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21 de febrero de 2018

Por el reconocimiento de la URSS (7)

Crónicas proletarias

Iuyamtorg, la empresa estatal soviética para intercambio comercial con sede en Buenos Aires fundada en 1927, llegó a tener más de cien empleados en su oficina central, y sucursales en varias provincias, así como Montevideo, Río Grande do Sul, Asunción y Valparaíso.
La oferta petrolera de los soviéticos al segundo gobierno de Hipólito Yrigoyen, es una de las causales del golpe de Estado que derrocó a su gobierno. Escribe Carlos Echagüe en su libro El socialimperialismo ruso en la Argentina: “En agosto de 1930, la Iuyamtorg acuerda con Yrigoyen el trueque de petróleo soviético computando un precio por debajo del impuesto por los monopolios imperialistas a cambio de productos agropecuarios. Pero el golpe de estado del 6 de septiembre, golpe con olor a petróleo, anula este acuerdo que podría servir para fortalecer a YPF”.
En la gestión del frustrado acuerdo había jugado un papel importante el general Enrique Mosconi, director de Yacimientos Petrolíferos Fiscales. Mosconi era favorable a la nacionalización de la producción petrolera, y tuvo enfrentamientos con los representantes de las petroleras imperialistas. Las negociaciones comenzaron en 1929, en tiempos del crack de la Bolsa de Nueva York, y Mosconi argumentaba a favor del acuerdo con los soviéticos en que éstos ofrecían el petróleo y la nafta a 11 centavos por litro, mientras en el mercado internacional Argentina tuvo que comprar a 20 centavos el litro. Hubo reuniones entre el titular de Iuyamtorg, Boris Kraevski, y Arturo Orzábal Quintana, asesor de Mosconi, para discutir el contenido del contrato, que nunca se llegó a firmar.
En 1931 la empresa soviética ofrece, al gobierno dictatorial, la venta de 250 mil toneladas de nafta, con una cláusula que permitía al gobierno argentino “rescindir totalmente el contrato en caso de que la producción nacional fuese suficiente para abastecer el consumo del país”, dice Echagüe.
Si bien Honorio Pueyrredón, ex canciller de Hipólito Yrigoyen y asesor jurídico de Iuyamtorg hizo gestiones con el general Uriburu, y éste se mostró favorable al acuerdo, dice Echagüe que “la propuesta no se concretó por la oposición del ministro de Agricultura Beccar Varela, personero de intereses petroleros imperialistas en nuestro país. A fines de julio de 1931 la policía asalta las oficinas de la Iuyamtorg y poco después la dictadura clausura la entidad. Era evidente que esta acción estaba directamente inspirada por los monopolios imperialistas, cuyos hombres directo conformaban gran parte del gabinete de Uriburu”.