En 2006 se decretó la ley nacional de educación que plantea la homologación de la misma. Esta, consiste en que el sistema educativo tenga una estructura unificada en todo el país que asegure su ordenamiento y cohesión, la organización y articulación de los niveles y modalidades de la educación, lo mismo que la validez nacional de los títulos que expiden. Una resolución del Consejo Federal de Educación de la Nación, establece que en ninguna jurisdicción del país puede haber más de diez especializaciones.
Esta reforma, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, lleva el nombre de NES (Nueva escuela secundaria), la cual elimina 148 orientaciones; extiende la carga horaria, generando problemas edilicios; y a su vez, reduce la cantidad de tiempo dedicado a materias humanísticas para tener más exactas. En este contexto, los más perjudicados son los colegios técnicos, dado que pierden materias específicas, el turno noche y dejan de recibirse como “técnicos”, para que su título pase a valer como una orientación.
En el 2012 se tomaron más de 60 colegios (solo en Capital Federal), en contra de esta reforma. Luego de largos períodos de lucha en la que confluían miles de estudiantes con apoyo de docentes y padres, se logró conseguir las “jornadas de información, reflexión y participación” para debatir sobre la reforma.
En lo que va de este año ya se realizaron varias jornadas con una participación limitada de toda la comunidad educativa y sin que se bajen al debate los contenidos que el gobierno pretende reformar. Lo único que ponen en cuestión es la manera en la que se aplica la reforma, a estas limitaciones hay que sumarle que todas las conclusiones que salen de las jornadas de debate no tienen un carácter resolutivo de acuerdo a la reforma.
Salimos a las callesa defender nuestro derecho
Hablamos con Florencia del Mariano Acosta:
—¿Quién es el responsable
de la reforma?
—Acá no podemos hablar de un solo responsable. Hay algo claro y es que la reforma baja desde Nación, nadie puede negar eso, como tampoco se puede negar que esta reforma busca la nivelación nacional disminuyendo el nivel educativo en vez de aumentarlo. Al mismo tiempo, el Gobierno de la Ciudad la implementa de la forma más atroz que la reforma permite, porque tengamos en claro que Macri no se está saliendo de las pautas que la reforma establece, sino que esta abala su forma de implementarla.
—¿Cómo paramos la reforma?
—Quedándonos sentados no vamos a conseguir mucho. Yo creo que la única forma de pararla es que deje de ser una lucha de los estudiantes nada más y que tiene que ser tomada por toda la sociedad. ¡Porque, dejémonos de joder, la educación es algo de todos! Acá se trata de volcar el debate en la sociedad, de poder analizar, criticar y modificar la educación con la participación real de todos. ¡Se trata de participar! ¡De salir juntos a luchar!
—¿Por qué educación pelean?
—Peleamos por una educación laica, pública, igualitaria, que realmente sea accesible para todos, democrática, donde puedas debatir, participar y conocer tu país.
Por todo esto los estudiantes volvemos a las calles. El 28 de junio se realizó una marcha multitudinaria de estudiantes secundarios desde el Ministerio Nacional de Educación hasta el Ministerio de Educación de la Ciudad, cuyas consignas fueron: real participación de la comunidad educativa; presupuesto educativo; que se bajen las cajas curriculares con los contenidos abordados en cada año y todo el material necesario para trabajar en las jornadas, entre otras.
A partir de esto, los estudiantes no permitiremos que bajen el nivel educativo. Consideramos que es necesaria una homologación nacional que nivele para arriba y no esta reforma con menos contenidos que el gobierno trata de imponernos. Plantemos una educación realmente, gratuita, laica y al servicio del pueblo, donde la comunidad educativa forme parte de su construcción. Para esto es necesario salir a las calles para defender lo que es nuestro por derecho.