El negociado de “Skanska” va revelando el gigantesco chorro de dinero que sale de los fideicomisos del Estado hacia las manos de testaferros, tanto de empresas privadas (Skanska, Techint, Gotti, etc.) como de funcionarios del gobierno.
Son 23 las empresas que ya se ha demostrado que usaron facturas truchas. Y ya son 8 los funcionarios que volteó Skanska: los titulares de Enargas y Nación Fideicomisos, Fulvio Madaro y Néstor Ulloa; el vicepresidente segundo del Banco Nación Marcelo Quevedo Carrillo; el subsecretario de Obras Públicas Raúl Rodríguez; dos vocales del Enargas, uno de ellos es Ricardo “Pacha” Velazco, marido de la ministra de Economía Felisa Miceli, y el otro, Carlos Abalo. También debieron renunciar el contador Daniel Camporro y el titular de la Unidad de Auditoria y Control de GNC y gerente de asuntos legales de ese organismo, Osvaldo Pitrau.
Está ahora en la mira Gotti, empresa de Lázaro Baez, socio y testaferro de K, y un primo de K: Carlos Santiago Kirchner. Digamos de paso que la hermana de Baez está casada con el hijo del traficante de armas Palleros, el que contrabandeó fusiles a Ecuador y cañones a Yugoslavia, que está en juicio (es el negociado por el que fue preso Menem unas semanas).
El cerco se va cerrando sobre el secretario de Energía, Daniel Cameron, que entra en los despachos de la Casa Rosada sin tocar timbre. Arriba de Cameron, viene el ministro De Vido, en cuya esfera se realizaron todos los negociados. Pero Kirchner ha salido a defender a “su cajero”. ¿Por ahora?, ya se verá.
