Nos acercamos ya a la conmemoración del Bicentenario de la Declaración de la Independencia del 9 de Julio de 1816, momento en el cual nos proclamamos libres de España y de toda dominación extranjera.
Nos acercamos ya a la conmemoración del Bicentenario de la Declaración de la Independencia del 9 de Julio de 1816, momento en el cual nos proclamamos libres de España y de toda dominación extranjera.
Para la clase obrera y el pueblo argentino es una fecha clave para recordar nuestra revolución y poner en debate las tareas pendientes de la independencia.
A diferencia de los festejos de 2010, que el kirchnerismo utilizó para relanzar con fuerza su falso relato nacional y popular, el gobierno de Macri trabaja para ignorar y vaciar este aniversario. Su línea de “apertura al mundo” no le da valor a los actos patrióticos, ni siquiera desde la visión oligárquica o liberal. Ya lo demostró el 24 de Marzo junto a Obama y el 2 de Abril en donde apenas fue a dejar un ramo de flores al Cenotafio de los Veteranos de Malvinas.
Sin embargo, las reservas patrióticas de nuestro pueblo son inmensas. Aparecen en cada una de las crecientes y unitarias luchas que van trazando los ejes en contra del ajuste, en las paritarias, la defensa de la educación y la salud pública, la pelea por la tierra.
Luchas que enfrentan las dos montañas que nos quedan derribar: el latifundio terrateniente y la opresión imperialista. Por eso mismo, cabe preguntarnos ¿qué importancia tiene para las fuerzas populares empujar una celebración verdaderamente masiva del 9 de Julio?
Es importante porque no hay salida de fondo a ninguno de los sufrimientos de nuestro pueblo si no es de la mano de una verdadera liberación nacional y social. Porque como dice el llamamiento de intelectuales: “hay que pelear por nuestros sueños porque si no terminamos sufriendo las pesadillas que otros nos imponen, sean buitres extranjeros o buitres autóctonos”.
Tomamos el desafío de levantar las banderas de los patriotas y nos hacemos cargo de pelear desde abajo por el protagonismo de todo el pueblo en las tareas pendientes por la libertad y la igualdad. Marchamos a la organización de estos festejos en todo el país en la semana del 2 al 9 de julio, para culminar con una actividad central el 7 de julio en la ciudad de San Miguel de Tucumán.
Proponemos unir todas las iniciativas bajo la consigna “levantamos las banderas”, en la que cada sector participe activamente armando una bandera argentina y señalando desde qué reivindicación se suma a la pelea por la segunda y definitiva independencia.
Sigamos reagrupando fuerzas para un masivo, unitario y popular Bicentenario que nos fortalezca para la lucha por dar vuelta el viento en nuestra patria.
¡Ni amo viejo, ni amo nuevo! Vamos por la segunda y definitiva independencia.