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02 de octubre de 2010

Pese a la patota, el plebiscito sigue, y masivamente los trabajadores votan por el sí. Avanzar en la pelea por la recuperación salarial.

Plebiscito en el subte

Hoy 1253 / Por un sindicato propio

El jueves 5 de febrero, cuando el Cuerpo de Delegados del Subte realizaba el plebiscito entre los trabajadores de la Línea D para la constitución de un sindicato propio, una patota de la UTA, con gente armada, atacó a los trabajadores que estaban en la mesa de votación de la estación Congreso de Tucumán, hiriendo a varios, incluidos  pasajeros que se encontraban en el lugar. Eso motivó el inmediato paro de repudio de los trabajadores a la agresión en todas las líneas.
La contundencia del paro demostró que el Cuerpo de Delegados sigue siendo la dirección real de los trabajadores del subte; que la elección realizada por la UTA a fin del año pasado fue una gran farsa, y que esos trabajadores han acumulado un gran odio a los jerarcas de la UTA.
La política de los dirigentes de UTA de imponer a los trabajadores una dirección con los viejos métodos del fraude y la patota, porque saben que en forma democrática pierden, es lo que llevó a imponer la necesidad de otro sindicato. Este fue un debate entre los trabajadores del subte, desde que lograron imponer un Cuerpo de Delegados opositor a la dirección del gremio, y con esa dirección  conquistaron las 6 horas, importantes mejoras salariales y el pase al convenio de UTA de todos los trabajadores de las empresas tercerizadas.
Mientras Palacios fue secretario de UTA, había canales de negociación, y hasta propuso darles la Secretaría del Subte del gremio al Cuerpo de Delegados; pero a partir de la asunción de Fernández como secretario hubo un cambio con el indisimulado propósito de liquidar el Cuerpo de Delegados.
Primero se propusieron expulsar a los delegados en un congreso del gremio. Ante la amenaza de paro, el Ministerio de Trabajo frenó ese congreso. Fernández decidió entonces convocar elecciones fraudulentas para imponer un cuerpo de  delegados propio, que fueron impugnadas por los trabajadores. Las mismas fueron avaladas por el Ministerio de Trabajo, que oficializó esa farsa electoral realizada con gran despliegue de la patota del gremio en todas las cabeceras.
Esa persistente actitud de la dirección de la UTA en complicidad con la Empresa, de liquidar el Cuerpo de Delegados de cualquier manera; y el fallo de la Corte Suprema que autoriza a elegir delegados a un sindicato con simple inscripción gremial, aunque no tenga personería, convenció a la mayoría que no había otro camino que conformar un sindicato de los trabajadores del subte.
Como había sectores del Cuerpo de Delegados que sostenían la necesidad de seguir dando pelea dentro de la UTA, convocaron al plebiscito. 
Los datos que tenemos al cierre de esta edición, indican que en la línea D, sobre un padrón de 420, votaron 348. Por el Sí lo hizo un  98,6% (343); y 5 (1,4%) por el No. En la línea E y el Premetro, sobre 434 de padrón votaron 266. De éstos, 262 (98,5%) lo hicieron por el Sí, 3 (1,5%) por el No, y hubo un voto en blanco.
La UTA, después de la patoteada en la estación Congreso de Tucumán, volvió a amenazar con impedir la continuación del plebiscito. Por eso es importante rodear de solidaridad y permitir que sean los trabajadores los que decidan democráticamente si quieren seguir perteneciendo a UTA o quieren conformar un nuevo sindicato.
Al mismo tiempo, en todo este proceso es evidente que el gobierno ha aprovechado esta contradicción para tratar de subordinar al  Cuerpo de Delegados a su política. No se entiende de otro modo las declaraciones y la movilización de una parte del Cuerpo de Delegados en apoyo al gobierno en medio de la disputa de éste con los productores agropecuarios; o que en el último período se hayan aceptado sin discusión los topes salariales impuestos por el gobierno y los jerarcas sindicales.