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12 de noviembre de 2010

Programa para la Revolución democrático-popular, agraria y antiimperialista en marcha ininterrumpida al socialismo

Documentos del PCR / tomo 6

Un Estado de nuevo tipo

Un Estado de nuevo tipo

La rea­li­za­ción de las tare­as de la revo­lu­ción demo­crá­ti­co-popu­lar, agra­ria y anti­im­pe­ria­lis­ta, en mar­cha inin­te­rrum­pi­da al socia­lis­mo, requie­re la des­truc­ción del Estado de los terra­te­nien­tes, la gran bur­gue­sía inter­me­dia­ria y el impe­ria­lis­mo (lo que impli­ca des­truir sus dos pila­res: las fuer­zas arma­das y de segu­ri­dad y el apa­ra­to buro­crá­ti­co), y la cons­truc­ción de un Estado de nuevo tipo, el Estado de las cla­ses revo­lu­cio­na­rias, basa­do en la alian­za obre­ro-cam­pe­si­na y diri­gi­do por la clase obre­ra.
Las cla­ses revo­lu­cio­na­rias nece­si­tan de este nuevo tipo de Estado para ejer­cer su dic­ta­du­ra sobre la mino­ría reac­cio­na­ria que expre­sa los inte­re­ses del impe­ria­lis­mo, la oli­gar­quía terra­te­nien­te y la gran bur­gue­sía inter­me­dia­ria, y para garan­ti­zar la más amplia demo­cra­cia para la inmen­sa mayo­ría: las masas popu­la­res y los sec­to­res patrió­ti­cos y demo­crá­ti­cos de la bur­gue­sía nacio­nal.
Para las cla­ses revo­lu­cio­na­rias es tam­bién deci­si­vo este nuevo tipo de Estado, como ins­tru­men­to para liqui­dar la opre­sión y el atra­so, impul­sar un desa­rro­llo inde­pen­dien­te y pla­ni­fi­ca­do de la eco­no­mía nacio­nal, ase­gu­rar el bien­es­tar del pue­blo y garan­ti­zar los dere­chos de los tra­ba­ja­do­res, de la ancia­ni­dad, de la mujer, de la niñez y de la juven­tud. Para defen­der la sobe­ra­nía nacio­nal y prac­ti­car una polí­ti­ca inter­na­cio­nal inde­pen­dien­te, anti­im­pe­ria­lis­ta, lati­no­a­me­ri­ca­na y ter­cer­mun­dis­ta.
Las bases del Estado revo­lu­cio­na­rio esta­rán cons­ti­tui­das por los con­se­jos obre­ros, cam­pe­si­nos, popu­la­res, de las fuer­zas arma­das revo­lu­cio­na­rias y de los sec­to­res patrió­ti­cos y demo­crá­ti­cos de la bur­gue­sía nacio­nal.
A par­tir de ellos se orga­ni­za­rá la estruc­tu­ra del poder polí­ti­co comu­nal, depar­ta­men­tal, pro­vin­cial y nacio­nal. En todos los nive­les se garan­ti­za­rán las posi­bi­li­da­des de par­ti­ci­pa­ción de repre­sen­tan­tes de las cla­ses y capas men­cio­na­das.
Las fuer­zas arma­das revo­lu­cio­na­rias se orga­ni­za­rán sobre la base de las mili­cias popu­la­res, el ser­vi­cio mili­tar obli­ga­to­rio y cua­dros pro­fe­sio­na­les. Estarán subor­di­na­das a la Asamblea Nacional del Pueblo. Los sec­to­res revo­lu­cio­na­rios de sub­ofi­cia­les y ofi­cia­les de las vie­jas fuer­zas arma­das, serán incor­po­ra­dos a las nue­vas fuer­zas arma­das.

