Río tinto y el papel de Estados Unidos
El gobierno de Milei avanza con el saqueo de nuestro país, entregando soberanía y ofreciéndose como la pieza clave de los Estados Unidos en nuestra América del Sur. En este marco, y sobre la base del DNU 70/23 y la Ley Bases, el gobierno impulsa la privatización del Ferrocarril Belgrano Cargas, única línea del transporte de cargas en manos del Estado.
En ese sentido se conocieron en las últimas semanas las negociaciones públicas (imaginemos las privadas…) entre funcionarios de la Secretaría de Transporte, de Trenes Argentinos y de la Secretaría de Minería, con los representantes de la megaminera Rincon Mining (ex Río Tinto), abiertamente interesada en quedarse con este activo estratégico para el transporte del litio que extrae desde Salta y Catamarca.
Rincon Mining, la filial local de Río Tinto, es una de las mineras más grandes del mundo que opera proyectos de extracción de litio en Salta y Catamarca. En el directorio de Río Tinto aparecen entrelazados algunos de los fondos financieros más poderosos: BlackRock, Vanguard, SSgA, además de la estatal Aluminum Corporation of China. Los principales propietarios de Río Tinto agrupados por países de origen son: 16,7 % de Estados Unidos, 16,6 % del Reino Unido, China 14,56 % y Australia 3,2%, con un control preponderante de los capitales yanquis, al punto que en las negociaciones con el gobierno argentino participan directamente representantes de la Cámara de Comercio de los Estados Unidos, que son a su vez asesores de Río Tinto.
Por su parte, Tesla -la empresa de Elon Musk- mantiene un acuerdo de exclusividad con la minera para asegurar el suministro de litio para sus autos eléctricos.
La principal productora de litio en el país es Arcadium Lithium, una sociedad que nació de la fusión entre Livent y Allken. En marzo de este año Arcadium fue adquirida por la mega operadora Río Tinto por un total de 6.700 millones de dólares. En el país, Arcadium Lithium pasó a llamarse Río Tinto Lithium e incluirá el proyecto Rincón, operado en el país por Rincon Mining Pty Ltd sucursal argentina. Para este proyecto Río Tinto se inscribió en el RIGI (con todos los beneficios impositivos y las garantías de entrega e impunidad que el gobierno le ofrece) con una promesa de inversión de 2.700 millones de dólares.
Los monopolios imperialistas, a través del gobierno títere de Milei, empujan la entrega de esta vía fundamental, para asegurarse el control y transporte del litio y otros minerales considerados estratégicos desde el punto de vista de la seguridad (los llamados minerales críticos o tierras raras). Este es un objetivo central dentro de la política de Trump de mantener la hegemonía del imperialismo yanqui en el continente americano, al que consideran su patio trasero. Para este objetivo el gobierno de Milei y su política de entrega son claves.
Las grandes cerealeras exportadoras de aceites y materias primas, dueñas de los principales puertos de Rosario, como Cargill, Cofco, Bunge y Viterra, con todo el poder que detentan, también han planteado interés en quedarse con parte de este servicio.
Para los yanquis (y para los demás imperialismos) la Argentina es clave por sus recursos naturales (petróleo, minerales, cereales, agua) y por su ubicación (paso entre los 2 océanos, proyección sobre la Antártida), como ya planteara la anterior jefa del Comando Sur estadounidense Laura Richardson.
Para este proyecto de profundización de la dependencia y el saqueo Milei quiere entregar el Belgrano Cargas, y con ese objetivo se mueven monopolios como Rincón Mining/Río Tinto, con el apoyo «a cielo abierto» del gobierno de Estados Unidos.
Ferrocarriles y Soberanía
El control de los ferrocarriles es una pieza fundamental para la Soberanía del país. Siempre se corresponde el modelo ferroviario imperante al modelo de país que se implementa. Como decía Scalabrini Ortiz, adquirir trenes es ganar soberanía. Por eso atacan tanto las posibilidades de un desarrollo independiente de nuestro sistema ferroviario. Porque con la nacionalización de los trenes en 1948 llegamos a tener la red más extendida de América Latina, con 48 mil Km. de vías, un desarrollo industrial autónomo que incluyó 37 talleres y cientos de Pymes vinculadas, 120 mil trabajadores, técnicos e ingenieros ferroviarios que alcanzaron una tecnología de avanzada, la vinculación de miles de localidades y la posibilidad para el pueblo de viajar barato, rápido y reduciendo los daños al medio ambiente. Por eso el ferrocidio que se inició con la Revolución Fusiladora del ´55, continuó con el plan Larkin en los ´60, se profundizó en la última dictadura y tuvo su golpe de gracia con las privatizaciones de los ´90.
La privatización implicó que 90 mil ferroviarios quedaran en la calle, el abandono de alrededor de mil pueblos y el desguace de nuestra industria nacional ferroviaria. Al mismo tiempo la fragmentación del sistema ferroviario, entregando la carga a los monopolios y el pasaje a empresarios corruptos como los Cirigliano. Eso terminó en la Masacre de Once el 22 de febrero de 2012, con 51 muertes y más de 800 heridos. Así que ya conocemos las consecuencias de la privatización: desindustrialización, desocupación, abandono y tragedias.
La lucha de los trabajadores ferroviarios del Sarmiento, junto a los Familiares de la Masacre de Once y las agrupaciones de usuarios que defienden el ferrocarril lograron la condena de los Cirigliano (TBA), y funcionarios corruptos como Jaime, Schiavi y De Vido. En ese contexto volvieron al estado 5 de las 7 líneas de pasajeros del AMBA y el Belgrano Cargas fue recuperado en 2013.
