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09 de noviembre de 2011

Conversamos con Patricia Walsh -hija del escritor y periodista Rodolfo Walsh, quien es una de las querellantes de la causa por el asesinato a su padre en los juicios por la mega causa ESMA, e integrante del Movimiento Memoria Verdad y Justicia.

Patricial Walsh: “Un avance de nuestra lucha”

Hoy 1394 / Juicios a la ESMA

Rodolfo Walsh acababa de escribir y distribuir la Carta Abierta a la Junta Militar al cumplirse un año del golpe militar, cuando el 25 de marzo de 1977 fue baleado en el barrio porteño de San Cristóbal, y trasladado al centro clandestino que funcionó en la ex ESMA, donde fue visto por algunos secuestrados por última vez. La lucha por poner tras las rejas a sus asesinos, y de miles de desaparecidos más, se convirtió en bandera de nuestro pueblo. A continuación, la opinión de su hija sobre los juicios.

Rodolfo Walsh acababa de escribir y distribuir la Carta Abierta a la Junta Militar al cumplirse un año del golpe militar, cuando el 25 de marzo de 1977 fue baleado en el barrio porteño de San Cristóbal, y trasladado al centro clandestino que funcionó en la ex ESMA, donde fue visto por algunos secuestrados por última vez. La lucha por poner tras las rejas a sus asesinos, y de miles de desaparecidos más, se convirtió en bandera de nuestro pueblo. A continuación, la opinión de su hija sobre los juicios.
 
 

De desaparición forzada a homicidio
“Nosotros hemos escuchado la sentencia del Tribunal Oral Federal (TOF) N° 5 en relación a lo que se llama el segundo tramo de la mega causa judicial ESMA.
“Recordemos que el primer tramo fue el que tuvo como único acusado al ex prefecto Febres, quien apareció envenenado en su celda, horas antes de conocerse la sentencia.
“En este segundo tramo, cuyo desarrollo llevó 20 meses de juicio, casi dos años, los acusados fueron 18 por 86 casos. Uno de esos casos fue mi padre, Rodolfo Walsh, que a partir de esta sentencia, cuyos fundamentos se van a conocer el 26 de diciembre, pasa de ser un desaparecido víctima de ausencia forzada al reconocimiento de que fue efectivamente asesinado por el grupo de tareas de la Escuela de Mecánica de la Armada, la Unidad de Tareas 3.3.2, que además robó sus bienes de su última casa de San Vicente, y también robó su obra literaria inédita y su último cuento Juan se iba por el río (que sigue desaparecido y robado).
“Mi padre desapareció el 25 de marzo de 1977. Ahora ya está probado que ese mismo día, el grupo de tareas le quitó la vida.
“De los casos que fueron juzgados, además del de mi padre, se ha entendido finalmente como homicidio el caso de Raimundo Villaflor, otra de las víctimas de la ESMA, quien fuera además, protagonista de un libro de mi padre: ¿Quién mató a Rosendo? Raimundo Villaflor fue otra de las víctimas dentro de lo que le pasó al llamado grupo Villaflor, integrado por varios familiares de Raimundo; conocido también como el Negro Villaflor, un obrero luchador, antiburocrático, cuya lucha está narrada en el libro de mi padre.
“También, otras de las víctimas cuyos casos fueron juzgados en estos veinte meses: las víctimas de los hechos ocurridos en la iglesia Santa Cruz, y dentro de ellos, las fundadoras de Madres de Plaza de Mayo Esther Valestrino de Careaga, Azucena Villaflor y María Eugenia Ponce de Bianco.
“Por eso este juicio tiene esta trascendencia, incluso a nivel internacional. Es evidentemente una sentencia histórica, importante, que implica un avance que debemos reconocerle a nuestra lucha, a la enorme lucha en contra de la construcción de impunidad en nuestro país. Es una lucha multitudinaria, masiva, colectiva, que tiene muchísimos protagonistas, que incluso han dejado buena parte de su vida con la intención de llegar a estos juicios y a estas condenas.

 

Es una lucha larguísima que empezó en la dictadura
“Recordemos que es una lucha larguísima que comienza, incluso, durante la misma dictadura militar con aquellas madres reclamando en la Plaza de Mayo; pero que también estuvo desde el primer momento acompañada por la propia militancia cuya vida estaba tan amenazada, y por aquellos que somos sobrevivientes de los mismos campos de concentración o familiares de aquellas víctimas de la dictadura y que también éramos militantes.
“Tuvimos que anular las leyes de Punto Final, Obediencia debida para poder lograr la reapertura a estos juicios. Y es bueno recordar que esa nulidad de las leyes fue el resultado también de una enorme lucha que denunciaba la derogación trucha –por así llamarla- que había ocurrido unos años antes de agosto de 2003. Esa nulidad de las leyes es el instrumento que permitió la reapertura de los juicios en todo el país, incluyendo estos juicios de la vieja causa judicial ESMA.

