1. Las penas son de nosotros
Murió una familia asfixiada por el braserito. ¿Una? Son más, pero no salen en los medios. ¿Y los mayores, los enfermos, los pibes desnutridos, no los cuentan? ¿Dónde están las garrafas de $ 16? ¿Cómo se aguantan estas oleadas de frío con la carne, las verduras y las frutas por las nubes? ¿Con cortes de luz y de gas, y tarifazos?.
Hay más de 10.000 obreros de la carne parados y 30 frigoríficos cerrados a los que el gobierno les niega la garantía horaria. Hay más de 6.000 obreros petroleros suspendidos y cientos de despidos. ¿Cómo pasan el invierno esas miles de familias?.
La única usina eléctrica que nunca paró en estos cortes, que siempre tuvo combustible, es la que alimenta a la minera imperialista Alumbrera, que paga solo un 2% de todo lo que se lleva (cobre, oro, zinc, etc.), y nadie la controla.
¿Por qué los jubilados tienen que sufrir el invierno y no pueden cobrar el 82% móvil del salario mínimo habiendo plata suficiente en el ANSES? Porque la caja de los jubilados, más de $ 20.000 millones, se está usando para “los privilegiados K”: los usureros, en su mayoría extranjeros, que acaban de cobrar 2.300 millones de dólares (9.200.000 millones de pesos).
Con el gobierno K, los pobres pasan frío y hambre, y los que se dedican a la timba financiera cobran con intereses de hasta un 27%, sin hacer nada, y no pagan impuestos.
2. ¿Quién paga la crisis?
Según estudios empresariales, el costo laboral es hoy un 16% inferior al 2001. Es decir, el salario es hoy un 16% menor (y en ramas como la automotriz se achicó el 40%). Además, la productividad promedio creció un 50% entre el 2002 y el 2009. Es decir: monopolios, banqueros y grandes terratenientes, pagan un 16% menos a los obreros, y les hacen producir un 50% más.
Pero los K, solo aceptarían llevar el salario mínimo a $ 1.750/1.850: la tercera parte de la canasta familiar. Así es la política K: los que trabajan cobran menos, producen más, son brutalmente superexplotados y empeoran las condiciones de vida de su familia; para que un puñado de monopolios, usureros y terratenientes engorde sus bolsillos. Esa es la columna vertebral de la Argentina K. Así, con la política kirchnerista, los de abajo están pagando la crisis que provocaron los de arriba.
3. La crisis, los pagadores y las guerras
La crisis mundial sigue golpeando duro. Los países imperialistas sostuvieron a sus bancos con billones de dólares, euros, yuanes y yenes. El resultado es que la deuda pública de Europa, por ejemplo, es del 80% del Producto Bruto de la Unión Europea. La de Italia llega al 117%, más que Grecia. Alemania y Francia deben más que la Argentina. Ni que hablar de Japón que debe el 204% de su PBI: ¡más de dos años de su PBI! En algunos casos, las actividades se reactivan, pero lo que no se reactiva es la creación de empleo: en España los desocupados aumentaron al 22,5%.
Entre los años 1800 y 2009 hubo en el mundo 250 países en defaults (morosos) de deuda externa y 68 de deuda pública. Entre los países que nos acompañan en esa lista de morosos, están México, España, Alemania, China, Turquía, Brasil, Rusia, etc. El campeón de quiebras es España: tres veces, la Argentina solo dos, (La Nación, 1/8).
Los Kirchner, lejos de tener como prioridad la grave situación social, siguen siendo los mejores pagadores del mundo. Le niegan a los jubilados una cifra que es apenas la cuarta parte de la canasta familiar y, al mismo tiempo, le pagan casi $ 10.000 millones a los usureros imperialistas ¡con la plata de los jubilados!.
La crisis va volviendo al mundo más complicado. Estados Unidos produce hechos que agravan los factores de guerra: una flota yanqui-isreaelí se instala en el Golfo Pérsico; maniobras yanqui-coreanas (del Sur) provocativas con Corea del Norte; ejercicio naval Unitas y maniobras de desembarco y ocupación Intercambio Sur en Perú (con tropas argentinas enviadas por los Kirchner), una poderosa fuerza (46 barcos, 200 helicópteros y 7.000 efectivos militares ingresaron a Costa Rica, a las bases militares yanquis autorizadas por Colombia se realizan ejercicios conjuntos, amenazando a Venezuela. Nunca hay que olvidar que los yanquis, frente a las crisis, buscan salir con guerras.
