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23 de diciembre de 2020

Lic. Benito Carlos Aramayo

Política Tributaria, que paguen más los que más tienen

Entrevista a Benito Carlos Aramayo, economista y profesor emérito de la Universidad Nacional de Jujuy (UNJu,) en el programa Café con Pepe de CNN, el lunes 21 de diciembre

 

-Nos preocupa cierto manejo de la economía en la Argentina, sobre todo porque da la sensación de carecer de recursos técnicos, da la sensación que se muestra escaso en el poder de fuego de utilización de recursos técnicos, ¿Cómo lo ve usted?

 Primero hay que decir que el tema del Sector Público Nacional según cifras oficiales  del Tercer Trimestre hasta septiembre se registró un déficit primario de 412 mil millones de pesos, y si se agrega a eso los intereses de la deuda de 134 mil millones de pesos estamos con un déficit total, un rojo en el sector público, de 546 mil millones.

Esto se explica por los efectos de la pandemia y las medidas que se tomaron ante la crisis económica y sanitaria a partir de marzo, particularmente. Tengan en cuenta que el IFE (Ingreso Familiar de Emergencia) demandó aproximadamente 126 mil millones de pesos y la ATP (Asistencia al Trabajo y Producción) 88 mil millones de pesos. Esto hace que el déficit para cubrir este tipo de necesidades casi llega a los 300 mil millones de pesos, es decir, un crecimiento del 817% en lo que va del año respecto del año pasado para gastos de programas sociales.

Usted plantea el problema de la perspectiva para el año que se avecina, bueno, el presupuesto aprobado dice que el déficit va a llegar al 4,5% sobre el PBI. Vamos a cerrar este año 2020 con el 7% de déficit. Hay que tener en cuenta que veníamos del 2019 con un déficit del 0,5 %. Se imaginan ustedes el impacto que ha tenido la pandemia y las necesidades sociales que surgieron y las necesidades en las empresas para que tengamos tamaño déficit al finalizar el año. Ese déficit va a influir sobre lo que viene porque para el año 2021 el presupuesto señala que habrá un déficit que se va a financiar con emisión monetaria en un  60%  y un 40% se hará con toma de nueva deuda. Además, se va a requerir asistencia del Banco Mundial y del BID por 4 mil millones de dólares. También va a haber una asistencia por parte de lo que ahora se llama Banco de Desarrollo de América Latina que va a ser de 544 millones de dólares. Este déficit también se cubrirá con lo que se recaude con el Aporte Solidario y Extraordinario de las grandes fortunas, que será aproximadamente de 300 mil millones de pesos. Lo que aquí está en discusión para el futuro es que lo recursos que tiene el Estado nacional no alcanzan para la emergencia que se está viviendo y creo que va a continuar en determinada proporción para el 2021.

Hay que tener en cuenta que el presupuesto no contempla repetir el IFE, no contempla volver a ayudar a las empresas con dificultades con ATP, por lo tanto, se plantea un escenario en el año 2021 sin pandemia y sin este tipo de gastos. El problema que tenemos que discutir es que estamos con una situación, desde el punto de vista fiscal, teñida por el predominio del capital financiero. El capital financiero, cuando hablamos de esto hablamos de las Leliqs y de los pases pasivos en el Banco Central, que son pases pasivos remunerados del Banco Central, estos se han duplicado, se ha emitido dinero principalmente para cubrir las  Leliqs y los pases remunerados. El gobierno anterior había dejado 1,2 billones en Leliqs y pases remunerados, a noviembre de este año estamos en 2,5 billones. Es decir, hubo emisión de 1,3 billones de pesos para cubrir los  intereses que perciben los bancos.

Ahí hay que hacer una proporción. Para atender las necesidades sociales de la pandemia se han emitido aproximadamente 300 mil millones de pesos. Si comparamos con lo que se ha emitido para pagar intereses de las Leliqs y de los pases remunerados esas necesidades sociales apenas representan el 24% de la emisión monetaria. Es decir, aquí tenemos un problema muy serio que pasa por el predominio de este capital financiero sobre el conjunto de la economía y los problemas sociales. Es por la ganancia de los bancos que el Estado ha emitido una cantidad astronómica de dinero. Estamos hablando de 1,7 billones durante el año y por ello se están pagando intereses por las Leliqs por aproximadamente 810 millones de dólares por mes. Si se sigue  con este tipo de sangría por el lado del Banco Central y por el lado de la emisión monetaria para estos negocios de los bancos, vamos a seguir con un escenario bastante complicado para lo que viene y obliga a discutir el problema de qué estructura tributaria nacional tenemos.

 

-Profesor, un escenario como el que usted mencionó, a estar, según algunos de observadores del  2021 sin pandemia, se ve todavía dificultoso y es muy posible que el gobierno tenga que seguir recurriendo a medidas extraordinarias para sostener el sistema productivo e incluso a algunos sectores sociales que están necesitando mucha ayuda, pero en paralelo ¿no debería haber medidas de fondo en cuanto a programa económico? ¿Tratar de ver qué pasa con la emisión que por momentos parece estar fuera de control y aprovechar esta oportunidad para generar un esquema tributario diferente?