 

No a la fragmentación de los juicios
“En este segundo tramo se juzgaron 86 casos, y los fundamentos de la sentencia se conocerán el 26 de diciembre. Lo que hay que tener en cuenta, a la hora de hacer un primer balance, es que en la ESMA hubo alrededor de 5 mil víctimas. Menos de un centenar de esas víctimas salvaron sus vidas. O sea que tenemos alrededor de 4.900 personas que perdieron la vida, y estamos juzgando 86 casos. Entonces, entendemos que esto es insuficiente, más allá de que se anuncie que el año próximo se inicia el tercer tramo de la megacausa judicial ESMA.
“Lo que siempre hemos cuestionado es la fragmentación de estos juicios, que obliga a los sobrevivientes y a los testigos a declarar una y otra vez en un país donde, además, seguimos reclamando la reaparición con vida de nuestro compañero Julio López, que era precisamente un testigo fundamental para la condena de Miguel Osvaldo Etchecolatz. Ser testigo en estos juicios es peligroso, lo prueba la desaparición de Julio López. Y también es traumático, por la repetición de lo que significa narrar hechos terribles. Y sobre todo para las sobrevivientes mujeres que son la mayoría de las víctimas de los delitos sexuales cometidos metódicamente dentro de los campos de detención y de exterminio. Entonces, narrar tantas veces estas vejaciones a las cuales fueron sometidas, es un traumatismo repetido.

 

El avance de nuestra lucha
“Nosotros reconocemos lo que es el avance de nuestra lucha. En esta lucha inscribimos esta sentencia, pero denunciamos la falta de rigor en el caso, por ejemplo de mi padre: de diez acusados se condenó a siete, hay tres absoluciones y entendemos que son culpables. Rolón, Julio César Coronel y Pablo Eduardo García Velazco, fueron absueltos. Vamos a apelar porque entendemos que, como señaló el sobreviviente Gasparini –que también fue testigo- Pablo Eduardo García Velazco no sólo no es inocente sino que comandó el operativo para salir a secuestrar a mi padre. Hay tres absueltos y por esos tres absueltos vamos a seguir reclamando que sean condenados.

 

El campo de deportes de la ESMA
“También hay que decir que hemos logrado un avance importante en estas sentencias en relación a la situación del Campo de deportes de la ESMA. Una situación que venimos denunciando desde hace muchísimos años sin ser escuchados. Denunciamos que en el campo de deportes de la ESMA -no hay que confundir con el Espacio de la Memoria-, que se extiende desde la avenida Cantilo, paralela a la General Paz (de la ciudad de Buenos Aires) y que también limita con el Río de la Plata, lugar donde se sigue dedicando a la práctica deportiva, es donde se hacía el llamado “asadito”: donde quemaban los cuerpos de los desaparecidos.
“Los miércoles hacían los traslados a los “vuelos de la muerte”, pero si no era miércoles allí quemaban los cuerpos con cubiertas que solicitaban a la División Automotores de la propia ESMA. Allí está el testimonio, desde hace años, de conscriptos -que se preservan la identidad por razones de seguridad-, están los relatos de los que navegaban en pequeñas embarcaciones por la costa del Río de la Plata dando cuenta de las fotagas que se veían en el lugar. Y está el testimonio en este juicio, de sobrevivientes de la ESMA que narraron relatos de los captores, de los genocidas, que a veces venían de participar en el “asadito”, y les contaban a los detenidos-desaparecidos lo que acababan de hacer.
“Es muy probable que en ese lugar se pueda aún hoy encontrar restos óseos. Entre esos restos óseos ya sabemos que pueden estar los restos de Rodolfo Walsh, los restos óseos de Raimundo Villaflor, con restos óseos de otras personas cuyos familiares han venido acercando la información de que suponen que sus seres queridos pudieron haber sido quemados en ese lugar. Por lo tanto, resulta inexcusable e inadmisible que se sigan realizando prácticas deportivas en ese lugar.
“El campo de deportes de la ESMA, en los últimos años la Armada Argentina lo ha concesionado y ofrecido a distintas entidades que han pasado por allí para realizar prácticas deportivas: desde colegios privados católicos de la CABA -que frente a nuestras denuncias dejaron de concurrir-, hasta la práctica del rugby. Hasta lo que ocurrió este año donde, en los meses de agosto y septiembre se desarrolla el Torneo Interfuerzas Malvinas Argentinas, (donde participan la Armada Argentina, el Ejército, la Fuerza Aérea, la Prefectura, Gendarmería, y se sumaron policías provinciales), y la ceremonia de apertura de este torneo, no tuvieron mejor idea que hacerlo en este lugar donde hay que periciar su superficie, buscar restos óseos. (…)
“La Justicia entendió que allí no deben realizarse más actividades deportivas hasta que podamos establecer, confirmar o descartar, que hay restos óseos. Pericias que en nuestro país las realiza el Equipo Argentino de Antropología Forense. Por eso el TOF N 5, le traslada esta situación al Juzgado del Dr. Torres, teniendo en cuenta las declaraciones de los testigos. El TOF 5, en el punto 52 de estas sentencias, acaba de dictaminar que en relación al Campo de deportes Cabo Primero Ernesto del Monte ‘preservar la prueba’. Por eso decimos que no se admiten más demoras al respecto”.