4. “A la Argentina”
Con su fino olfato reaccionario, Mariano Grondona alerta a los políticos promocionados por el sistema, que “el pueblo” no está ni con unos ni con otros. Algunos encuestadores, en privado, reconocen que ninguno de los candidatos a las elecciones presidenciales del 2011 está por encima del 10%, y lo que publican es la tendencia por la que se definirían los votantes. En España, la bronca contra el ajuste del gobierno, provoca un rechazo, sobre todo en la juventud, que la prensa llama “a la Argentina”: muchos de los que apoyaban al gobierno no se vuelcan hacia el partido opositor, sino que descreen de todos. Se ve que la fragilidad institucional no es una exclusividad nuestra, pero somos referentes mundiales de ingobernabilidad.
El discurso del presidente de la Sociedad Rural, Biolcati, y las respuestas del gobierno K, volvieron a mostrar la fractura en el bloque dominante. Fractura que, con la presión de la crisis, tiende a agravarse.
La disputa de los de arriba está condicionada por la crisis y por la imposibilidad, desde el 2001 a hoy, de sacar a las masas de las calles. Este fue el gran “compromiso” de los Kirchner con el bloque dominante: “Kirchner asumió un gobierno encargado de reconstruir el sistema de dominación oligárquico imperialista” (11° Congreso del PCR, pág. 39). El gobierno no pudo hacer ese trabajo sucio en sus primeros años, cuando había expectativas, ¿cómo podría hacerlo ahora, con la crisis y con el bloque dominante fracturado?.
A partir de esa debilidad de fondo se da la disputa de los grupos de poder; disputa en la que, por momentos el gobierno pega algunas piñas, y en otros momentos pegan sus rivales.
Así las cosas, la clave, para los K, es “la caja”: el principal instrumento para subordinar a una gran parte del aparato de gobierno, sindical, organizaciones sociales, etc. Mientras que sus rivales, después de la borrachera en la que se ilusionaron con una salida de centro derecha, tratan de ganar la iniciativa desde el Congreso, recuperando los poderes delegados (los “superpoderes”) que le permitirían incidir gastos e impuestos, es decir, en “la caja”.
5. El camino popular
Los “Grondona” no les quieren reconocer valor político a las luchas. Pero esas luchas han debido o deben enfrentar las políticas oficiales, como se vio en Kraft y Arcor, la carne, los docentes; las de los jubilados por el 82% móvil y los desocupados por el aumento de la asignación por hijo que marchan a otra jornada el 4 y el 5; o el corte de vías y el estallido de bronca en el Roca. Lo mismo ocurre con los reclamos de los estudiantes secundarios de la Capital Federal, la pueblada de Bariloche, el “Fueteovejuna” de Gualeguaychú, la marcha de Memoria, Verdad y Justicia contra la criminalización de las luchas, o la gran movilización popular del Bicentenario.
Esas luchas hacen avanzar la confluencia de diversos afluentes, lo que se va expresando en la unidad popular, patriótica y democrática en las multisectoriales y otras formas de coordinación.
Coordinación que se fortalece con cada recuperación de organizaciones obreras, con un peso creciente de la rebeldía de la juventud trabajadora. También se fortalece con la sed de tierras que crece en el campesinado pobre y los originarios. Se vio en el Chaco, y ahora en el histórico acampe de ASOMA y su corte de la rotonda de Alpargatas, hechos que prestigian a la FNC. Sed de tierras que también se vio en el 4º Encuentro Nacional de Originarios. El campesinado agrupado en FAA ha retomado la ofensiva por la segmentación de las retenciones y otros reclamos.
Por otra parte, pesa también que la minoría de legisladores progresistas del Congreso, en algunos casos, logra frenar o impulsar proyectos, inclinando la balanza; y son un factor de apoyo a reclamos populares: jubilaciones del 82%, extranjerización de tierras, ley de protección de glaciares, investigaciones sobre la corrupción y el uso policíaco de los servicios, etc.
En ese camino está la pulseada de la Lista Lila por la recuperación para la lucha de los docentes y la educación pública, contra la dirección actual de CTERA, funcional a los Kirchner. También van en ese camino los pasos que se dan para recuperar la dirección de la CTA, para ponerla al servicio de los trabajadores de esa central, barriendo también de ahí a Yasky y los que la mantienen funcional al kirchnerismo.
Las fuerzas obreras y populares, patrióticas y democráticas, van recorriendo el camino que les permitió avanzar, el del Argentinazo, la rebelión agraria, la huelga de Kraft y la marcha y el acampe chaqueños encabezados por los campesinos pobres y originarios. Acumulan fuerzas para conquistar un gobierno de unidad popular, patriótico y democrático que abra paso a la refundación de una nueva Argentina.
