El martes 28, Mirta Tejerina, hermana de Romina, llegó a Buenos Aires para entrevistarse junto a la Comisión por la Libertad de Romina Tejerina con el Dr. Casal, quien debe dar su opinión desde la Procuración a los jueces de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, luego de que ésta abriera la vía extraordinaria en la causa de Romina, y pidiera el expediente a la justicia jujeña.
Son más de cuatro años de lucha en que cuestionamos sin tregua la vergüenza y la culpa que siente la mujer luego de ser víctima de una abuso, y pusimos en el banquillo de los acusados al violador –haciendo caso omiso al sobreseimiento que le dio la justicia, apelando públicamente a la condena social–, a la Justicia y al sistema social. Así, logramos que el Tribunal que condenó a Romina considerara que existieron circunstancias de atenuación que la condicionaron, arrancándola así de una prisión perpetua segura que sí tuvieron casos de infanticidio posteriores en Jujuy (a diferencia de otras provincias como Entre Ríos, Córdoba, etc.) y que la fiscal Fernández pidió para ella en el juicio oral.
Hoy esa condena a 14 años de prisión se discute en la Corte. Hicieron mucho en Jujuy para que no llegáramos a esta instancia. Hostigaron a Romina hasta la desesperación para que no siguiera con los recursos, desistiera de la apelación y se conformara con la condena.
Hubo que hacer mucho para darle fuerzas a Romina, desde su psicóloga, su familia, Maria Conti, desde todos los que la acompañamos. Porque operaron desde todos lados, y de formas muy diversas. Y operaron con ella en manos del Estado, tras las rejas, y nosotros del otro lado, apenas con un permiso a reloj para visitarla. Operaron desde la Justicia, que paralizó el trámite indefinidamente, y por eso debimos ir a la Corte para plantear que había denegación de Justicia. Y la Corte nos dio la razón. Porque las irregularidades fueron tan groseras, que solo con el grado de impunidad y resabios feudales con que se manejan en Jujuy era posible mantener tamañas ilegalidades. Le impidieron por semanas ver a su psicóloga para quebrarla, lo que se solucionó mágicamente cuando venció el plazo para presentar el recurso y lo hicimos, y ya no les quedaba más por hacer.
Pero a pesar de todo y tanto, Romina “aguantó”. Aguantó por su fortaleza y por la de quienes la acompañaron y acompañan, especialmente por el movimiento que lucha por su libertad desde hace más de cuatro años, que es sin dudas el que hará de la libertad de Romina una realidad.
Un movimiento que integró en estos cuatro años lo social, lo específico de género, lo político y lo legal, y avanzó en cada uno de los terrenos. Por eso estamos convencidos que podemos abrazar a Romina en libertad, una libertad que hoy está en manos de la Corte Suprema y su sentencia, pero especialmente en nuestras manos. Por eso vamos a la jornada nacional de lucha por la libertad de Romina el 24 de septiembre, al cumplirse un nuevo mes de su injusta detención.