Yo creo que sí, primero en relación al año 2021 todo indica que se va a continuar con esta emisión para cubrir este tipo de esquema que tienen los bancos, no los ciudadanos de a pie, lo que tendría que ser diferente. La emisión monetaria y el déficit fiscal no son en sí mismo un pecado mortal, porque hay experiencia en la historia económica mundial donde con déficit que se derive o se canalice a la producción de bienes y al consumo de la población no es un problema que exista ese tipo de déficit fiscal, mientras no pase un determinado nivel. Por lo tanto, aquí el problema es que se ha emitido esta astronómica cantidad de dinero para cubrir algo que tiene que ver con el predominio de la especulación financiera en el sistema económico argentino.

Por otro lado, la pregunta en relación al tipo de estructura tributaria, respecto a qué impuestos se pueden bajar y qué impuestos se tienen que subir, en el diálogo que tuvo el Ministro Guzmán con Paolo Rocca, éste se quejó por la presión tributaria en la Argentina. Sin embargo, el último informe de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) ubica a la Argentina en el lugar número 42, en cuanto a presión tributaria relacionada al producto bruto interno, y el lugar que le asigna la OCDE a la Argentina en relación al impuesto a la renta y las ganancias es el numero 79. Esto es el resultado de que la estructura tributaria argentina se basa en el impuesto al consumo. Entonces, tenemos una situación donde prácticamente el 41% de lo que se recauda todos los meses proviene del impuesto al consumo, particularmente el IVA,  de los impuestos internos al consumo de bienes, como el consumo masivo de combustible, cigarrillos, bebidas y  otros impuestos internos. Otra parte importante es el impuesto a la mal llamada ganancia que se les saca a los trabajadores y jubilados. Y una parte diferente de la recaudación es lo que se recauda por aportes y contribuciones a la Seguridad Social que no se suma al Tesoro.

Es decir, de la recaudación neta el 41% proviene de impuesto al consumo de la población, esto no es así en los países centrales. Allí la estructura tributaria se basa en el impuesto a la renta, a las ganancias, a las propiedades, a la herencia y no al consumo. Si se hace un estudio comparado de la estructura tributaria nos vamos a encontrar con que somos un país con una estructura tributaria regresiva e injusta.

 

-Profesor, permítame ponerlo en estos términos, entiende usted entonces que la presión tributaria en la Argentina no es tan grande sino que está aplicada negativamente sobre sectores sobre los que no debería estar aplicado. 

 Correctamente, esa es la síntesis de lo que está pasando con la estructura tributaria en la Argentina. Nosotros tenemos que hacer un debate de fondo sobre quiénes son los que tienen que soportar la carga principal de los tributos nacionales y provinciales. Por ejemplo, el impuesto a los ingresos brutos,  que ahora con este nuevo Pacto Fiscal se autoriza a que de alguna manera las provincias eleven el impuesto a los ingresos brutos. Es un impuesto regresivo porque cae sobre el consumo de la población y no se hace lo mismo, por ejemplo, con aumentos por el lado del impuesto inmobiliario, que tendría que ser con categorías que vayan desde la pequeña propiedad a la gran propiedad territorial y de las casas humildes, de barrios a casas de lujo, a esas que cuestan 5, 7 o 10 millones de dólares. Es decir, aquí la estructura tributaria es lo que está en discusión. Hasta tanto no se concrete este tipo de debate de fondo no vamos a tener justicia en materia tributaria y vamos a tener la confusión de que en la Argentina se cobran demasiados impuestos en general. No es así, se cobran demasiados impuestos al consumo, a la población, pero no se cobra lo suficiente y en proporción a lo que cobran otros países en materia de ganancia, de renta, de propiedad y de herencia. Esto es lo que está en debate.

 

-Profesor, me queda preguntarle por la observación que hace de la evolución inflacionaria para el 2021, ¿cree usted que se respetarán las pautas fijadas en el presupuesto o se disparará más?

 Creo que el presupuesto en cuanto a perspectivas de inflación está dibujado. No se puede pensar como dice el presupuesto que vamos a tener el 28% al cabo del año 2021. Como no se puede ser serio en prever que la cotización del dólar, el tipo de cambio,  va a ser de 102 pesos, porque es una irrealidad. Por lo tanto, la inflación será inercial desde el punto de vista de lo que ya está sucediendo con los alimentos, como se nota en las góndolas, en las verdulerías, carnicerías lo que está pasando con el rubro alimentos es muy importante, por lo tanto, es muy difícil que el gobierno logre objetivos que están presupuestados en esta magnitud. Creo que la inflación va a ser como mínimo del 35%, 40% o más durante el 2021. Y el tipo de cambio estará sujeto a la presión que ejercen los exportadores, más aun con un gobierno que pretende que el eje de su política económica sea exportar más, se proponen duplicar las exportaciones, lo que exigirán los exportadores es que el tipo de cambio sea superior a los 87 pesos del dólar oficial que hoy cotiza, es decir, quieren un dólar de  130, 140 pesos o más. Por lo tanto, ese dibujo de un dólar a 102 pesos al cabo del año creo que es incumplible.