Gobierno popular revolucionario

El gobier­no popu­lar revo­lu­cio­na­rio en el orden nacio­nal será ejer­ci­do a tra­vés de la Asamblea Nacional del Pueblo, la que desig­na­rá su Comité Ejecutivo y los miem­bros del Tribunal Supremo. Se uni­fi­ca­rán las fun­cio­nes legis­la­ti­va y eje­cu­ti­va. Se garan­ti­za­rá el sis­te­ma fede­ral median­te la auto­no­mía de las pro­vin­cias y su ade­cua­da repre­sen­ta­ción en la Asamblea Nacional.
Todos los ciu­da­da­nos de ambos sexos podrán ele­gir y ser elec­tos. Los repre­sen­tan­tes popu­la­res debe­rán ren­dir cuen­tas perió­di­ca­men­te a sus man­dan­tes y esta­rán some­ti­dos a la revo­ca­bi­li­dad de sus man­da­tos, al igual que los fun­cio­na­rios esta­ta­les. Se garan­ti­za­rá el dere­cho a la cons­ti­tu­ción y fun­cio­na­mien­to de par­ti­dos polí­ti­cos popu­la­res, los que podrán pre­sen­tar can­di­da­tos en todas las ins­tan­cias elec­to­ra­les. Los ciu­da­da­nos no ins­crip­tos en nin­gún par­ti­do tam­bién podrán pre­sen­tar­se como can­di­da­tos.
El mismo sis­te­ma de gobier­no regi­rá en los órde­nes pro­vin­cial, depar­ta­men­tal y muni­ci­pal. Se for­ma­rán orga­nis­mos inter­pro­vin­cia­les e inter­de­par­ta­men­ta­les de coor­di­na­ción regio­nal, que fun­cio­na­rán adjun­tos a la Asamblea Nacional del Pueblo y a las asam­ble­as pro­vin­cia­les, res­pec­ti­va­men­te.
El gobier­no popu­lar revo­lu­cio­na­rio disol­ve­rá las fuer­zas arma­das y de segu­ri­dad del Estado del impe­ria­lis­mo, los terra­te­nien­tes y la gran bur­gue­sía inter­me­dia­ria. Garantizará la defen­sa del nuevo Estado con­tra sus ene­mi­gos con la orga­ni­za­ción de las fuer­zas arma­das revo­lu­cio­na­rias y del pue­blo en armas.
La jus­ti­cia popu­lar se ejer­ce­rá a tra­vés de los tri­bu­na­les popu­la­res. Los jue­ces y miem­bros de estos tri­bu­na­les serán elec­tos por los con­se­jos y asam­ble­as popu­la­res, sien­do sus car­gos revo­ca­bles sólo por estos orga­nis­mos. Tendrán plena inde­pen­den­cia para rea­li­zar su labor espe­cí­fi­ca. Se esta­ble­ce­rá el jui­cio por jura­do. Los acu­sa­dos serán juz­ga­dos en forma oral y públi­ca. Gozarán de amplias garan­tías de defen­sa. El domi­ci­lio pri­va­do será invio­la­ble salvo orden expre­sa de los tri­bu­na­les popu­la­res y la segu­ri­dad per­so­nal garan­ti­za­da por apli­ca­ción del habe­as cor­pus y el dere­cho de ampa­ro. Se pro­hi­bi­rá todo tipo de tor­tu­ras y se cas­ti­ga­rá seve­ra­men­te a los que vio­len esta dis­po­si­ción. Los crí­me­nes con­tra el pue­blo son impres­crip­ti­bles.

 

