Este número de nuestra revista teórico-política aparece en tiempos de tormenta. En el momento de cerrar esta edición el mundo está conmovido por una gigantesca oleada de luchas que se extiende por los países árabes. El levantamiento del pueblo tunecino, la rebelión popular en Egipto – en la que se destacan la combatividad de enormes masas de jóvenes y las huelgas obreras masivas-, las grandes movilizaciones en Yemen, Argelia y Jordania, marcan un antes y un después en el escenario internacional. Sus consecuencias son impredecibles en una región, el Medio Oriente, que es un polvorín, un foco de guerra.
La crisis económica mundial está lejos de haber quedado atrás. Se agrava la desocupación en Europa. El 30% de la capacidad instalada en la industria está ociosa. Los estados de las potencias occidentales han volcado billones (millones de millones) en salvatajes a los monopolios, especialmente a los grandes bancos, a costa de caer en elevados déficits (en Estados Unidos supera el 100% de su producto bruto interno). Los déficits generan el superendeudamiento fiscal y los duros ajustes.
Las burguesías imperialistas están descargando brutalmente sus consecuencias sobre las espaldas de la clase obrera y los pueblos oprimidos. Pero chocan con las crecientes luchas de las masas trabajadoras.
La crisis acelera los cambios en la correlación de fuerzas entre las principales potencias imperialistas y acentúa la desigualdad de su desarrollo económico y político. En este plano se destacan principalmente el ascenso de China y el retroceso relativo de Estados Unidos no obstante la supremacía militar que aún conserva.
Como sostuvimos en números anteriores de PyT en los que tratamos el tema, hay una interacción entre la crisis económica, la inestabilidad política, las guerras y las revoluciones.
El 2010 ha sido en nuestro país un año de grandes luchas, con el proletariado en el centro de la escena política. En nuestra revista tratamos de reflejarlas y sus protagonistas reflexionaron sobre esas experiencias.
En la presente edición publicamos un trabajo sobre el heroico combate de los qom en Formosa por recuperar sus tierras, sangrientamente reprimida por el gobernador K Insfran. Esta es parte de la pelea de los pueblos originarios a la que se refiere otro artículo.
PyT aborda otra lucha reciente que también conmovió al país. Fue la ocupación de tierras en el Indoamericano (Villa Soldati) por parte de miles de trabajadores y sus familias para lograr una vivienda. Fueron ferozmente reprimidos por los gobiernos kirchnerista y macrista. Publicamos las intervenciones en un panel sobre el tema de dirigentes históricos de ocupaciones y asentamientos, así como el aporte de una arquitecta sobre la cuestión de la vivienda. Hicimos también entrevistas a otros compañeros dirigentes de esta gran lucha.
Este número trata un tema esencial: cómo se fue conformando el grupo económico-político de los Kirchner, su carácter burgués intermediario del imperialismo: nacional de palabra pero subordinado a intereses imperialistas de hecho. Otra cuestión que tratamos, muy importante para caracterizar acertadamente al kirchnerismo, es su política de derechos humanos.
Asimismo este PyT trae un estudio sobre el complejo puertos- fábricas en la provincia de Santa Fe, lo cual contribuye a profundizar y actualizar la cuestión de la sojización y la dependencia.
Nuestra revista encara la polémica teórica y política con la filosofía del kirchnerismo y las principales ideas expresadas por sus ideólogos en Carta Abierta.. Asimismo trae un debate sobre la Vuelta de Obligado y Rosas.
Reproducimos la resolución de la 10a. Conferencia Internacional de Partidos y Organizaciones Marxistas-Leministas sobre la crisis económica y financiera internacional y las conclusiones del movimiento marxista-leninista y obrero internacional.
Publicamos un estudio sobre el Tucumanazo al celebrarse su 40° aniversario.
Otros artículos que contiene este número son: Toussaint Louverture (líder de la revolución haitiana) y los jacobinos negros; comentario del libro Los compañeros de Sergio Salvatore (referido a la gran lucha de los obreros de Renacer) y comentario de la obra del Dr. Jaime César Lipovetzky Tratado de Derecho del Trabajo en la Integración Regional.
La situación política se caracteriza, entre otros elementos, por el hecho de que grandes afluentes populares buscan romper la polaridad que pretenden instalar entre el gobierno y la oposición que también defiende el sistema.
El Partido Comunista Revolucionario hace un llamamiento a reagrupar las fuerzas en un frente popular, patriótico, democrático y antiimperialista. El PCR considera que es “necesario construir la unidad organizativa, social y política, que exprese a las fuerzas obreras y populares que han venido confluyendo en la lucha, en la recuperación de los cuerpos de delegados y comisiones internas, en los acampes y cortes de rutas, en marchas de campesinos y pueblos originarios, en las tomas de facultades y de colegios”.
“Para profundizar en este camino – dice el llamamiento – es que convocamos a todas las fuerzas populares, patrióticas, democráticas y antiimperialistas a conformar un amplio frente político público y programático que logre transformarse en un centro coordinador de las luchas y que pueda expresarse también en el terreno electoral. Que permita unirnos para impedir que la crisis se siga descargando sobre el pueblo, para que no se continúe profundizando la dependencia de nuestro país a las grandes potencias imperialistas, por un auténtico federalismo y para avanzar hacia la segunda y definitiva independencia de nuestra patria. Convocamos a Proyecto Sur, a Unidad Popular, al GEN, a las fuerzas de la izquierda, a quienes se han expresado en las últimas elecciones votando en blanco, nulo o no votando, a los sectores patrióticos y democráticos existentes en el peronismo, el radicalismo, el socialismo y la Coalición Cívica, a la necesaria unidad para construir en común una fuerza verdaderamente popular que sostenga una propuesta programática para resolver las necesidades populares y nacionales. Una fuerza que lleve adelante una política independiente que dispute para ganar a las masas y poder terciar, rompiendo la falsa opción entre el continuismo kirchnerista o ser furgón de cola de una oposición que también defiende el Estado oligárquico imperialista. Que no acepte el chantaje del ‘mal menor’ y de ‘lo posible’…Una fuerza que sea capaz de actuar con independencia en los distintos escenarios políticos, incluido el escenario electoral, levantando las banderas de la liberación nacional y social”.
“En esta perspectiva – concluye el llamamiento – inscribimos nuestra decisión de contribuir a recuperar la personería electoral del Partido del Trabajo y del Pueblo como un instrumento político legal, electoral, necesario para contribuir a este reagrupamiento de las fuerzas populares”.Y propone diez puntos para discutir como programa de este frente.
10 de febrero de 2011