Ante el trascendido de la construcción de un puerto seco y un centro logístico en terrenos del Mercado Central para realizar operaciones que actualmente se realizan en el Puerto de Buenos Aires, los gremios portuarios decidieron luchar en defensa de sus puestos de trabajo.
Ante el trascendido de la construcción de un puerto seco y un centro logístico en terrenos del Mercado Central para realizar operaciones que actualmente se realizan en el Puerto de Buenos Aires, los gremios portuarios decidieron luchar en defensa de sus puestos de trabajo.
Corvalán, secretario del SUPA, y Coria, secretario del Sindicato de Guincheros y de la Fempinra, denunciaron que este proyecto que se está llevando adelante por decisión del secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, va a dejar sin trabajo a, por lo menos, el 50% de los estibadores y maquinistas del Puerto de Buenos Aires.
La política portuaria del gobierno K en estos 10 años se caracterizó por la falta total de proyecto. Los cambios en el transporte marítimo mundial, por donde se realiza mas del 80% del comercio exterior, aparejó que para abaratar costos construyen barcos portacontenedores cada vez mas grandes –ya hay buques con capacidad de 10 mil toneladas–. Eso exige adaptar los puertos para poder operar esas megaembarcaciones. Por eso ahora se construyen megapuertos capaces de operar con esos barcos interoceánicos y de donde se trasborda la carga a embarcaciones más pequeñas que pueden operar en puertos de cabotaje. La Argentina todavía no definió cual va a ser ese megapuerto. Hasta ahora el puerto de Buenos Aires, Puerto Nuevo y Dock Sud, sigue siendo el principal puerto del país por donde entran y salen el 90% de los contenedores, pero la falta de definiciones y de un plan estratégico hace que no se encaren las obras de dragado, ni las inversiones necesarias para su adaptación a los requerimientos del transporte marítimo actual. Todo eso genera la pérdida de cargas que van al puerto de Montevideo y el riesgo de que el país dependa para su comercio exterior del puerto de Santos en Brasil, con los mayores costos que eso implica tanto para la importación como para la exportación.
Son los trabajadores los que siempre han salido a reclamar contra una política que pone en riesgo la operación del comercio exterior afectando su fuente de trabajo. Fue así cuando se vencía la concesión de la Terminal 5 y el gobierno no la prorrogaba ni llamaba a licitación, cuando Guillermo Moreno puso freno a las importaciones, y ahora cuando se enteran de este traslado de operaciones del puerto al Mercado Central que no tiene otra explicación que poder manipular las exportaciones, importaciones y el contrabando ya liberado en las fronteras. La desafectación de la Isla Demarchi como base de la Dirección Nacional de Vías Navegables para un negocio inmobiliario mostró que son los trabajadores los que defienden el puerto y una política de soberanía en el comercio exterior. Como en el caso de Isla Demarchi, donde no han podido avanzar, la lucha es la única que puede hacer retroceder este nuevo emprendimiento de corrupción K.