El miércoles 31, mientras se realizaba una evacuación del colegio por una amenaza de bomba, un escribano llamado Pugliese junto con el abogado del colegio de apellido Nuñez, a contramano de toda la gente se dirigieron al bar, que viene siendo gestionado por el centro de estudiantes para evitar que sea reprivatizado, con el objetivo de clausurarlo. Se presentaron docentes a pedirle a estos señores que evacuen, pero ellos no aceptaron. Mientras tanto algunos estudiantes se quedaron en el bar. Junto con el vicerrector Esturo levantaron un acta.
Se acercan otros alumnos y los preceptores Pablo Prada y Héctor Matrogiovani (miembros del gremio UTE-CTERA). Empujaron a las alumnas que estaban presentes, las golpearon con palos de escoba, pisaron e insultaron. Una salió lastimada.
Luego salieron todos, pero dos chicos se quedaron cuidando el bar, esperando que salieran antes los preceptores. Los fue a buscar la policía, que ya había entrado a la escuela. Los sacó a los empujones, ante las miradas de varios preceptores que, lejos de evacuar el edificio, estaban en el hall del mismo. Un policía amenazó a una alumna, diciéndole que sabe quién es y como se llama. El policía se quitó la placa para no ser identificado. Los preceptores se mantuvieron ajenos y ninguna autoridad intervino frente a la agresión policial.
Enterados de esta situación se acercaron padres, gente del Consejo del Menor y el premio Nobel de la paz Pérez Esquivel, quienes junto con el centro de estudiantes se reunieron con el rector Viegas. Mientras tanto se realizó una asamblea de estudiantes del turno vespertino que definió tomar el colegio para exigir una explicación y que se separe de los cargos a los preceptores agresores.
En la reunión, Viegas desconoció la agresión de los preceptores, desconoció su deber como funcionario público frente a lo sucedido con la policía y se negó a suspender a los preceptores por no “tener pruebas”. En ese momento llegó un policía avisado de la toma de colegio.
El rector de la UBA Hallú y Viegas no han cumplido con el acta que firmaron conjuntamente con el centro de estudiantes, AGD, comisión no docente y UTE-CTERA, y desde ese momento han mantenido actitudes patoteriles, han abierto causas judiciales al presidente del centro de estudiantes (Julián Assiner), a Julio Bulacio (delegado docente AGD) y Martín Chilo (delegado no docente), han retrasado el debate y la aprobación de la conformación de los consejos directivos y son responsables de lo sucedido la semana pasada y de la pérdida de clases por este motivo. Exigimos la inmediata suspensión de los preceptores agresores.
Luchamos por torcerle el brazo al pacto que cerraron las autoridades universitarias con el gobierno nacional para mantener una universidad con sus colegios secundarios callada y con bajo presupuesto.
03 de octubre de 2010