¿Por qué tanto interés en el Belgrano Cargas?
El Belgrano Cargas incluye las ex líneas Urquiza, San Martín y Belgrano. Es la única línea de cargas que se recuperó para el estado nacional en el 2013, ya que las otras 3 permanecen desde la privatización menemista en manos de monopolios privados. Aceitera General Deheza tiene la concesión del Nuevo Central Argentino, Techint la del Ferroexpreso Pampeano y Loma Negra la del Ferrosur Roca. Estos monopolios utilizan las vías y el material rodante públicos para trasladar sus productos con un beneficio exclusivo, en detrimento de las economías regionales y los pequeños y medianos productores.
Sus vías atraviesan 17 provincias y opera una red de 7600 kilómetros, transportando 8,5 millones de Toneladas (el 38 % del total de cargas por tren del país). Por allí pasa gran parte de la producción agropecuaria nacional –no solo los productos de la Pampa húmeda-, como tránsito previo a la exportación de esas mismas materias primas, sumado a la producción minera del norte del país. Por todo eso el Belgrano Cargas es un bocado muy apetecible, no sólo es un tren: es la vía terrestre que conecta las reservas de litio del norte argentino con los puertos de exportación.
La importancia del tren de cargas para un proyecto de soberanía
Para un proyecto emancipatorio, de soberanía del país sobre sus recursos y las palancas fundamentales de su economía, el transporte de cargas es clave.
Primero porque entrelaza las distintas regiones productivas del país, lo que permitiría vincular las economías regionales y que los pequeños y medianos productores puedan comercializar sus producción sin tener que subordinarse a los monopolios y acopiadores.
Por otro lado, la carga es superavitaria, da ganancias, como muestran los datos oficiales para el Belgrano Cargas, lo que en un sistema estatal integrado serviría para solventar al tren de pasajeros, que «contablemente» siempre da pérdidas (aunque además de ser el medio de transporte más económico, rápido, seguro y menos contaminante para que viaje el pueblo, el tren de pasajeros produce un ahorro en mantenimiento de rutas, accidentes viales y daños ambientales que en realidad también genera ganancias para el país).
El plan del gobierno para la privatización
El gobierno viene planteando que la privatización implicaría dividir la actual empresa en tres partes, con lo que avanzarían en la licitación de infraestrucutra de las vías, concesión del uso de los Talleres, y venta del material rodante mediante remate público. Al actual Belgrano Cargas se lo dividiría en tres ramales, donde el que gane la licitación se llevará una traza completa. En este contexto, la minera Rincón Mining–Río Tinto pretende quedarse con la traza que surca las provincias con las principales cuencas de litio.
Este proyecto de privatización incluye a talleres emblemáticos como el de Tafí Viejo en Tucumán, considerados en su momento como los mejores de América del Sur, que llegó a contar con más de 5.600 trabajadores, con capacidad para construir vagones de carga y de pasajeros de calidad y confort, y multiplicidad de repuestos.
A su vez, el plan de privatización no se agota en la carga, sino que pretenden avanzar luego con los trenes de pasajeros. Para este objetivo profundizan el deterioro en las condiciones de los trabajadores ferroviarios, con la pérdida del poder adquisitivo del salario, la falta de insumos, cierre de boleterías y los aprietes de la empresa. Sobre esta base impulsan los retiros voluntarios, la jubilación anticipada y los despidos sin causa (con Milei ya tenemos 3 mil ferroviarios menos), como parte del achique de personal y deterioro de los trenes, para generar las condiciones previas a la privatización. Con ese norte también se incrementan la reducción de servicios y las cancelaciones, haciendo que viajar sea cada vez más difícil, y como ya hicieron en los ´90, justificando en esa “ineficiencia” del Estado la privatización y los negociados con los terrenos y con los subsidios.
La esperanza es defender lo nuestro en unidad
El ferrocarril cuenta con una larga historia de entregas, ataques, achiques, desmantelamientos, pero también una extensa y rica historia de luchas. Desde la fundación de La Fraternidad en 1887, la huelga general del ´61 contra el plan Larkin, la huelga ferroviaria de 1977 contra la dictadura, las huelgas y movilizaciones contra la privatización en 1991 y 1992, las innumerables peleas de pueblos enteros defendiendo el ferrocarril, el movimiento Salvemos al Tren, las denuncias, paros y manifestaciones de los ferroviarios del Sarmiento desde el año 2000.
Hoy va creciendo la unidad y la decisión de nuestro pueblo para enfrentar este plan de saqueo y ajuste del vendepatria de Milei. Por eso intentan amedrentarnos y frenarnos con represión, persecución a las organizaciones que nos oponemos a esta política, la condena y proscripción de Cristina Kirchner. Pero no van a poder, el pueblo lo está demostrando en las calles y en las plazas de nuestro país.
Necesitamos y podemos desarrollar un amplio movimiento contra la privatización del Belgrano Cargas y por la recuperación de nuestros ferrocarriles, como parte de la lucha unitaria de nuestro pueblo para derrotar el plan fascista de dependencia de Milei.
Como primer iniciativa de este movimiento impulsamos a partir del Encuentro por la Soberanía en Paraná el pasado 21 de Junio la propuesta de realizar una iniciativa nacional en las estaciones de trenes, denunciando la privatización del Belgrano Cargas y de todo el sistema ferroviario que empuja el gobierno nacional, y convocando a ser parte a todas las organizaciones y compañeras y compañeros que quieran sumarse.
Escribe Gabriel Carpano, miembro de la Red Nacional por la Recuperación de los Ferrocarriles
hoy N° 2068 16/07/2025