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08 de octubre de 2014

Porque el Encuentro es de todas

Somos Todas protagonistas

El 11, 12 y 13 de octubre, mujeres de distintos puntos del país nos autoconvocamos en Salta para protagonizar el 29 Encuentro Nacional de Mujeres. Desde 1986 a la fecha, durante estos 29 años, manteniendo las características de los Encuentros definidas en el Primer Encuentro Nacional: autónomos, democráticos, horizontales, plurales, autoconvocados, autofinanciados y federales, hemos logrado la continuidad de este evento único en el mundo que se ha transformado en la columna vertebral del movimiento de mujeres de la Argentina.
Durante estos 29 años las mujeres hemos demostrado que vale la pena poner en valor lo que somos, encontrarnos con nosotras y con otras, salir de casa (muchas por primera vez). Comprobamos que nos merecemos ese encuentro, que merecemos otra cosa. Que vale la pena y es necesario saber que, por más diferentes que seamos, nuestros problemas son los de las otras, más allá de nuestros acentos, nuestros tonos de piel, más allá de cómo nos vistamos o cómo elijamos vivir. Nos unen nuestras tristezas y nuestras alegrías, nos une saber que solas no podemos, que juntas avanzamos, resistimos y damos batalla para defender lo conquistado y llegar a lo que nos falta.
Sumado a ello, el debate en talleres, donde todas somos escuchadas, donde todas somos iguales y donde nos adueñamos de la palabra para decir lo que queremos. Donde el centro son las distintas experiencias, de vida y de lucha, teniendo el consenso como modalidad de funcionamiento, los que nos permite practicar la más amplia democracia y llegar a las conclusiones. Cuestión importante porque debemos sintetizar y resumir las palabras que recorrieron las aulas durante dos intensos días.
Discutimos y reflexionamos entre todas y entre todas vamos avanzando en el conocimiento de las causas de nuestra doble opresión -de clase y de género- porque colectivamente vamos ubicando a los verdaderos responsables de nuestros sufrimientos.
Las miles de mujeres, las “encuentreras”, nos estamos preparando para llegar a Salta. Hemos organizado y peleado iniciativas para poder ser parte, nos organizamos para dejar nuestra casa, para poder ausentarnos casi 5 o más días, preparando comida para dejar a nuestra familia y para compartir con nuestras compañeras en el viaje. 
 
Somos capaces de grandes esfuerzos para llegar a Salta
Eso son los encuentros, la voz de todas, algo que parece tan simple, tan básico, es algo muy difícil de lograr, algo que los transforma en un evento único en el mundo y que las mujeres hemos defendido cada uno de estos 29 años. Es por ello que no entendemos a los sectores que quieren cambiar los encuentros, que quieren transformarlo en un encuentro de organizaciones, en un congreso de mujeres. Lo más maravilloso de los Encuentros, es que nos transforma a todas y que nos fortalece en la lucha, porque, ¿Quién vuelve igual luego de haber participado de un Encuentro Nacional de Mujeres?
Viajamos a Salta, en un país golpeado por la crisis económica, que ha agravado la situación de los sectores populares. Con el cierre de fábricas, con despidos y suspensiones, con salarios, jubilaciones y pensiones que no cubren la canasta familiar, ni hablar de los sectores que viven de los planes. El hambre y la desnutrición han aparecido crudamente en las barriadas, la droga y el narcotráfico están matando a nuestros hijos y la prostitución y la trata, están esclavizando y llevándose a nuestras hijas. Ante esta realidad, la respuesta del gobierno de Cristina Kirchner es más ajuste, inflación, devaluación y represión, dando la espalda a los sufrimientos y necesidades del pueblo. En este marco, las mujeres somos las primeras echadas en los trabajos, las que nos vemos obligadas a ocultar la existencia de nuestros hijos para poder “laburar”, las que cobramos menos, las que hacemos malabares para dar de comer a nuestros pibes, las violentadas y a las que nos matan. También somos las que junto al conjunto del pueblo salimos a las calles para reclamar lo que nos corresponde, para dar pelea y poder torcerle al gobierno nacional y los gobiernos provinciales. 
Cristina Kirchner, quien dice estar preocupada por las cuestiones de género, durante estos más de 10 años de gobierno kirchnerista no tomó medidas para resolver los problemas que siguen costando la vida de las mujeres. Hace oídos sordos al reclamo de “declaración de la emergencia en violencia sexual y doméstica” y destina un mísero 0,0027% del presupuesto a la implementación de la Ley Nº 26.485 de “Protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres”. Se pronunció públicamente contra la legalización del aborto y no aprueba el proyecto de Ley de Interrupción voluntaria del embarazo, presentado por la Campaña por el derecho al aborto legal seguro y gratuito, lo que impediría la muerte de miles de mujeres (pobres) quienes no pueden pagar un aborto seguro. No toma medidas reales para desmantelar las redes de trata que operan en nuestro país, con la complicidad de jueces, policías y el poder político.
Este gobierno se autodefine como “pagador serial”, respecto de la deuda externa –ilegítima y fraudulenta-, pero no tiene el mismo comportamiento con respecto de la deuda interna que tiene, entre otras cosas, con las mujeres, con la salud, con la educación, con la clase trabajadora.
En este Encuentro tenemos que avanzar en la unidad para profundizar las luchas que venimos sosteniendo en nuestros lugares. Para construir una salida popular que derrote la política kirchnerista para que la crisis no se siga descargando sobre el pueblo y para avanzar en la liberación nacional y social, sin la cual no podremos terminar con los graves sufrimientos que padecemos las mujeres.
 
Exigimos:
  • Igual salario por igual trabajo.
  • Reglamentación de la ley de jardines maternales zonales.
  • Eliminación del IVA de los productos de la canasta básica familiar.
  • Basta de femicidios. Declaración de la Emergencia en violencia sexual y doméstica ya.
  • Educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar, aborto legal seguro y gratuito para no morir.
  • Desmantelamiento de las redes de trata.