El lugar, emblemático: la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús, más conocida como Don Bosco, frente a la cual los desocupados matanceros acamparon 9 días a comienzos del 2001, y donde se hicieron las dos Asambleas Piqueteras que acordaron planes de lucha que tanto tuvieron que ver con la pueblada que volteó a De la Rúa.
El lugar, emblemático: la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús, más conocida como Don Bosco, frente a la cual los desocupados matanceros acamparon 9 días a comienzos del 2001, y donde se hicieron las dos Asambleas Piqueteras que acordaron planes de lucha que tanto tuvieron que ver con la pueblada que volteó a De la Rúa.
Allí se reunieron distintas expresiones políticas y sociales; médicos, abogados, sociólogos, arquitectos y estudiantes vinculados a los asentamientos, y algunos de los protagonistas de las últimas tomas como los productores de Asoma, los del Indoamericano, de la Villa 31 (Retiro), y decenas de matanceros, que vienen con la experiencia de históricos asentamientos como el Barrio Elena, de comienzos de la década del 80.
El Encuentro consistió en dos paneles, uno con los profesionales, y otro con los protagonistas, durante los cuales se expusieron tanto la realidad del drama de la falta de tierra para vivir y trabajar de millones, como propuestas concretas para encarar las soluciones, en los varios aspectos que este tema abarca.
Durante toda la jornada, y en la gran mayoría de las intervenciones, estuvo presente la presente lucha por la tierra que se desarrolla en toda la provincia de Jujuy, con centro en Libertador, y la necesidad de conformar un amplio movimiento por la tierra, la vivienda y el hábitat.
Crecimiento económico con desigualdad social
El primer panel estuvo integrado por los doctores Pedro Zamparolo y Néstor Oliveri, la arquitecta Beatriz Pedro, el sociólogo Agustín Salvia, el abogado Mario Garelik, y coordinado por Elena Hanono. Junto a ella, el coordinador de los desocupados de la CCC, Juan Carlos Alderete, participó de los dos paneles,
Se encontraban presentes los concejales del GEN Gustavo Ferragut (Matanza), Jorge Costas (Morón), y luego llegó el diputado nacional por el GEN Horacio Alcuaz. El Encuentro tuvo la adhesión del profesor de derecho Roberto Gargarella.
Agustín Salvia, director del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina, el primero de los expositores, desgranó una contundente serie de datos y gráficos (acompañados por un audiovisual), que demuestran que “el crecimiento económico no vino acompañado de igualdad social, sino todo lo contrario”, afirmó Salvia. Planteó, por ejemplo, que el 10% de la población del Área Metropolitana Buenos Aires (AMBA, Capital Federal más Gran Buenos Aires), vive en condiciones de hacinamiento, y que esta cifra en el Gran Buenos Aires se eleva al 14%, donde el 46% vive en calles de tierra, el 38% no tiene desagües pluviales, y 3 de cada 10 viven cerca de un basural a cielo abierto. Salvia aseguró que el 17% de los hogares del AMBA no tiene agua, el 25% carece de gas, y el 40% no tiene cloacas. Si tomamos el GBA, estas cifras se elevan a 25, 32 y 55,3%. Salvia enumeró gran cantidad de estos indicadores sobre pobreza, trabajo infantil, etc., concluyendo que con esta política no hay mayor “inclusión social”, pues mantiene a un 50% de la sociedad con trabajo en negro, precarizado o desocupados.
Mario Garelik, abogado con vasta experiencia en el tema de tierras, por ejemplo con la del asentamiento de Barrio Elena, en La Matanza, recalcó que “sin lucha no se consigue nada”, y que “hay que luchar con ideas, programa concreto y una idea de legalidad del asentamiento”. Hizo una breve historia de la apropiación de la tierra en el conurbano a partir de los años ’50, y remarcó que “empujamos que cada asentamiento se integre a la ciudad, que se respeten los lotes con sus frentes, las calles y las plazas, no que sean un amontonamiento”. Sobre lo jurídico, afirmó Garelik que “la vuelta que le encontramos es la ley de expropiación. Que el gobierno adquiera las tierras y las done a los ocupantes”. Afirmó que ya hace años que no hay loteos en el GBA, porque “hay una especulación astronómica con la tierra”, y porque “El Estado no cumple con su deber de hacer la infraestructura de luz, agua y gas”. Planteó que la solución “es política” y desarrolló la necesidad de que el gobierno cree un “Banco de tierras”, así como que se haga efectivo el plan de la Federación Agraria de un millón de chacras, porque “sin meter la mano en el latifundio no hay solución al problema de la tierra”.
