“La justicia los dejó solos, no hagamos lo mismo”, decía el volante que los familiares y amigos de Paula Perassi repartían en la marcha que movilizó a gran parte de la ciudad de San Lorenzo, a unos 30 kilómetros de Rosario, pidiendo la aparición de la joven desaparecida ya hace un año y 8 meses.
“La justicia los dejó solos, no hagamos lo mismo”, decía el volante que los familiares y amigos de Paula Perassi repartían en la marcha que movilizó a gran parte de la ciudad de San Lorenzo, a unos 30 kilómetros de Rosario, pidiendo la aparición de la joven desaparecida ya hace un año y 8 meses.
Paula es una joven de 34 años de edad, quien convivía en un hogar como cualquier otro de San Lorenzo junto a su esposo y dos hijos (uno de 5 y otro de 2). Días antes de su desaparición, recibió la confirmación de un embarazo. Luego, durante la noche del 18 de septiembre de 2011, se ausentó de su casa argumentando ir en busca de una tarea escolar para su hijo más grande, pero jamás volvió.
El padre de Paula, Alberto Perassi, viene llevando adelante la lucha por su aparición y junto a los vecinos, familiares, amigos y organizaciones sociales reclama que la Justicia, que hasta el momento parece haberlos abandonado, haga algo.
La hipótesis que sostiene Alberto y que fue la principal línea de investigación tiene que ver con un tercero, un comerciante, de nombre Gabriel Strumia, de la vecina localidad de Puerto San Martín y al que identificó como probable amante de la hija. Este hombre, que tiene una familia constituida en esa localidad, fue citado en la causa y prestó testimonio. Luego de esto Strumia y su empleado Antonio Díaz, fueron procesados. Pero hace poco más de un mes los procesos fueron revocados por la Sala I de la Cámara de Apelaciones en lo Penal de Rosario para finalmente ser sobreseídos de la causa. El fallo estuvo a cargo de los jueces Carina Luratti, Alfredo Ivaldi Artacho y Ernesto Pangia.
“Estamos como al principio”, aseguró Alberto lleno de indignación y de incertidumbre por el paradero de su hija. Y la indignación tiene sus razones. En medio de la investigación hubo varias pruebas que se perdieron. “Tenemos indicios que nos señalan que uno de los acusados es el responsable, pero se han perdido las pruebas más importantes”, recordó Adrian Ruiz, abogado de la familia.
Con vida la queremos
“Con vida la llevaron, con vida la queremos”, gritaban los más de 300 manifestantes sanlorencinos que marcharon por las calles de la ciudad industrial vecina a Rosario. En todo el trayecto se escuchó la voz amplificada de Gabriela Echenique, amiga de la familia Perassi, y miembro de la Comisión pro Encuentro de Mujeres de San Lorenzo, denunciando irregularidades, dilaciones y retrocesos en la investigación, y destacando que pasaron 19 meses desde la desaparición de la mujer, sin avance alguno.
Con un gran cartel que decía “Yo también busco a Paula Perassi”, sus padres encabezaron la marcha que contó además con la participación de organizaciones como ATE, CTA, y movimientos femeninos como Voces en rebeldía y Mujeres de negro, entre otros.
En un documento elaborado por las organizaciones sociales y los familiares se asegura que: “Estamos ante uno de los hechos más aberrantes y que constituye una flagrante violación a los derechos humanos y constitucionales como es la desaparición de una persona, avasallamiento total de derechos que deberían estar garantizados por los poderes del Estado.
No sólo no hubo garantías para que la desaparición de Paula no se produzca, sino que además tampoco la Justicia ha garantizado hasta el momento averiguar qué pasó con Paula, mucho menos de encontrar a los culpables. Esta total falta de garantías, acompañada por el permanente ataque y vituperio de la víctima con calumnias y violencia ejercida hacia Paula ya desaparecida, poniendo en tela de juicio su vida por las autoridades máximas de la Justicia, haciendo impunemente uso de la violencia de género para justificar la desaparición; la revictimización de la familia que desde hace más de un año y medio, con Alberto Perassi a la cabeza, lucha a brazo partido por conocer la verdad y encontrar a Paula.
La única verdad hasta ahora es que Paula Perassi sigue desaparecida y que lamentablemente como tantas veces, en tantos casos debemos repetir, el Estado no está ausente sino presente de la peor manera; dejando al descubierto la más grande cadena de complicidad como mínimo en el silencio; silencio del poder político, Concejo Municipal y Ejecutivo Municipal, que llevan 19 meses de silencio; de las fuerzas de seguridad y de la justicia. Com- prendemos como sociedad que todos somos Paula, que puede ser nuestra hija, nuestra madre, nuestra hermana o nuestra amiga. Si no hay justicia para ella, eso significa que nadie está seguro ante la impunidad”.
“La ciudad quiere saber qué pasó y esto (por la marcha) es lo que tenemos que hacer todos los ciudadanos para que la justicia sea justicia, y poder pararle el negocio a todos los corruptos. Que se pongan a trabajar”, dijo Perassi y advirtió una vez más: “Voy a seguir hasta las últimas consecuencias”. Y ahora con el acompañamiento de todas las organizaciones sociales y vecinos “tengo más fuerza que antes”, concluyó.