El Cuarto Congreso de la Internacional Comunista, realizado en 1922, proponía que “La mejor ayuda para la Rusia soviética en la guerra económica es la lucha política revolucionaria de los obreros que deben ejercer una fuerte presión sobre sus respectivos gobiernos para obligarlos a reconocer al gobierno soviético y a proceder al restablecimiento de las relaciones comerciales con Rusia. Considerando la gran importancia que tiene para los trabajadores la existencia de la Rusia soviética, el proletariado mundial debe, simultáneamente con la acción política, movilizar el máximo de recursos económicos para apoyar a la Rusia soviética˝. (Ver Cristina Mateu: “Solidaridad internacional y procesos nacionales: La Revolución Rusa, la lucha por el reconocimiento diplomático de la URSS y el desarrollo de políticas nacionalistas y antiimperialistas en la Argentina de los años 20”).
En función de este objetivo, desde el Partido Comunista de la Argentina se impulsó la conformación de una “Asociación Amigos de Rusia” en la que participaron destacadas personalidades de la política y la cultura, más allá de los afiliados al PC. Editaron una publicación a partir de junio de 1925, la Revista de Oriente, en la que manifestaron sus objetivos: “1º Propagar en el ambiente intelectual y obrero del país la obra constructiva que se opera en la Rusia soviética en el terreno político, económico y cultural. 2º Luchar por el reconocimiento del gobierno ruso y la iniciación de las relaciones comerciales con Rusia. 3º Propender a un acercamiento entre los círculos obreros e intelectuales del país y los de Rusia”.
La Revista de Oriente editó 8 números entre 1925 y 1926, y estaba dirigida por el abogado Arturo Orzábal Quintana. En sus páginas se publicaron colaboraciones de intelectuales y políticos anarquistas, socialistas, independientes, de diversos países, hasta funcionarios del gobierno radical de Marcelo T. de Alvear. Podemos mencionar a Victoria Ocampo, Natalio Botana, Nicolás Olivari, José E. Bravo, Julio Barcos, Haya de la Torre, Álvaro Yunque, José Mariátegui, Raúl Scalabrini Ortiz, Gabriela Mistral, Alfonsina Storni y Miguel de Unamuno, entre otros. Cita Mateu una carta de la Asociación Amigos de Rusia de 1925 a la Cámara de Diputados donde dicen que las relaciones diplomáticas con la URSS iban a “satisfacer el reclamo de gran parte del pueblo”, “plantear un acto de independencia política internacional”, que “a la Argentina llegaron 100.000 rusos” y que Rusia había comprado cueros y cereales argentinos ya en 1921.