La arquitecta Beatriz Pedro, docente e integrante de los equipos técnicos del Movimiento Proyecto Sur, contó cómo un conjunto de profesionales, docentes y estudiantes se comenzó a vincular con los desocupados de La Matanza en el 2001, y como a partir de allí se desarrolló el Taller Libre de Proyecto Social de la Facultad de Arquitectura, que trabó relación con otros asentamientos, villas, empresas recuperadas, etc. Afirmó la arquitecta Pedro que “el GBA fue construido por el pueblo”, señalando la falta tanto de loteos como de verdaderos planes de vivienda. Trazó un breve racconto de las ocupaciones, a partir de cómo los distintos gobiernos, desde Forndizi, se dieron una política de erradicación de villas de la Capital Federal, lo que se combinó con el éxodo de masas del interior hacia el GBA. Afirmó que en los comienzos de los años ’80, “un millón de personas ocuparon tierras en el GBA”, y que hay un hilo histórico con las luchas contra el menemismo, porque fue desde muchos de esos barrios donde se organizó el movimiento de desocupados. Dijo la arquitecta que hay que preguntarse qué política moldea nuestro país como para que el 35% de la población esté en el GBA, y se contestó que esto corresponde a un país atrasado y dependiente. Sobre esto reafirmó que “si no tocás la tierra, no se puede resolver la falta de vivienda”.
El doctor Néstor Olivieri, más conocido como el “Dr. Chino”, que es el director de la sala de salud del Barrio Elena, comenzó afirmando que el atraso de nuestro país se evidencia en las relaciones de producción, ejemplificando con los medieros, como los de Asoma, presentes en el Encuentro, ya que “los medieros vienen del feudalismo”.
Entrando en el tema de la salud dijo que a la pregunta ¿por qué se enferma y muere la gente? Hay que responder “por las condiciones en que vive”. Luego de lo cual contó la experiencia que vienen desarrollando desde la sala en el seguimiento de pacientes con tuberculosis -enfermedad que “viene avanzando” en la Argentina y en La Matanza-, y mostró un video donde se ven las terribles condiciones de vida de algunos pacientes, viviendo a la vera de un basural, hacinados en una pieza sin ventilación, etc. “Se mezcla la falta de vivienda digna, el basural, la falta de trabajo, la mala alimentación, el analfabetismo, y todo esto provoca la enfermedad de la miseria: la tuberculosis”.
Complementó el tema de la salud el Dr. Pedro Zamparolo, dirigente de la Asociación de Profesionales de la Salud de la Matanza, contando las luchas de profesionales y trabajadores de la salud por mejores condiciones de trabajo, y por aumento de presupuesto en los centros sanitarios, para poner la salud al servicio del pueblo.
Hablan los protagonistas
El segundo panel estuvo integrado por Luciano Nardulli, coordinador de la CCC de Soldati en Capital Federal (ver recuadro); Diosnel Pérez, dirigente de la Junta Vecinal de la Villa 20; la compañera Zulma, delegada de manzana de la Villa Retiro; integrantes de la Asociación de Medieros y Afines del Gran La Plata; Luis Poeto, de la Federación Agraria Argentina; Mario Olavarría, coordinador de rurales de la CCC; y Juan Carlos Alderete.
Diosnel Pérez contó en primer lugar la pelea contra la criminalización de la protesta, ya que han reabierto las causas contra él y Nardulli, entre otros, por la ocupación del Parque Indoamericano. Luego habló de su condición de inmigrante –el compañero es paraguayo- y cómo a los inmigrantes la pelea por sus derechos les cuesta más. Refiriéndose a la gigantesca toma de fines del año pasado en la Capital Federal afirmó Pérez “el Indoamericano refleja la necesidad de vivienda en la ciudad de Buenos Aires”. Detalló la historia de la Villa 20, en la que hace 25 años “comenzamos 50 familias, y hoy en 1º hectáreas viven 40.000 personas”, contando los problemas que les acarrea en la salud el cementerio de autos lindero a la Villa, con el caso de su hijo de 14 años, que tiene “11 mililitros de plomo en sangre”. Ejemplificó la política antipopular de Macri contando que hay una ley del 2005 para la construcción de 1.600 viviendas, que hasta hoy es sólo un papel firmado”.
