—¿Cómo fue la última semana de conflicto?
—Las compañeras y compañeros de Terrabusi están en estado de asamblea, esperando la resolución definitiva que va a tomar la empresa sobre la propuesta que está elaborando. El estado de ánimo es muy bueno, estamos dentro de una conciliación obligatoria que ya lleva más de 20 días, entonces vamos haciendo discusiones sector por sector, en torno a lo que los compañeros creen posible poder arreglar.
La empresa hizo una primer propuesta que fue rechazada por las asambleas anteriores por insatisfactoria. Hay mucho debate, el estado de ánimo es muy combativo, fundamentalmente en los jóvenes que han iniciado esta lucha por la efectivización de los 280 temporarios.
—¿Qué propuso la empresa y qué se dicutió en la asamblea?
—Después de muchos días de conflicto, la empresa no hacía ninguna propuesta porque decía que ya estaba firmada la paritaria con el sindicato. Siguió el conflicto, y dentro de la conciliación obligatoria se resolvió comenzar un quite de colaboración y no hacer horas extras.
Esto ha afectado un 30% de la producción. El turno del sábado a la tarde no puede producir, tiene que parar para hacer limpieza y mantenimiento. Tienen un atraso importante en las galletitas crackers y en el lanzamiento de una nueva línea de Oreo. Se han quedado sin chocolate y con atraso en las pastas. Se nota también en la distribución de las mercaderías.
Es un pequeño toque a la producción. Nosotros veníamos discutiendo que la única forma de torcerle el brazo es tocarle la producción, dentro de las medidas que realizamos, como las concentraciones dentro de planta, el corte de la Panamericana, etc.
—¿Cómo resuelven las medidas de lucha?
—Nosotros venimos resolviendo con asambleas generales por turno, donde se acoplan compañeros de otros turnos, por la complejidad de los distintos horarios. Son asambleas muy numerosas, con gran participación de los compañeros, la última fue muy combativa, la que rechazó la propuesta de la empresa.
Están muy duros en el tema de los contratados para efectivizar, dicen que tienen muchos problemas por la falta de gas. La empresa usa hornos con gas, no eléctricos como otras empresas. Esta crisis también los presiona paralizando varias líneas. En un momento que necesitan mucho la producción.
—¿Qué es lo principal en este momento del conflicto?
—Es un momento de mucha pelea por la unidad de los 2.900 compañeros. Quieren meter muchas divisiones desde la patronal, y también desde el sindicato. Una comisión de gente cercana a Daer le fue a plantear que venga a la empresa ante este conflicto, y él plantea que no se puede meter, “ya está todo firmado”, dice que tiene que viajar a Alemania, y recomienda que levantemos la medida. Esa comisión volvió con más bronca que antes de la entrevista.
El problema fundamental es la unidad de los compañeros, en la lucha. Esto ha permitido que la empresa acerque una propuesta. Si bien están muy duros para efectivizar, plantean mantener todos los puestos de trabajo. No olvidemos que empezamos el conflicto con 130 compañeros en la puerta, despedidos, que están todos trabajando, y la empresa acerca una propuesta que es evaluar a los compañeros temporarios, para pasarlos a planta permanente, donde la Comisión Interna tendría que estar adentro de esta evaluación.
—Han resuelto elegir delegados…
—Hemos dado un paso muy importante, porque estamos enfrentado a una troika que es la empresa, el sindicato y el Ministerio de Trabajo. En este proceso de lucha hemos dado un paso fundamental, a la salvaje, como es la elección de delegados por sector. Digo a la salvaje porque por lo legal, siempre nos rechazaron las propuestas tanto el Ministerio de Trabajo como el Sindicato.
Necesitamos los delegados para dar un salto en nuestra organización para tanta cantidad de compañeros. Ya se están eligiendo los compañeros en los sectores, y ahora viene la pelea por reconocerlos, porque Daer ya ha dicho que no piensa contar con delegados de sección y que lo único que vale son los congresales que él mete, permanentemente para la división y la intriga.
Decían que íbamos a fracasar, con amenazas permanentes de la patronal de despidos, que el sindicato no se iba a hacer cargo, siempre mirando para otro lado. Pero la férrea unidad de los compañeros ha permitido que demos un paso y vamos a discutir en asamblea los pasos a seguir.
—Esto reafirma lo que ya se vio en la Panamericana, la bronca creciente ante los aumentos del costo de vida…
—Se nota en las asambleas por sector, ahí se va expresando la bronca. En un momento decíamos “tarjeta amarilla” con el gobierno, y ahora estamos a un paso del cachetazo a Kirchner, porque los compañeros comentan cómo aumentan los productos de la canasta: “un poquito de perejil a $ 1,50”, “$ 2,50 la papa”, vuelve a aumentar la electricidad, el gas, llevar nuestros hijos al colegio. Eso va creando una bronca bárbara porque el gobierno no hace nada con esos precios y pone un tope al salario.
Y lo otro que da bronca son las dietas que se aumentan los funcionarios, como se conoció la semana pasada, y niega un aumento de salarios, porque todas las cámaras empresarias tiran la bronca si se le aumenta a Terrabusi. También en los compañeros que tienen padres jubilados, por lo que cobran. Todo esto va conformando un nuevo estado de ánimo, como venimos diciendo.