Una mina sin precedentes”, titula la revista empresaria Mining press su informe sobre Pascua Lama, el yacimiento ubicado a ambos lados de la Cordillera de los Andes, propiedad de la Barrick Gold.
“Un monumento al saqueo”, decimos nosotros. Pascua Lama es una mina cuya parte argentina (Lama) está en la provincia de San Juan, y el sector chileno (Pascua) en el Valle de Huascos. Es un yacimiento de los denominados “a cielo abierto”, de los que se extrae oro, plata, y más de 60 minerales a fuerza de dinamita y “lavado” de la piedra con cianuro.
Merced a las nefastas leyes mineras aprobadas durante el menemismo –y desarrolladas por el actual gobierno de Kirchner–, las empresas, extranjeras en más de un 80%, que explotan la minería en nuestro país, gozan de fabulosos privilegios, entre ellos el de liquidar el 100% de sus ganancias en el exterior, además de vergonzosas exenciones impositivas, subsidios, etc.
Bajo la “protección” de esta legislación, la minería, durante el gobierno de Kirchner, superó a la ganadería en el volumen de exportaciones.
Dentro de estas leyes, gracias al “Tratado minero argentino-chileno”, firmado por los presidentes Menem y Frei en 1997, surgió Pascua Lama, que se ha transformado en la práctica en un “tercer Estado” a ambos lados de la Cordillera de los Andes.
Para tener una somera idea de la magnitud del robo que están perpetrando, se construyó en 1999 un túnel que comunica Pascua con Lama, para pasar el mineral que se extrae en un 80% del lado chileno a las procesadoras del lado argentino, y luego de vuelta a Chile para su exportación vía el Pacífico, sin control aduanero.
Algunos números
Pascua Lama “un proyecto que, por su carácter binacional no reconoce precedentes en el mundo” (Mining press), tiene un costo de producción aproximado de $ 1.500 millones de dólares, y una “vida útil” de 20 años.
Una vez en producción, esta mina procesará anualmente 800.000 onzas de oro y 35 millones de onzas de plata al principio, llegando a 1,2 millones de onzas de oro y 50 millones de onzas de plata, aproximadamente. “Es decir –afirma Pino Solanas– producirá plata por valor de 700 millones de dólares y oro por U$S 826 millones, un total anual de más de U$S 1.500 millones, sin contar el cobre y todos los minerales y metales que no declaran ni pagan, pero que recuperan y venden”.
La Barrick, empresa imperialista con asiento en Canadá, y entre cuyos accionistas está la familia del presidente yanqui Bush, recuperará la inversión en dos años, para pasar a obtener fabulosas ganancias, ya que los costos de producción serán de U$S 793,6 millones anuales, y se venderían a U$S 1.528 millones (con las cotizaciones actuales de la onza de oro y plata), es decir, dejarían una utilidad anual de U$S 735 millones.
“La soja de San Juan”
El gobierno y la empresa se vanaglorian del desarrollo de puestos de trabajo que producirá Pascua Lama: 5.500 trabajadores durante la construcción, 1.662 durante la operación, más los puestos de trabajo “indirectos”. Sería interesante poder sacar la tasa de plusvalía de los 1.558 trabajadores que estarán afectados a la producción de las 47.000 toneladas de material que procesará Pascua Lama por día.
Esto sin contar las consecuencias de esta explotación en la salud de los trabajadores, que como ya se ha visto en el caso de Veladero, la otra gran explotación minera en San Juan actualmente en producción, con condiciones similares de altura, vientos helados y temperaturas varios grados bajo cero, han provocado desde mal de altura hasta fallecimientos por paros cardiorrespiratorios.
El gobernador sanjuanino, que como recuerda el PCR de la provincia hizo su campaña por la reelección sin la más mínima referencia al proyecto minero, en otro momento llegó a decir que la minería “es la soja de San Juan”. Al igual que los dueños de la soja, unos de los patrones de Kirchner, las mineras le dictan a su gerente Gioja la política para profundizar la dependencia, destruyendo la economía de los pequeños campesinos de la zona, superexplotando trabajadores, hipotecando el futuro de varias generaciones para maximizar la ganancia de los monopolios imperialistas.
Del otro lado de la cordillera, los trabajadores chilenos denuncian además que el Tratado de Libre Comercio de Chile con Canadá favorece “Las prácticas corporativas antisindicales y la subcontratación como modelo de empleo”.
Además, la contaminación
Como todas las mineras que operan con la denominada “sopa química” necesaria para extraer mínimas porciones de mineral de grandes volúmenes de roca, la contaminación será pavorosa. En el caso concreto de Pascua Lama, organizaciones populares chilenas vienen denunciando que la Barrick tenía proyectado volar tres glaciares (Toro 1, Toro 2, y Esperanza), debajo de los cuales se encuentra parte del yacimiento. Después la Barrick dijo que los iba a “trasladar” como si fueran barras de hielo.
Ante el embate de los sectores populares, se conocen planes de la empresa de “ir por abajo” de los glaciares, con consecuencias aún no previstas de derrumbes, etc. Recordemos que estamos hablando de un emprendimiento ubicado en alta montaña, a más de 4.500 metros sobre el nivel del mar.
Del lado argentino, han crecido en capacidad de organización y denuncia distintas organizaciones sanjuaninas, como viene informando nuestro Partido a través de Protagonismo Popular, que están realizando permanentes movilizaciones, tanto en San Juan como en Capital Federal, denunciando la política del gobierno provincial de Gioja y el nacional de Kirchner, sin cuya complicidad las empresas no podrían llevar a cabo semejante robo.
Estas organizaciones vienen denunciando las consecuencias nefastas de la contaminación en la gente, el agua, el suelo y el aire de San Juan.
Para entender esto, hay que recordar que el método básico de la llamada “minería a cielo abierto” es volar miles de toneladas de roca hasta convertirlas en polvo, que se “lava” con grandes cantidades de agua mezclada con cianuro, lo que hace que se desprenda el mineral buscado.
Este proceso, conocido como “lixiviación”, deja como resultado miles de toneladas de metales pesados (plomo, cromo, arsénico y otros), que se acumularán en escombreras que cubrirán casi ¡mil hectáreas!, que la empresa y el gobierno nos aseguran que no se filtrará ni al suelo ni a los cursos de agua, debido a las membranas que cubrirán el fondo de los piletones donde se depositarán los deshechos. Esto nos lo dice un Estado que en casi 200 años transformó el Riachuelo en la cloaca a cielo abierto más grande del mundo.
Esto sin contar los cerros enteros que en la práctica desaparecerán. Cerros, como el Penélope, Filo Federico, Laym, Pan de azúcar, Porfiada, Loma Centro, entre otros. Del lado chileno, ambientalistas y trabajadores denuncian que estas “escombreras” tendrán cerca de 400 hectáreas, eso sí, de 700 metros de altura.
Pascua Lama confirma la necesidad de redoblar la lucha en todos los frentes por la paralización de estos emprendimientos saqueadores y contaminantes, en la pelea de fondo porque los recursos naturales estén en manos del Estado con control de los trabajadores y los pobladores de las zonas mineras. La exigencia de nulidad y derogación de las leyes mineras, y del tratado minero argentino-chileno, es una necesidad para revertir el estado de coloniaje de nuestro país en la producción minera.