Patricia era parte de la generación del Cordobazo. Vivía en Banfield con su mamá. Trabajaba en la Junta Nacional de Granos. Se iba en tren o colectivo al trabajo y de ahí a la facultad. Le decían “La Truca”.
Patricia entró a la carrera de Historia en 1972, bajo la dictadura de Lanusse. Y entró a Filosofía y Letras como tantos jóvenes de esa época que buscaban en las ciencias humanas la explicación a la convulsionada realidad de esos años.
Patricia era parte de la generación del Cordobazo. Vivía en Banfield con su mamá. Trabajaba en la Junta Nacional de Granos. Se iba en tren o colectivo al trabajo y de ahí a la facultad. Le decían “La Truca”.
Patricia entró a la carrera de Historia en 1972, bajo la dictadura de Lanusse. Y entró a Filosofía y Letras como tantos jóvenes de esa época que buscaban en las ciencias humanas la explicación a la convulsionada realidad de esos años.
Al calor de esto la Facultad de Filosofía y Letras tenía un poderoso movimiento estudiantil, que había obtenido importantes conquistas: echando docentes reaccionarios, imponiendo nuevas cátedras, implementando la evaluación grupal estudiantil-docente en muchas materias. Fueron años de mucha polémica en el movimiento estudiantil.
Con el gobierno peronista a partir de 1973 y la intervención de la Universidad, los Montoneros pasan a dirigir el Cefyl. Una gran polémica era sobre cómo organizarse, porque los Montoneros dejan de impulsar el cuerpo de delegados por práctico y pasan a empujar lo que llamaban “mesas de reconstrucción nacional”.
Otra gran polémica, muy dura, fue cuando se iniciaron los preparativos golpistas. Porque el gobierno de Isabel implementó en la Universidad medidas reaccionarias. Y los Montoneros decidieron pasar a la clandestinidad poniendo como blanco al gobierno constitucional, haciéndole el juego a los golpistas. La dirección del Cefyl se borró y el Centro quedó desarticulado. Y el Faudi se puso a la cabeza de la reorganización del Cuerpo de Delegados por práctico y de la denuncia de los preparativos golpistas, peleando por que el movimiento estudiantil no fuera instrumentado a favor del golpe como había sido en el ‘30 contra Yrigoyen y en el ‘55 contra Perón.
Patricia fue secuestrada y asesinada el 17 de junio de 1975 por bandas golpistas de la provincia de Buenos Aires, al mando del gobernador Victorio Calabró. La fueron a buscar a la casa y no la encontraron. Entonces fueron a lo de su hermano, donde la encontraron y se la llevaron. Más tarde aparecía asesinada, tirada en la calle. Tenía 22 años.
Nueve meses después el golpe de Estado se consumaba, ese golpe que Patricia había denunciado y enfrentado. Pero la lucha de Patricia y sus compañeros no fue en vano, ya que el movimiento estudiantil no pudo ser instrumentado para el golpismo en esa ocasión.