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17 de mayo de 2017

Crítica de la vida cotidiana en comunidades campesinas. Doña Rosa, una mujer del noroeste argentino.

Presentación del libro Doña Rosa

43° Feria Internacional del Libro

El viernes 12 se presentó la reedición del libro Crítica de la vida cotidiana en comunidades campesinas. Doña Rosa, una mujer del noroeste argentino de Josefina Racedo. El texto publicado en 1988, por Ediciones Cinco, ha sido reeditado con una entrevista a la protagonista, Doña Rosa, 30 años después. 

El viernes 12 se presentó la reedición del libro Crítica de la vida cotidiana en comunidades campesinas. Doña Rosa, una mujer del noroeste argentino de Josefina Racedo. El texto publicado en 1988, por Ediciones Cinco, ha sido reeditado con una entrevista a la protagonista, Doña Rosa, 30 años después. 
Humberto Cipolleta presentó a las panelistas, Ana P. de Quiroga, directora de la primera Escuela Privada de Psicología Social, fundada por el Dr. Enrique Pichon-Riviere, Liliana Tamagno, profesora titular y directora del Laboratorio de Investigaciones en Antropología Social de la UNLP, y a la autora del libro, Josefina Racedo, psicóloga, creadora y directora del Cerpacu.
 
Ana P. de Quiroga afirmó “en la primera versión de Doña Rosa, registrábamos hasta qué punto, en el diálogo y las reflexiones que surgían del mismo se hacían concretos e los conceptos de la concepción psicológica que trabaja Pichon-Riviere –en la que ambas nos hemos formado– que pone a foco cuál es la relación entre el orden social-histórico y la subjetividad. Este tipo de concepción psicológica implica un análisis crítico de la vida cotidiana, el que es una llave maestra para la comprensión de cómo en cada persona, en cada cultura, en cada hábitat está la relación entre la sociedad y el sujeto…
Josefina transmite en el texto un particular talento para el diálogo, la entrevista. Este se sostiene en la capacidad de escucha, en una actitud de apertura y reconocimiento hacia el otro. El diálogo, pleno de confiabilidad y respeto, es central en el entramado de esta obra.
La voz de Doña Rosa, con su tan rica narrativa y sus sabias reflexiones está enmarcada en una exposición y análisis de hechos, y contextos, de procesos histórico culturales que permiten una lectura impactante y profunda. 
Liliana Tamango, quien escribió el prólogo se refirió al compromiso, al acompañamiento de la autora con la lucha de los oprimidos. “Cuando se trata del espacio de la cultura, de la academia, de los espacios intelectuales, estamos en el camino de la lucha de los oprimidos cuando no nos autocensuramos, cuando no nos dejamos presionar o seducir por el poder de turno, y no bajamos el nivel de la reflexión crítica, cuando nuestras trayectorias no se limitan a la búsqueda del éxito individual… 
Esa vida cotidiana que Josefina nos describe con tanta claridad porque está pensando y están presentes las desigualdades, la explotación, y en definitiva esa plusvalía que se realiza cada día y a cada minuto y que engrosa los bolsillos de unos pocos a costa de la explotación y del hambre de muchos. 
“Así la vemos a Doña Rosa queriendo las piedras, no queriendo irse del lugar a pesar de los ofrecimientos en dinero o en favores, porque esa es su tierra, es su lugar, allí están sus antepasados, esa es la vida.
Tamango finalmente planteó una reflexión como antropóloga, preocupada por las cuestiones que hacen a la definición de lo colectivo comunitario. 
 
Doña Rosa refleja a miles
Josefina Racedo agradeció a Ediciones Cinco, que “se ha preocupado por mantener una línea de desarrollo intelectual desde la práctica, para volver a la práctica a través de textos. Y otra es que dos amigas estén después de 30 años también, y recordó a Aimé Painé.
La autora mencionó a Otto Vargas, “que ha tenido una paciencia enorme en aquellos años de mis investigaciones. Yo era una joven muy inquieta, que volvía de mi trabajo de dos, tres meses, y lo buscaba a él para que me escuche. Me escuchaba y  opinaba de lo que estaba conociendo”. La divulgación de la artista plástica Ana Candiotti, que llevó la realidad de las doñas Rosas a las grandes ciudades. Agradeció también a doña Roberta Pajón y a Casilda Chazarreta, quichuistas que viajaron desde Santiago del Estero. 
Sobre su libro explicó: Doña Rosa habla de una parte del país… en doña Rosa hay historia y se reflejan quizá más de miles, del norte y del sur.
Una antropóloga me preguntaba dónde está el método con el que yo trabajo. Y le dije “compre el libro de doña Rosa, ahí está”. “Ahí se ha hecho el método, hablaba con doña Rosa, conversaba aquí, leía textos”. Están todos los elementos, lo importante es si uno cuando trabaja conoce qué está haciendo, como les digo a los alumnos uno tiene que conocer el problema, como decía Mao, conocer para poder resolver.
“Hacer cierto esto de que somos la mayoría, que los hijos y descendientes que siguieron y siguen viniendo tienen distintos orígenes, nutriendo a lo que es Argentina, tenemos que unirnos para liberarnos de una vez por todas. Si decimos que tenemos que generar esa Segunda y definitiva independencia tenemos que pensar dónde estamos cada uno, con quienes estamos y donde están los más cercanos para hacer esta tarea que es transformar la realidad en los distintos sentidos. Nosotros la transformamos desde la cultura, y otros desde la política, y otros desde las fábricas, etc.
Doña Rosa nunca dejó de luchar en estos 30 años, todo lo contrario, impulsó, orientó, siguió la lucha de los mas jóvenes para organizar la comunidad indígena y con su mirada lúcida y sabia les dice hoy que no claudiquen porque conoce que la lucha es larga”.