Los tiempos se acortan. Al kirchnerismo le queda poco más de un mes para desplegar la artillería con la que espera aplastar a sus enemigos y abrirse paso para las elecciones del 2011. Clarín, y otros grupos, tienen que aplastar al kirchnerismo antes de que éste los acueste.
Es una guerra que se libra en la cubierta del Titanic, en medio de las tormentas sociales y políticas que provoca la crisis, descargada brutalmente sobre las masas obreras y populares.
1. La crisis y la deuda
La política K de descargar la crisis sobre el pueblo ha creado un gigantesco polvorín social. La canasta básica familiar, que fija la línea del hambre, es para el IndeK de $ 443, pero estudios en la Capital Federal la estiman en $ 1.009. La canasta familiar que fija la línea de pobreza, según los mismos estudios, es más del doble de la del IndeK: $ 2.446. La mayoría de los trabajadores y casi la totalidad de los jubilados están debajo de esa cifra. Según la Universidad Católica, 7 de cada 10 argentinos tienen dificultades para llegar a fin de mes.
En esta situación, el gobierno abrió negociaciones con el obispo Casareto, en relación al plan “BIEN” que promueve la iglesia católica.
Pese a que todos los estudios reconocen una caída anual de la industria del orden del 8% al 10%, el IndeK lo niega; dice que subió un 0,1%. Las pérdidas de la cosecha de trigo suman $ 14.000 millones. Mendoza se suma a Buenos Aires, Tierra del Fuego, Río Negro y otras provincias que deben bicicletear el pago de los salarios, y la salud y la educación se hunden. No se ha hecho nada para prevenir el rebrote del dengue que se reactivará con el calor.
El gobierno K se ocupa de otras cosas. El canje de bonos que están en poder de los bancos intermediarios (Citigroup, yanqui; Barclays, inglés; y Deutsche, alemán) y los fondos de inversión vinculados a ellos: 27.000 millones de dólares. El kirchnerismo acepta esa cifra sin investigar su origen fraudulento y usurario. Un gran negocio: compraron los bonos a 20 dólares y ahora el gobierno argentino se los reconocería a 35 dólares según unos, y a 47 dólares según otros (Ambito Financiero, 26/10). Además, CK negoció la revisión del FMI “en secreto”: los usureros lo van a saber y el pueblo argentino no.
Acosado por el achique de “la caja” con la que “borocotiza” y hace funcionar el “capitalismo de amigos”, el gobierno hocica ante los usureros a costa del hambre del pueblo.
2. ¿Plan A y plan B?
El hambre y la pobreza han pasado a ser un tema político. A los de arriba los espanta que estallen: como pasó con Cutral Co, Tartagal y Mosconi, Libertador, y La Matanza, que desembocaron en el Argentinazo de diciembre del 2001.
El “plan A” de los Kirchner es mantener “cautiva” –con planes sociales instrumentados desde la Casa Rosada– a la masa electoral de hambreados (“indigentes”) como base electoral para ganar la interna del PJ y ser uno de los dos ganadores de la primera vuelta en las elecciones del 2011. Los K nunca entendieron que fue esa masa de “indigentes” la que provocó su derrota electoral en Buenos Aires, en junio del 2009. Por el contrario, “desatar” esa masa hambreada de las ataduras del kirchnerismo, ha pasado a ser una obsesión para quienes buscan la derrota electoral del kirchnerismo, en el 2011.
Pero hay otra cuestión más grave. Hay quienes consideran que el gobierno prepara un “plan B”: si no puede asegurarse su triunfo en el 2011, estaría decidido a pudrir la situación: estallidos y enfrentamientos que coloquen al país al borde de una guerra civil. Así, consideran estas fuentes, deberían interpretarse como una amenaza K la organización de fuerzas de choque afines al gobierno; y, a la inversa, las denuncias sobre Milagro Salas, Pérsico y otras, expresarían el intento de los grupos opositores al kirchnerismo para “desarmarlo” y cerrarle el paso a su “plan B”.
El kirchnerismo usa el caso del espía Ciro James, para impedir la existencia de una fuerza policial que no controlará en la Capital Federal, entre otras razones (ver pág.3).
La madre de todas las batallas
Kirchner avanza con “la madre de todas las batallas” contra el grupo Clarín. Aprobada la ley de medios (para lograrlo debió retroceder en la participación de las telefónicas), avanza sobre Papel Prensa y la ley de ADN.
