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02 de octubre de 2010

Otra embestida de las fuerzas sociales y políticas oligárquicas y proimperialistas. Tratan de “embarrar la cancha” para impedir un mayor avance popular en las presidenciales de diciembre.

Piquetes en toda Bolivia por la ley electoral

Hoy 1262 / Nueva pulseada con la oposición oligárquica

La situación boliviana vuelve a recalentarse con la nueva embestida de la oposición oligárquica, que esta vez puso como blanco la ley que reglamentará las elecciones presidenciales del 6 de diciembre.
El Congreso de Bolivia aprobó la ley electoral en general, pero en la noche del jueves 9 no pudo funcionar por el boicot de las bancadas opositoras de Poder Democrático Social (Podemos) y el Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR), Unidad Nacional (UN).
El gobierno ya había hecho importantes concesiones: redujo de 14 a 8 las bancas reservadas a las circunscripciones indígenas y ofreció revisar el 30% del padrón electoral (la oposición lo cuestiona por “irregularidades” que organismos internacionales estiman en apenas un 3 por ciento). Sin embargo las fuerzas anti-Evo exigen un reempadronamiento general y usan ese pretexto para bloquear la ley electoral. Lo que en verdad temen es que las elecciones se constituyan en un nuevo jalón del avance popular, y no sólo confirmen el apoyo a Evo sino que éste también obtenga la mayoría parlamentaria.

Puntos sensibles
El plazo para aprobar la norma electoral venció el 8 de abril, pero ese día no había acuerdo ni en el Congreso ni en la comisión multipartidaria que negociaba en forma paralela cuestiones decisivas como las circunscripciones especiales para las comunidades indígenas, y la realización a fin de este año de un referéndum autonómico en La Paz, Cochabamba, Oruro, Potosí y Chuquisaca (que en 2006, a diferencia de los departamentos de Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija, habían rechazado la autonomía).
Otro punto sensible para los partidos anti-Evo es el voto de los bolivianos en el extranjero, ya que son concientes del apoyo mayoritario al presidente entre los aproximadamente 300.000 bolivianos radicados en distintos países de América, Europa y Asia.

Huelga de hambre y vigilias
Evo Morales decidió presionar al Congreso exigiendo la aprobación de la ley electoral con una medida inédita: se declaró en huelga de hambre en el Palacio de Gobierno junto con un grupo de dirigentes sociales campesinos de la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB), sindicales de la COB, juveniles y activistas de La Paz, Tarija, Chuquisaca, Cochabamba y Santa Cruz. Otras 1.500 personas establecieron 30 piquetes de huelga de hambre en todo el país.
Paralelamente mineros, campesinos, juntas vecinales y comerciantes de las ciudades de El Alto y La Paz se apostaron en vigilia en las proximidades de la Plaza Murillo hasta que la ley electoral fuera aprobada. Allí se sumaron representantes de organizaciones sociales como la Confederación de Pueblos Indígenas de Bolivia (Cidob) y dirigentes de la Federación de Mujeres Bartolina Sisa y de la Confederación de Ayllus y Marcas (Conamaq). La Confederación Obrera Boliviana (COB) declaró estado de emergencia en las filas obreras.
Evo aceptó el sábado ordenar la elaboración de un nuevo padrón electoral, manteniendo la huelga de hambre “hasta que el Congreso apruebe el código electoral”. Simultáneamente, el dirigente de la COB de la ciudad de El Alto (vecina de La Paz), Edgar Patana, en huelga de hambre junto a Evo Morales, convocó a un paro en esa ciudad para el lunes 13, en reclamo de la aprobación parlamentaria de la ley electoral.
Al cierre de esta edición de hoy había tensión y expectativa sobre esta nueva pulseada de las fuerzas oligárquicas y proimperialistas contra el pueblo boliviano y el gobierno de Evo.