Luego, Zulma, de la Villa 31, contó la pelea por la urbanización en la Villa, y cómo tanto el gobierno de la ciudad como el nacional, a los reclamos de los vecinos de avanzar con las redes de agua, cloacas y energía eléctrica, contraponen el arreglo de las fachadas en algunos sectores de la Villa, pensando más en un “corredor turístico” que en los intereses de los pobladores, que pelean por viviendas dignas y por el traspaso de las tierras.
Dos integrantes de Asoma contaron, primero la lucha por la tierra para producir, por lo que mantuvieron tomadas durante 62 días tierras en el Parque Pereyra Iraola. Se refirieron a la toma de tierras en el barrio El Peligro, donde desde Asoma se impulsó la toma de tierras para viviendas, la sede de la Asociación y centros recreativos para la juventud.
Otro integrante de Asoma habló desde su condición de originario, contando que “el 50% de los integrantes tenemos raíces originarias”, y que “los originarios vivimos como gitanos en nuestras propias tierras”. Destacó el incumplimiento de las leyes para los originarios, y la necesidad de “unirnos con los hermanos criollos que sufren las mismas penurias que nosotros, para confluir en la marcha hacia el porvenir que nos merecemos”.
A su turno, Luis Poeto, de la Federación Agraria, destacó que no hay solución para la tierra en los granes centros urbanos, si no hay una solución global, Destacó que desde el gobierno se está practicando una “verdadera contrarreforma agraria”, y que hay “una guerra contra el pequeño y mediano productor”, dando ejemplos concretos de cómo se va despoblando el campo, favoreciendo a los latifundios, y a los que se quedan con la renta agraria. Dio datos de cómo los pueblos en la zona del Sudoeste de la provincia de Buenos Aires pierden entre el 20 y el 30% de la población, producto de esta política, que en el caso de los productores de chanchos está destrozando a los productores locales, en beneficio del cerdo que viene subsidiado de Brasil. Ejemplificó el plan de un millón de chacras por el que pelea FAA, contando que en su pueblo hay un feedlot con 45.000 animales, cuando podría haber 4500 productores con 100 animales cada uno, con las consecuencias que esto tendría para la producción, y el crecimiento de la población en el campo argentino.
El compañero Mario Olavarría desarrolló la situación de los obreros rurales en distintas zonas, como en Río Negro, los tareferos de Misiones, y en San Juan, refiriendo distintas experiencias de lucha y de organización a través de escuelas de capacitación político sindical en esas provincias, que han ayudado al desarrollo de luchas y organizaciones específicas.
Se desarrolló un intercambio de opiniones con los presentes, del que participaron compañeros como Fredi Mariño, dirigente de la CCC, y estudiantes de arquitectura.
Cerró el Encuentro el coordinador de los Desocupados de la CCC, Juan Carlos Alderete (ver recuadro), y sobre el final se acercó a dar un saludo el diputado nacional por el GEN, Horacio Alcuaz, quien comentó cómo van a encarar en el Congreso la discusión de la ley de tierras a la que hizo referencia la presidenta en su discurso tras las elecciones del 14 de agosto. “Nosotros vamos a ir por más”, aclarando que este proyecto es “un refrito” de varios ya presentados en la Cámara, es “para adelante”, y no toca ninguno de los latifundios existentes, no se habla de las tierras de los pueblos originarios, ni de la concentración de la tierra que ya existe. Alcuaz se refirió finalmente a un proyecto de ley de democratización de la construcción y la adjudicación de la vivienda, describiendo que la construcción de viviendas populares hoy es “una farsa”, que sólo beneficia a las empresas constructoras.
Cerró Alderete convocando a movilizarse al Congreso cuando se trate la ley de tierras, y planteando la continuidad de estos encuentros.