El martes 8, alrededor de las 19.30 hs., cuando se estaba cumpliendo dos días sin electricidad y ya se estaban quedando sin agua, los vecinos del barrio Las Flores decidimos reunirnos en la calle en asamblea.
El martes 8, alrededor de las 19.30 hs., cuando se estaba cumpliendo dos días sin electricidad y ya se estaban quedando sin agua, los vecinos del barrio Las Flores decidimos reunirnos en la calle en asamblea.
Se empezaron a juntar cada vez más vecinos; creció la indignación y la bronca. Hacía diez días se había producido otro corte de luz que duró, a pesar de las quejas reiteradas, ¡cuatro días! Como había pasado antes, Edesur no atendía o no daba respuesta a los reclamos telefónicos.
Se decidió inmediatamente el corte de la calle Bacacay y se utilizó, para ello, dos recipientes grandes de basura de la ciudad en los extremos y, entre ellos, se cruzó una escalera puesta en forma horizontal. Se empezaron a golpear los recipientes de la basura y aparecieron las ya históricas ollas; un vecino, se incorporó con una maza y luego un martillo que se utilizaron para golpear una columna de la luz produciendo un ruido intenso que se escuchaba en un radio muy amplio.
Con el ruido se fue juntando más y más gente hasta superar las sesenta personas que participaban activamente en la calle. Otros acompañaban con aplausos y golpeando ollas desde los departamentos afectados. Mucha gente iba y venía del corte.
Al tiempo la Policía Federal, que había recorrido la zona varias veces, corta la calle anterior para desviar el tránsito hacia otra lugar. Dos horas después, dos policías, uno de ellos con una carpeta abierta en la mano, se aproximaron. La mayoría de la gente reaccionó con bronca.
Un vecino les decía: ¿a qué vienen?, ¡si vienen a tomar el nombre de todos que se vayan!, ¿por qué no van a Edesur para que nos devuelvan la luz? El otro funcionario policial, después que se apaciguó un poco la gente, explicaba que ellos vinieron para tomar nota del reclamo y ver en qué podían ayudar para solucionar el problema. Pretendía que hicieran el reclamo en Edesur, no ahí. La gente rechazó esa propuesta.
Finalmente, luego de idas y vueltas, se ofrecieron para “mediar” entre los manifestantes y Edesur. Se comunicaron por handy y, según dijeron, a ellos tampoco les daba bolilla Edesur. Pidieron tiempo y decidieron volver a la comisaría y hasta enviar un móvil a la empresa de energía para que solucione el problema. La gente respondió que el corte seguiría. Bueno –dijeron-, pero que sea como hasta ahora, pacíficamente.
Crecía la bronca y se fue juntando más gente. Se quemaron basura, papeles y cubiertas hasta hacer una fogata grande. Se vuelve a discutir y al no haber respuesta se decide cortar una arteria más importante y el corte se traslada hasta Nazca y Bacacay donde se afecta casi toda la calle y se hace una gran fogata. Uno de los manifestantes controla el tránsito. La policía presente, dos móviles, tratan de calmar a los manifestantes que estaban muy decididos y explican que fueron hasta Edesur y que en dos horas enviaban una cuadrilla para restituir la luz.
Paralelamente habían llamado a los bomberos que vinieron y, ante el repudio de la gente que cortaba la calle, luego de dar vueltas finalmente apagaron el fuego. Eran más de las 22.30 y hacía más de media hora que había empezado a llover intensamente. Los manifestantes decidieron, en asamblea, levantar el corte y si no había respuesta juntarse temprano a la mañana para proseguir la lucha todo el día.
A las siete de la mañana del miércoles la electricidad fue repuesta como resultado de la lucha. Mientras, escuchábamos por la radio que en otros lugares se habían multiplicado los cortes de luz…
Hay que destacar que varios comerciantes, jugaron un papel importante en la lucha. Un supermercadista chino interpeló a un policía: llevaba perdido $30.000 en mercadería y el carnicero que trabaja en el mismo local se había sumado activamente a la lucha. Este supermercado les dio bebidas frescas a los manifestantes.
Algunos vecinos decían que, ese mismo día, a los manifestantes que cortaron Retiro les habían devuelto en poco tiempo la luz y a nosotros, que no estamos enganchados, no. Alguien señaló que no había que contraponer las luchas sino sumarlas; en definitiva ellos, los manifestantes de Retiro, nos habían mostrado el camino para obtener respuestas. Que el problema no es si están enganchados o no sino que las empresas, con el amparo del gobierno nacional, levantan grandes ganancias y no realizan las inversiones para solucionar estos problemas que son habituales en esta época. Había gente que sin ser afectada, porque algunas fases no sufrieron el corte de luz, se habían sumado y estaban manifestando porque la lucha era justa y también a ellos les habían cortado en otras ocasiones la luz. Se demostró, una vez más, que el único camino para obtener respuestas es la lucha y el protagonismo popular uniendo todo lo susceptible de ser unido para lo cual es preciso afinar bien el blanco.
