Interna y el personal para detener las líneas, y que los trabajadores concurran a lugares más aireados.
La desidia patronal era alarmante, lo que obligó a la Comisión Interna y los compañeros, principalmente amasadores y de las máquinas de producción a abandonar las tareas a partir de las tres de la mañana, organizando a los compañeros en tres grupos, buscando puntos de concentración donde podían respirar un poco: sector de chocolate, vestuarios y el comedor. Así se pudo pasar la noche, con mucha bronca de los compañeros del turno noche por el abandono de la patronal, que no sabía para donde disparar, enojados porque se caía la mercadería al piso.

Más humo, más paro
La fábrica continuó toda la mañana parada, con grandes peleas de todo el personal, que en asamblea general resolvimos que no se podía trabajar. Los responsables jerárquicos del turno mañana aparecieron a las 9, muy enojados con la Interna y enfrentados a todos los trabajadores que estábamos en la entrada principal, gritándonos “que vayamos todos a trabajar, que no era para tanto”; que “la presidenta no había decretado ninguna emergencia nacional” y que todas las fábricas de la zona se encontraban trabajando, acusando a los compañeros del turno noche de sabotear.
Fueron chiflados por todos los trabajadores y recontra puteados, por el total desinterés que mostraban hacia la salud de los trabajadores, con una gran cantidad de compañeros que tenían los ojos, garganta y nariz irritados. Recién a las 19 del jueves pudieron reestablecer la producción a pleno. El Sindicato, borrado, y el Ministerio de Trabajo presionando para que trabajemos, “por no haber una emergencia nacional”. Ese mismo día a partir de las 12 de la noche, la patronal accedió a coordinar los cortes de las líneas, porque el humo volvió con mayor intensidad. Era algo impresionante, nunca visto, que envolvió toda la fábrica; en los sectores no se veía, el olor a pasto quemado era penetrante y quedaba impregnado en nuestras ropas.
Asueto forzado
A partir de las 5 de la mañana del 18 no se podía estar ni en los lugares aireados de concentración, llegó el turno mañana y nos volvimos a concentrar todos en el hall central para exigir que la empresa resolviera un asueto.
Los directivos, que llegaron a la planta recién a las 10 de la mañana por los cortes en las rutas y en la Panamericana, fueron recibidos por los compañeros y compañeras a los gritos para que nos dejen ir. Repartieron agua y barbijos, y estaban muy duros con el asueto, pero a la vez muy asustados, repetían que “en Estados Unidos no lo podían creer” y “cómo iban a explicar que tenían que parar toda la producción”. Los compañeros, muy enojados, molestos y sin lugar ya para hacer ninguna discusión, gritaban cada vez más, las madres con crisis de nervios, con el humo tomando todo el jardín maternal.
La patronal seguía especulando con el único argumento que le quedaba, que todas las rutas estaban cortadas, no había colectivos y que el humo también estaba en nuestras casas. Ante tanta presión, a las 11 de la mañana resolvieron que todo aquel que pudiera se fuera a su casa. Retomaríamos tareas a partir del lunes 21 a las 22.
Como de Estados Unidos no autorizaban el asueto, querían que la Interna arregle los días de vacaciones, lo que rechazamos, y quedaron que iban a presentar una preventiva de crisis ante el Ministerio de Trabajo, por ser ellos también perjudicados por el humo. ¡Qué barbaridad!
Vamos a continuar la discusión de los días caídos cuando volvamos a trabajar. Porque la verdad es que nos fuimos todos corriendo de la fábrica porque no se podía estar más ¡Impresionante e increíble!, ¡Nunca visto!
Esta situación en la fábrica estuvo unida a la improvisación e ineptitud por parte del gobierno. Tardaron días y días en tomar medidas. Se ha demostrado que el gobierno para estas catástrofes no tiene medios. En vez de comprar un nuevo avión para la presidencia podrían invertir para hacer frente a situaciones como éstas. Esto nos hace acordar a los tiempos de María Julia Alsogaray.