Noticias

09 de diciembre de 2015

Primeros pasos del PC (2)

Crónicas proletarias

 El Segundo Congreso del Partido Socialista Internacional, luego Partido Comunista de la Argentina, en abril de 1919, aprobó un documento elaborado por la dirección del flamante partido (fundado el 6 de enero de 1918), Historia del socialismo marxista en la Argentina. Este documento es un informe dirigido al resto de los partidos socialistas del mundo, y a la Segunda Internacional, explicando los motivos de la ruptura, y es de gran utilidad para conocer las ideas y concepciones predominantes entre estos dirigentes, que rechazaban a la dirección del PS hegemonizada por Juan B. Justo. 
Las dos terceras partes de la “Historia…” detallan el enfrentamiento interno en el Partido Socialista alrededor de las posiciones sobre la reciente guerra imperialista, atacando al justismo y en particular a los parlamentarios socialistas por su posición aliadófila, que los llevó a pedir que el gobierno de Yrigoyen declarara la guerra a Alemania. En el citado informe se reproducen los documentos del sector que posteriormente funda el PSI, que caracterizaban a la guerra europea como “consecuencia de las relaciones económicas actuales, fundadas en la propiedad privada y en la propiedad mercantil”, y desde ahí reclamaban que el país no interviniera en la guerra.
En el curso del análisis que hacen de las ideas de la dirección del Partido Socialista, se va expresando la matriz pacifista, sindicalista y parlamentarista del núcleo inicial del PSI, a los que se refiere Otto Vargas en El marxismo y la revolución argentina, tomo 2. Además de tomar íntegro el “Programa mínimo” del viejo PS, la “Historia…” está plagada de expresiones e ideas “justistas”. Podemos mencionar cómo descalifica a la dirección del PS por usar “procedimientos de política criolla, en la que se revela como consumado artista”.
El internacionalismo de los dirigentes del PSI lo entendían como una ruptura con “la tendencia patriotera y nacionalista del grupo dirigente del partido”, que había acordado que en el Congreso partidario de 1916 “por primera vez en un congreso socialista la bandera roja no se exhibió”. Y luego reseña el cambio de posición del diputado socialista Mario Bravo, que en 1909 había afirmado “la bandera argentina está envilecida por la misma clase que ella ampara. El proletariado no tiene por qué colocarla al lado de su estandarte rojo de combate”. El mismo Bravo, en el Congreso, en 1916 haría, según el PSI “declaraciones enteramente nacionalistas”, demostrativas de que “El partido ha perdido poco a poco su carácter obrero y socialista”. Pasarían muchos años hasta que el PC caracterizara correctamente estas cuestiones en un país dependiente y oprimido como el nuestro.