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26 de agosto de 2014

Solo con políticas públicas, con fondos económicos suficientes para ello, se puede incidir en terminar con la violencia, la muerte y la discriminación que padecen las mujeres por ser mujeres.

Por la Declaración de Emergencia en Violencia Sexual y Doméstica ya!

Jujuy

Fuente: http://tomemoselcielo.blogspot.com.ar/

 

La vida de las mujeres en la provincia de Jujuy está cargada de padecimientos en base a tratos constantemente discriminatorios.

Una mujer abusada sexualmente, si se anima a denunciar, debe enfrentar a continuación el juicio público social, que suele acusarla, y el juicio penal, que la revictimiza, descree de su relato, la pone a ella en el banquillo de los acusados, y en general, garantiza impunidad al violador.

 

Fuente: http://tomemoselcielo.blogspot.com.ar/

 

La vida de las mujeres en la provincia de Jujuy está cargada de padecimientos en base a tratos constantemente discriminatorios.

Una mujer abusada sexualmente, si se anima a denunciar, debe enfrentar a continuación el juicio público social, que suele acusarla, y el juicio penal, que la revictimiza, descree de su relato, la pone a ella en el banquillo de los acusados, y en general, garantiza impunidad al violador.

 

Una mujer que atraviesa un embarazo no deseado, si decide abortar lo hace en situación de clandestinidad, poniendo en riesgo su salud, si no es muriendo. Llega al hospital público por infecciones debido a abortos mal terminados, y es castigada por haber decidido respecto de su cuerpo. Tampoco hay políticas públicas que garanticen educación sexual para decidir, y anticoncepción para no abortar. Predomina la ignorancia, y la inexistencia de políticas públicas que garanticen el acceso de las mujeres a programas de procreación responsable.

 

Una mujer con un embarazo producto de una violación, o que pone en peligro su salud, no tiene garantizada en la provincia la interrupción del embarazo que es tan legal como continuar con el mismo.- El Ministerio de Salud y el gobierno provincial no han garantizado la interrupción del embarazo en la provincia, sin que sea necesario el traslado de la mujer a otra localidad.

 

Una mujer en situación de violencia doméstica, no tiene lugares estatales accesibles a dónde acudir para dejar atrás esa violencia, y ser acompañada y apuntalada en terminar con dicha violencia. No recibe atención psicológica sin obstáculos, no tiene refugios a dónde acudir con sus hijos para ponerse a salvo de la violencia y así poder luego resolver, no tiene subsidios económicos que le permitan separarse del violento y poder seguir manteniéndose económicamente ella y a su hijos. Los obstáculos existentes en la psiquis y en las circunstancias de realidad de esa mujer violentada pos su pareja, no son tenidos en cuenta por el Estado para ayudar a poner fin a esa situación de violencia que a veces lleva a la muerte a la mujer (femicidios).

 

Una mujer en situación de vulnerabilidad, con un embarazo no deseado, con una psiquis dañada, no tiene la ayuda del Estado que permita evitar casos de infanticidio como han acontecido varias veces en nuestra provincia, siendo públicos solo algunos casos, como el de Romina Tejerina, y el reciente caso de Calilegua.

 

Es por esto que como lo vienen haciendo desde hace años las casas de las mujeres de Jujuy (Maria Conti de San Pedro de Jujuy, del Carmen, de Perico, Mujeres Unidas), y la Multisectorial de Mujeres de Jujuy, se hace imprescindible declarar la emergencia en violencia sexual y doméstica contra la mujer, tanto a nivel provincial como municipal. Así es como  gracias a la lucha de las mujeres se declaró la emergencia en las ciudades de San Pedro de Jujuy y de El Carmen, con un resultado similar en Perico.

Por ello mantenemos esta batalla, exigiendo a la legislatura provincial que declare la emergencia a nivel provincial, y al consejo deliberante de la ciudad de San Salvador de Jujuy, que la declare a nivel municipal. Somos a la vez parte del movimiento de mujeres que exige la emergencia a nivel nacional. Ningún gobierno (nacional, provincial, municipal) puede lavarse las manos: solo con políticas públicas nacionales, provinciales y municipales, con fondos económicos suficientes para ello, pueden incidir en terminar con la violencia, la muerte y la discriminación que padecen las mujeres por ser mujeres.