El 7 y 8 de febrero se realizó en Rosario el IV Plenario Nacional de Cooperativas de la CCC. Con la presencia de más de 300 compañeros y 252 delegados de todo el país se discutió en base al guión elaborado por la Mesa Nacional, en 5 comisiones y en el Plenario el balance de 10 años del trabajo con las cooperativas, la situación política, el programa y un plan de lucha.
El 7 y 8 de febrero se realizó en Rosario el IV Plenario Nacional de Cooperativas de la CCC. Con la presencia de más de 300 compañeros y 252 delegados de todo el país se discutió en base al guión elaborado por la Mesa Nacional, en 5 comisiones y en el Plenario el balance de 10 años del trabajo con las cooperativas, la situación política, el programa y un plan de lucha.
Fue unánime la opinión de que fue correcto y positivo haber tomado el trabajo con las cooperativas, al mismo tiempo que se remarcó que nunca consideramos que era el camino para resolver el tema de la desocupación en nuestro país. Por el contrario entendiendo que la desocupación se ha transformado en un tema estructural quedó claro que sin un cambio revolucionario no tiene solución. Sin embargo en la experiencia de estos 10 años quedó demostrado que las cooperativas han sido una herramienta para resolver, aunque parcialmente, el problema del trabajo para muchos compañeros que han quedado fuera del sistema productivo, en muchos casos también ha servido para resolver el tema de la vivienda, de las redes de agua potable, etc., pero principalmente ha servido para fortalecer el movimiento de desocupados, que todos estos años ha sido un puntal de la lucha del Movimiento obrero.
En ese marco se escuchó la autocrítica de las zonas que no tomaron el tema de las cooperativas o lo tomaron tarde. Desde el inicio, en el 2004 cuando se planteó el tema de las cooperativas, se dijo claramente que el gobierno y las clases dominantes en general nos propusieron las cooperativas para fortalecer en los desocupados una mentalidad de cuentapropistas o de pequeño propietario, enfrentarnos con nuestros propios compañeros, dividirnos y sacarnos de la calle.
En estos 10 años la CCC acumuló una rica experiencia, con aciertos y errores, cuyo análisis en el plenario permitió afinar el reglamento que fue aprobado en el plenario de cierre. Ahí quedó bien claro que las cooperativas son un instrumento del movimiento de desocupados, que está subordinado al movimiento y que debe rendir cuentas a todo el movimiento no solo a los que circunstancialmente están trabajando en ella.
En el cierre Juan Carlos Alderete, coordinador Nacional del Movimiento de desocupados de la CCC, hizo especial hincapié en la necesidad de que los guiones de discusión lleguen y sean discutidos por todos los compañeros del movimiento y no solo por sus cuadros de dirección, porque esa es la única forma de dirigir con los compañeros y que todos conozcan, opinen y decidan en la orientación política y económica.
Respecto de la situación, se discutió que es grave y tiende a empeorar. Las paritarias van a ser una gran pulseada para los trabajadores ocupados pero los desocupados, los cooperativistas y los jubilados no tenemos paritarias por lo que tenemos que redoblar la lucha y ser abanderados de la unidad con otros sectores con una línea divisoria clara que la crisis no la siga pagando el pueblo.
En ese sentido se aprobó la jornada nacional de lucha para el 11 de febrero y redoblar los esfuerzos para garantizar un paro nacional activo en la primera quincena de marzo para torcerle el brazo a esta política de ajuste y entrega nacional.
