El 22 de noviembre, la presidenta en su discurso en la cumbre de industriales, entre otras cosas, explicó su versión de las razones por las cuales los Estados Unidos se convirtieron en una potencia industrial y nosotros no. Dijo la presidenta… “nosotros perdimos en Caseros, ellos ganaron la guerra de Secesión, y empezaron un proceso de industrialización. Así de simple…” (Subrayado nuestro), Ámbito Financiero, 23/11/2011, pág. 3.
El 22 de noviembre, la presidenta en su discurso en la cumbre de industriales, entre otras cosas, explicó su versión de las razones por las cuales los Estados Unidos se convirtieron en una potencia industrial y nosotros no. Dijo la presidenta… “nosotros perdimos en Caseros, ellos ganaron la guerra de Secesión, y empezaron un proceso de industrialización. Así de simple…” (Subrayado nuestro), Ámbito Financiero, 23/11/2011, pág. 3.
A los comunistas nos alegra que temas profundos de nuestra historia se abran al debate de las grandes masas, pero discrepamos con las simplificaciones, que de fondo construyen una historia desde el relato.
Es cierto que en los Estados Unidos, el Norte, mediante una guerra, derrotó a los esclavistas del Sur, y profundizó un camino de desarrollo capitalista, que se había comenzado a instalar desde la propia colonización. Es el modelo que encandiló a Sarmiento, que luego de su desilusión con la Europa de mediados del siglo 19, viaja a EEUU y difunde su sociedad.
También es cierto que un amplio sector de las masas oprimidas, vieron en Caseros el triunfo de sus enemigos. Pero de estos dos hechos no podemos sacar la conclusión de que Argentina no tuvo un capitalismo industrial por la derrota de Rosas en Caseros.
El camino de cierto desarrollo capitalista fue seguido en Paraguay por el Dr. Francia, y luego por el lopizmo. Ese camino fue cortado a sangre y fuego por el genocidio de la guerra de la Triple Alianza. Rosas, durante todo su gobierno, se negó a reconocer la independencia del Paraguay. Confundir algunas actitudes dignas de defensa de la soberanía nacional y de resistencia, incluso armada, hacia Inglaterra y Francia, las potencias coloniales de la época, que el gobierno de Rosas tuvo, no nos puede llevar a interpretar la historia en forma voluntarista y sostener que Argentina no se industrializó por la derrota de Rosas. Argentina no se industrializó, antes ni después de Caseros, por el peso del latifundio y de los terratenientes, que con formas políticas distintas fueron moldeando un país que “compra afuera las maquinas y los fierros de alto valor agregado”, para usar las palabras del discurso presidencial.
No negamos la importancia de Caseros, el inicio de las masacres de Cuyo, y la guerra contra el Paraguay, que facilitaron y prepararon el acople de nuestro país al naciente imperialismo en el ‘80, pero discrepamos sobre las posibilidades de industrialización, que infiere, si no hubiera sido derrotado Rosas. No es así de simple, Sra. presidenta, por lo menos para nosotros.