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05 de octubre de 2016

Primeras huelgas en Santa Cruz (3)

Crónicas proletarias

A mediados de 1920, en las ciudades de la costa de Santa Cruz, la Sociedad Obrera de Río Gallegos promueve una huelga por mejoras en las condiciones de trabajo, en momentos que arreciaba la crisis en la Patagonia por la caída del precio de las lanas y carnes.

A mediados de 1920, en las ciudades de la costa de Santa Cruz, la Sociedad Obrera de Río Gallegos promueve una huelga por mejoras en las condiciones de trabajo, en momentos que arreciaba la crisis en la Patagonia por la caída del precio de las lanas y carnes.
La huelga se prolonga entre los mozos y cocineros de los hoteles, y tiene un papel activo Antonio Soto, electo secretario de la organización sindical en mayo de ese año. Soto junto a otro compañero le “rompen la crisma” a un carnero y la policía los mete presos. Son liberados por orden del juez Ismael Viñas, otro de los actores de las grandes huelgas que sobrevendrían meses después.
Hacia septiembre, la Sociedad Obrera inicia un “boycot” a los hoteles que no habían cedido a las demandas sindicales. El boicot iba desde los choferes de taxi que no transportaban los pasajeros hasta los mozos, personal de cocina, etc. Un volante sindical decía: “Hacemos saber al pueblo de Río Gallegos que el señor gerente del Grand Hotel, una vez más se nos ha declarado en rebeldía, por cuanto después de dar su palabra por medio de árbitros ha faltado a ella. Por lo tanto esta Sociedad resuelve llevar a delante el bloqueo al protervo…”. 
 El tono del volante ya mostraba cómo se iba caldeando la situación social, lo que reflejaba alarmado el jefe de policía Diego Rotchie, en un informe al gobernador Correa Falcón, de agosto de 1920: “esta policía ha descubierto que la Federación Obrera Local, en combinación con sus similares de Buenos Aires, de los puertos de la costa y Punta Arenas, prepara una huelga general para el mes entrante, movimiento que posiblemente asumiría el carácter de revolucionario, pues se tiene vehementes sospechas, por más que no ha sido posible comprobarlo aún a pesar de las investigaciones practicadas, que en uno o más puertos del territorio se están fabricando bombas con dinamita”.
 Ese fue el año también en el que la Sociedad Obrera de Río Gallegos inició un boicot a tres comerciantes, entre ellos al abuelo del expresidente Néstor Kirchner, Karl Kirchner, porque éstos habían boicoteado a un periódico, La Gaceta del Sud, que reflejaba parcialmente las demandas obreras. El volante llamando a la medida de fuerza llama a estos integrantes de la “Liga de Comercio e industrias” explotadores y “zánganos de la colmena social” (17 de octubre de 1920). Recuerda Osvaldo Bayer que este Karl Kirchner era prestamista, usurero (Néstor supo defender el oficio) y proxeneta y que fue “el fotógrafo de los militares. Los acompañaba y sacaba las fotos de los obreros que eran detenidos ilegalmente y luego fusilados”.