Como otras medidas ya tomadas por el gobierno, sería bueno que la principal productora de papel de diario sea estatal. Papel Prensa fue entregada por la dictadura al grupo Clarín, y nunca los medios democráticos pudieron acceder a una bobina de esa empresa. Pero –y siempre hay un pero en estas medidas–, el manejo del Estado por el kirchnerismo hace de lo estatal un coto privado del “capitalismo de amigos K”, por lo que no hay ninguna garantía que la poca prensa que no responde a grupos oligárquicos pueda acceder a una bobina de Papel Prensa.
El kirchnerismo no esconde las verdaderas razones por las que impulsa la ley de ADN (de comprobación forzosa de la paternidad). En el debate sobre el escándalo del vuelo a Montevideo fletado por Aerolíneas Argentinas para los muchachos K, el presidente de esa empresa, Mariano Recalde, afirmó: “¿Por qué no le preguntan a Ernestina Herrera de Noble de quién son sus hijos?” (declaraciones a radio El Mundo). Hay quienes señalan la mención de Cristina K a “los goles secuestrados” (en el discurso de la firma del contrato con la AFA), como una “amenaza” vinculada a la misma cuestión; y quienes ven a los viajes de la hija del matrimonio presidencial en el avión oficial, como una “cuestión de seguridad” también asociada a esta puja por los medios con Clarín.
El mamarracho político
Desde las elecciones del 2007, 42 diputados cambiaron de bloque. La “borocotización” es una industria que no está en crisis.
Das Neves dio un paso hacia la oposición a los K disponiendo que los legisladores de Chubut rompieran con el bloque del Frente para la Victoria. Se habla de que lo mismo haría el gobernador de La Pampa, Jorge. El kirchnerismo se sigue desgranando.
Preguntado Duhalde si la fecha de vencimiento del kirchnerismo sería diciembre de 2011, respondió: “Ya antes, cuando todos vean que pueden seguir gobernando un año más, (los Kirchner) se van ir quedando solos”, (Clarín 25/10). Ante la pregunta de Mariano Grondona a De Narváez: ¿De dónde lo ve más cerca a Néstor Kirchner, de la Rosada o de Devoto (la cárcel)?, respondió De Narváez: “De Devoto”.
La reforma política que impulsa el kirchnerismo es un mamarracho a la medida de las aspiraciones de Néstor K de ser candidato presidencial en el 2011, o ser el gran elector, el dedo, de esos comicios; y forzar al peronismo opositor a ir por fuera del PJ.
Claro que la ofensiva kirchnerista puede acelerar procesos en curso. Que se una en su contra el peronismo no K (Busti, Rodríguez Saá, Romero, Reutemann, Schiaretti, Duhalde, De Narváez, Das Neves, Jorge, etc.), que pueden destronarlo de la conducción del PJ. La reforma fuerza a negociar acuerdos entre las fuerzas de la Coalición Cívica y Social. También puede estimular el acercamiento de los partidos de centroizquierda.
3. Se va a definiciones
La situación política se ha enrarecido. Se multiplican las “operaciones” de uno y otro bando de los de arriba. Todo está en juego, y todos juegan duro.
Al mismo tiempo, la crisis, descargada brutalmente por la política kirchnerista sobre las masas obreras y populares está provocando tormentas de lucha contra el hambre, la oleada de despidos, los bajos salarios, los tarifazos, la grave situación de la industria y el agro nacionales, las finanzas de las provincias en rojo, etc.
Todas las contradicciones se tensan, y todo indica que se marcha a grandes definiciones a corto plazo.
La histórica lucha de Terrabusi trazó un camino en las fábricas para enfrentar la crisis, y sigue adelante. Están en lucha los trabajadores de Mahle y de otras empresas. La gran marcha de las antorchas de los trabajadores de la salud de Tucumán, y grandes movilizaciones en Córdoba, muestran lo que crece en los estatales. Están en lucha los docentes de Buenos Aires, Córdoba, Catamarca, Capital Federal, y otras provincias.
Hay una voluntad creciente de buscar la confluencia en multisectoriales, en las que las fuerzas obreras y populares van avanzando en su unidad para la lucha, y en puntos programáticos que den solidez a esa unidad y perspectiva a esas luchas.
Hay condiciones muy buenas para terciar, usando las peleas de los de arriba para que avance la lucha de las fuerzas obreras, campesinas y populares, patrióticas y democráticas, y la unidad en las multisectoriales, con independencia política y programática. Lo que exige, en cada situación concreta, precisar hacia dónde dirigir el golpe principal y con qué sectores golpear juntos, con el objetivo firme de avanzar por el camino del Argentinazo y la rebelión agraria para conquistar un gobierno de unidad popular, patriótico y democrático.