El plan que anunciara en el mes de diciembre la presidenta de poder cambiar la vieja heladera por una nueva –como el del primer coche, créditos para vacaciones, etc. y antes durante el mandato de su marido, el del departamento propio– generó cierta ilusión en sectores populares que vieron la posibilidad de poder renovar el tan preciado electrodoméstico al precio de $ 1.400.
Hasta el momento, como tantos otros, el anuncio quedó frustrado en el amague.
Consultadas por este semanario, en las casas de electrodomésticos nos informaban que no saben aún –estamos a mediados de enero– cuándo llegarán al circuito las heladeras promocionadas por el gobierno ni la marca de estas…
Se rumorea que sólo en Frávega y Garbarino (las dos más grandes y conocidas cadenas de casas de electrodomésticos) hubo heladeras… pero como en todo rumor, nadie específicamente vio, no se sabe quién accedió a una y tampoco qué marca era.
Para acceder a una heladera con freezer para una familia tipo, el precio oscila entre los 1.800 y 2.200 pesos. A $ 1.400, como anunciara el gobierno, no existen.
Aprovechando la temporada y ante las reiteradas consultas de consumidores, algunos comercios aprovecharon la oportunidad para crear su propia oferta y limpiar el stock existente.
Por ejemplo, encontramos el caso de una marca de heladera de desconocido orígen –o sea, como dice el dicho, “pan para hoy y hambre para mañana”– a 1.600 pesos a pagar en cuotas de 100… “más accesible al bolsillo”, como nos dijera el vendedor.
O el caso de Wal Mart que en su “plan canje” ofrecía una heladera con freezer a precio de mercado ($ 2.000) a cambio de la vieja y como “beneficio” el pago de $ 20 para el flete. Una burla.
Los consumidores mascando la bronca, pegaban la vuelta afirmando “me voy a una compra-venta que me dan un poco más de plata por mi heladera”.
Así, con amagues para salir del paso, el gobierno se burla una vez más de las necesidades de nuestro pueblo.
03 de octubre de 2010