El 6 de enero ante la llegada de los primeros telegramas de despido en las contratistas de YPF SA, arrancó el paro general petrolero, con movilizaciones y cortes de ruta, bloqueando el ingreso a las bases de las empresas.
El 6 de enero ante la llegada de los primeros telegramas de despido en las contratistas de YPF SA, arrancó el paro general petrolero, con movilizaciones y cortes de ruta, bloqueando el ingreso a las bases de las empresas.
En Caleta Olivia, Cañadón Seco, Pico Truncado, Koluel Kaike, Las Heras y Río Gallegos con los primeros 200 telegramas, los petroleros encontraron los portones cerrados y la gendarmería de Macri movilizada contra los trabajadores, para garantizar los despidos. El cierre de AESA, con petroleros de más de 30 años de antigüedad, fue una de las primeras. Y la lluvia de telegramas que fueron llegando a varias contratistas, Bolland, Oleosur, Oil con el argumento de “reducción de costos” mientras el precio del barril de petróleo Brent ya llegó a los 70 dólares. El paro fue masivo y contundente. La operadora china Sinopec se sumó a los despidos. Esta petrolera imperialista se venía quejando de la “conflictividad de los petroleros santacruceños”, amagaba con cerrar e irse, como hicieron en Comodoro con un área chica que tenían.
Adolfo Sanchez Zinny, CEO de Bolland, presidente de la CEOPE, una de las cámaras empresarias petroleras, declaró que va a ser un año difícil “por la conflictividad de los petroleros santacruceños” y apoyó las reformas laborales que pretende llevar adelante Macri, y “así van a venir las inversiones”.
Durante el paro petrolero se hicieron movilizaciones y caravanas de autos y camionetas, con el acompañamiento de todos los gremios estatales y privados hacia las intendencias de cada localidad. Como dijo el comisionado de Fomento de Cañadón Seco, Jorge Soloaga: “El gobierno de Macri parece priorizar la hijaputez empresarial, por encima de la dignidad de los trabajadores patagónicos”.
La CCC, el PTP y el PCR hicieron llegar el apoyo a la justa lucha de los petroleros, en medio de la lucha popular contra la política de Macri y las petroleras imperialistas.
Así se llegó a la conciliación obligatoria, dictada por el ministro Triaca. Pero los telegramas siguen llegando, a Vientos del Sur, Lufkin, Superior y otras empresas. Claudio Vidal, secretario general del Sindicato Petrolero Santa Cruz, aceptó los planes de 21.000 pesos para los despedidos por 6 meses, de la mano de Triaca, a cambio del reconocimiento de su “triunfo” electoral en las recientes elecciones del 2017. Las luchas siguen en cada empresa, y se suman despedidos de anteriores reclamos.
En Cañadón Seco, al ingreso a la base de Sinopec, se instaló un Campamento de los Petroleros Despedidos de Lufkin y otras empresas. La gendarmería lo desalojó y nuevamente se instaló con el acompañamiento de las mujeres e hijos de los trabajadores.
Toda esta situación se da en el norte de la provincia, mientras en el sur, en la Cuenca de Río Turbio se da la pueblada de los heroicos mineros y toda la comunidad contra los despidos masivos y en defensa de YCRT.