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08 de agosto de 2019

Pobreza que crece y crece

La pobreza ya ronda el 35% de nuestra población. No cubren su canasta básica 15.000.000 de hombres y mujeres del campo popular.

Son pobres amplios sectores del proletariado industrial y rural (aún trabajando en blanco). La mayoría de los que lo hacen en negro. Los que changuean. Los desocupados. Muchos cuentapropistas. Los jubilados. La mitad de nuestros jóvenes y niños. Numerosos pequeños productores del campo y la ciudad que viven a los saltos.

 

Sobra de todo… pero, para muchos no hay nada

Hipócritas de todo pelaje se conduelen por las penurias del hermano pueblo venezolano. Machacan con largas colas frente a escaparates vacíos. El macrismo bate el parche para obtener algún rédito electoral. Cualquier recurso es útil si saca de escena la cruel realidad argentina.

 

 ¿Por casa cómo andamos?

A vuelo de pájaro constatamos que hay de todo. Supermercados y farmacias atiborrados de alimentos y medicamentos. El pequeño “detalle” radica en quién puede y quienes no pueden acceder a semejante abundancia. Nadie te niega la libertad de cruzar la puerta, elegir lo que se te ocurra, en las cantidades que desees, pagar la cuenta y llevarte la mercadería a tu casa. La condición para hacer valer dicha libertad se encuentra en tu bolsillo. Según los propagandistas de este orden maravilloso nadie tiene la culpa de que seas pobre.

Ese razonamiento (decididamente cínico) se vuelve inadmisible cuando las estadísticas señalan la tremenda espesura de la pobreza. Lo que viene a demostrar que dicha pobreza no es una cuestión individual. No es la culpa del pobre sino el resultado de un sistema perverso.

Apoyando la ñata contra el vidrio la plebe contempla el obsceno festín de unos pocos. Se embronca, se organiza y lucha contra tamaño agravio.

 

Las “libertades” que nos son concedidas

Distintos autores de variadas corrientes ideológicas han coincidido en una dramática comprobación.

«La libertad, por lo que respecta a las clases sociales inferiores de cada país, es poco más que la elección entre trabajar o morirse de hambre.» Samuel Johnson (siglo XVIII, conservador inglés). El hombre no aclara cómo funciona su aforismo cuando queres trabajar y se te niega tal posibilidad.

“Todos los pobres tienen la libertad de morirse de hambre bajo los puentes de París.” Anatole France (socialista francés; 1844-1924).

“Los capitalistas siempre han llamado «libertad» a la libertad de lucro para los ricos, a la libertad de morirse de hambre para los obreros.” Vladimir Lenin.

El alcance de esta “libertad” va más allá de la sola posibilidad de comer o NO COMER. Morirse de hambre significa también la denegación de todo derechos al disfrute de los dones de la naturaleza y la tecnología disponibles en cada época.

 

¿Morirse de hambre?

Desde estas citas hasta la actualidad ocurrieron cambios extraordinarios. El agro y la agroindustria crecieron exponencialmente. En nuestros días, la producción de alimentos permitiría satisfacer los requerimientos de 11 mil millones de personas. Compartimos nuestro planeta unos 7.500 millones. Pero 1.500 millones están subalimentados o, directamente, sufren y mueren por hambre.

 

Pobreza cero

Uno más de los eslóganes truchos a que estamos acostumbrados. En Macri, una especialidad de la casa. Para quien pueda haberla creído se trató de una mentira extremadamente cruel.

Corresponde denunciar esta promesa incumplida. Lo cual es apenas uno de los aspectos de la cuestión. Porque podríamos preguntarnos, ¿es acaso posible alcanzar la pobreza cero en un país dependiente como la Argentina?

La pobreza no está exclusivamente atada al grado de desarrollo económico de tal o cual nación. Incluso las metrópolis imperialistas (EEUU, China, Alemania, Rusia por mencionar algunas) presentan importantes índices de pobreza y miseria que contrastan con sus elevados Producto Bruto por cabeza. Ninguna de ellas se priva de expoliar a “no ciudadanos” de segunda categoría. Que cada cual seleccione los ejemplos que le parezcan.

 

¿Deberemos entonces resignarnos a una pobreza inevitable?

