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02 de julio de 2014

Patria es no pagar

Algo peor que el default: más inflación, hambre, entrega y represión

El gobierno de  Cristina Fernández, los dirigentes políticos de otros sectores del bloque dominante y todos los imperialistas chantajean a la clase obrera, al pueblo y a todos los sectores patrióticos y democráticos, con el default (la suspensión de pagos) de la deuda externa. Seguramente eso es lo peor para esos sectores que lucran con la misma sin importarles que “para honrarla”, como dicen, se resigne la soberanía nacional y se someta a los trabajadores y a la producción a una política de ajuste inflacionario o monetarista (el resultado es el mismo).
No vivimos en la época del esclavismo y el feudalismo donde el acreedor podía convertirse en el dueño de su deudor y de su familia. Tampoco hoy es aceptable el que se deba someter la soberanía del Estado de los deudores a la soberanía de los acreedores, por más que se pretenda hacerlo en nombre de una “economía globalizada”, donde los países imperialistas son globalizadores y los países dependientes y oprimidos, globalizados.
Los sectores dominantes, aquí y en el mundo, nos chantajean con que lo peor que puede pasar es que el país declare la suspensión de los pagos de la deuda externa, que “nos caemos del mundo”. No ha sido el caso de Estados Unidos que declaró odiosas las deudas de Irak, al ocuparla, o de Rusia que repudió todas las deudas de la ex Unión Soviética, pese a considerarse “su heredera”. Se dirá que pudieron hacerlo porque son imperialistas. Pero tampoco se cayeron del mundo por declararse en default y discriminar sus deudas entre legítimas y no legítimas, investigando y no pagando estas últimas o reduciéndolas, Ecuador o Islandia, que no son países imperialistas. Argentina misma es un ejemplo de suspender los pagos, como se impuso con el Argentinazo de 2001. Así evitamos males mayores, y no pagar permitió usar esos recursos para la recuperación económica.
Por supuesto que para que eso  sea a favor del pueblo y del país, depende de que se imponga a los gobiernos (como ocurrió aquí en 2002 con los planes sociales, la condonación de las deudas a los pequeños y medianos chacareros, etc.) medidas que privilegien la deuda interna con los trabajadores, comenzando por los niños y los mayores, y los pequeños y medianos productores.
Pagar en las actuales condiciones es seguir privilegiando a los sectores dominantes, de aquí y de afuera, y seguir resignando la soberanía nacional. Por eso la verdadera disyuntiva es “Patria o pagar”, luchando por recuperar la soberanía nacional y la soberanía del pueblo, suspendiendo e investigando todas las deudas ilegítimas, pagando sólo las legítimas. Y pelear porque se utilicen esos fondos para crear nuevos y mejores trabajos con salarios dignos, cumplir con nuestros jubilados y nuestros chicos, entregar tierra y enseres a todos los que deseen trabajarla, y dar un verdadero apoyo a la pequeña y mediana industria y comercio nacionales, recuperando la soberanía nacional sobre todos los recursos nacionales, el crédito, la moneda y las empresas claves para el desarrollo nacional.
En este camino es que se impone el paro nacional multisectorial activo para torcerle el brazo a esta política kirchnerista de seguir pagando con el hambre del pueblo y la entrega del país.