¡¡¡Jamás!!! Aún en las condiciones de esta sociedad injusta la pobreza se incrementa o morigera como consecuencia inmediata de políticas puntuales. El macrismo nos ofrece innumerables ejemplos al respecto. Una alianza de banqueros, monopolios de servicios públicos, exportadores de la producción agrícola y petróleo-minera… Especulación y ajuste eterno, apertura indiscriminada, dolarización de todo lo que consumimos, inflación galopante, salarios y jubilaciones a la baja… ¿Cómo no va a crecer la pobreza con semejante cría al mando?

El achicamiento del Mercado Interno golpea a todos los actores vinculados al mismo. Tanto productores como consumidores. Surgen incluso contradicciones en el seno de las clases dominantes. Por lo tanto, la lucha por acotar estos tremendos niveles de pobreza puede ser encarada por un Frente multisectorial. La condición para consolidar algún avance será que la hegemonía en la batalla sea obrera y popular.

 

Crisis y revancha. Signos de estos tiempos

El Mundo anda a salto de mata. No termina una crisis y ya se está viniendo la siguiente. La Argentina compra todas las crisis en su tamaño extra large. El Imperialismo (la fase actual del capitalismo) exhibe su fracaso en resolver sus propias contradicciones. Y, desde ya, la situación del conjunto de la sociedad. En las malas descargan sus efectos hacia abajo. Es cuando se llenan la boca con la promesa de un derrame virtuoso que nunca llegará ¿Cómo extrañarse del aumento de la pobreza?

Además, vivimos el tiempo de la revancha. Los sectores dominantes están en pié de guerra contra los “abusos”, los “privilegios”, la “prepotencia” de los de abajo. Van por nuestras conquistas históricas. Procuran liquidar las 8 hs.; las indemnizaciones; las vacaciones; las jubilaciones.

 

Malthus redivivo

«Un hombre que nace en un mundo ya ocupado, si sus padres no pueden alimentarlo y si la sociedad no necesita su trabajo, no tiene ningún derecho a reclamar ni la más pequeña porción de alimento (de hecho, ese hombre sobra). En el gran banquete de la Naturaleza no se le ha reservado ningún cubierto. La naturaleza le ordena irse y no tarda mucho en cumplir su amenaza.» Thomas Malthus.

Transcurridos 230 años desde que esas líneas fueran escritas afloran por todos lados sus nostálgicos. “Qué bien andaría el Mundo sin esa gentuza que todo lo complica”. Pero, mal que les pese EXISTIMOS. Surgen entonces los planes para “sanear” al Mundo. Desaparecernos por metralla (guerras locales que nunca cesaron); por hambrunas; por frío; por agua (el trágico Mediterráneo). En masivas migraciones. Muros y alambres de púa por doquier. Darle carácter de plaga al segmento mayoritario de la Humanidad.

Macri probablemente no conozca a Malthus y aún así adscribe a sus ideas. Su pobreza cero significa ocuparse tan solo de la Argentina viable. “Resuelve” la pobreza ignorándola. Mirando para otro lado.

 

Tierra, Techo, Trabajo

Con los sin tierra, los sin techo, los desocupados… Todos en esta dura batalla. Como en los últimos años este 7 de agosto convergerán la CTEP, SOMOS Barrios de Pie, la CCC y demás agrupaciones en la marcha de San Cayetano. Las organizaciones sociales, un contingente imprescindible en la lucha reivindicativa y en las inminentes elecciones. Su programa de resolución YA de las emergencias es un componente esencial del Programa del campo popular.

 

“Refugio nocturno”

Título de un poema de Brecht. Nos habla de un bienintencionado que en las crudas noches de Nueva York brinda un techo y un plato de comida a los desamparados. Aplaude al solidario pero en sendos párrafos nos señala:

“Con eso no cambia el mundo

no mejoran con eso las relaciones entre los seres humanos

no es ésa la forma de acortar la era de la explotación.

Pero algunos hombres tienen cama por una noche

se les abriga del viento durante toda una noche

y la nieve a ellos destinada cae en la calle.

 

Algunos hombres tienen cama por una noche

se les abriga del viento durante toda una noche

y la nieve a ellos destinada cae en la calle.

Pero con eso no cambia el mundo

no mejoran con eso las relaciones entre los seres humanos

no es ésa la forma de acortar la era de la explotación.”

 

Escribe Sebastián Ramírez