Derechos democráticos generales

Toda la legis­la­ción repre­si­va anti­po­pu­lar será dero­ga­da. Se ter­mi­na­rá con toda forma de dis­cri­mi­na­ción por sexo, raza, edad o cre­en­cia. Las muje­res ten­drán igua­les dere­chos que los hom­bres en todos los nive­les de la socie­dad. Con el obje­to de ase­gu­rar a los tra­ba­ja­do­res y ciu­da­da­nos la liber­tad efec­ti­va de pala­bra, se nacio­na­li­za­rá la pren­sa, radio y tele­vi­sión y otros medios de comu­ni­ca­ción, actual­men­te en manos del impe­ria­lis­mo, los terra­te­nien­tes y la gran bur­gue­sía inter­me­dia­ria, y ade­más del libre acce­so a los mis­mos, se garan­ti­za­rá la entre­ga de todos los ele­men­tos nece­sa­rios para la publi­ca­ción de perió­di­cos, libros. etc. y su libre difu­sión en todo el país.
Para garan­ti­zar a todos los tra­ba­ja­do­res y ciu­da­da­nos ver­da­de­ra liber­tad de reu­nión se les reco­no­ce­rá el dere­cho a orga­ni­zar libre­men­te reu­nio­nes, míti­nes, mani­fes­ta­cio­nes, etc., ponien­do a su dis­po­si­ción todo los loca­les que dichas asam­ble­as y reu­nio­nes requie­ran.
Se pres­ta­rá el auxi­lio mate­rial y de todo tipo nece­sa­rio para garan­ti­zar a los obre­ros, cam­pe­si­nos, estu­dian­tes, inte­lec­tua­les y ciu­da­da­nos en gene­ral, la liber­tad de aso­cia­ción.
Toda per­so­na en su lugar de tra­ba­jo, vivien­da o en las calles podrá hacer públi­ca su opi­nión y su cri­ti­ca sobre cual­quier tema a tra­vés de mura­les y otra for­mas, sin sufrir repre­sa­lias.
Quienes hayan come­ti­do crí­me­nes con­tra el pue­blo y quie­nes aten­ten con­tra el Estado popu­lar revo­lu­cio­na­rio serán juz­ga­dos por los tri­bu­na­les popu­la­res, los cua­les podrán pri­var­los de sus dere­chos polí­ti­cos, ade­más de apli­car­les las otras penas que pudie­ran corres­pon­der­les.
Será otor­ga­da la ciu­da­da­nía a todos los extran­je­ros que la soli­ci­ten, siem­pre que no hayan come­ti­do crí­me­nes al ser­vi­cio de los impe­ria­lis­mos y de los reac­cio­na­rios de otros paí­ses. Los per­se­gui­dos por regí­me­nes reac­cio­na­rios, por razo­nes polí­ti­cas, socia­les o racia­les goza­rán del dere­cho de asilo.
Se esta­ble­ce­rá la patria potes­tad indis­tin­ta y el dere­cho al divor­cio vin­cu­lar. Se garan­ti­za­rá el ase­so­ra­mien­to médi­co y la pro­vi­sión gra­tui­ta de anti­con­cep­ti­vos en hos­pi­ta­les y obras socia­les y se legis­la­rá el dere­cho al abor­to. Se eli­mi­na­rá la obli­ga­to­rie­dad para la mujer de lle­var el ape­lli­do del espo­so.
Con el obje­to de ase­gu­rar a los ciu­da­da­nos la plena liber­tad de con­cien­cia, la Iglesia será sepa­ra­da del Estado. Se reco­no­ce­rá a todas las per­so­nas que quie­ran hacer­lo, el dere­cho a prac­ti­car libre­men­te su culto y la liber­tad de pro­pa­gan­da reli­gio­sa y anti­rre­li­gio­sa.
Se garan­ti­za­rá amplias liber­ta­des para los sin­di­ca­tos, comi­sio­nes inter­nas, cuer­pos de dele­ga­dos, y otras for­mas de orga­ni­za­ción de los tra­ba­ja­do­res den­tro de las fábri­cas y luga­res de tra­ba­jo. Se dero­ga­rá toda legis­la­ción que esta­blez­ca con­trol esta­tal y patro­nal sobre el movi­mien­to sin­di­cal, entre ellas la Ley de Asociaciones Profesionales y de Conciliación Obligatoria. Plena vigen­cia del dere­cho de huel­ga.

 

Transformación de la economía nacional

El desa­rro­llo eco­nó­mi­co del país se logra­rá a tra­vés de la movi­li­za­ción revo­lu­cio­na­ria de las fuer­zas socia­les y del apro­ve­cha­mien­to pleno y racio­nal de los recur­sos natu­ra­les dis­po­ni­bles. Es nece­sa­rio remo­ver las tra­bas que se opo­nen a ello y orien­tar su uti­li­za­ción de mane­ra pla­ni­fi­ca­da hacia un desa­rro­llo indus­trial y tec­no­ló­gi­co inte­gra­do y una expan­sión sos­te­ni­da de la pro­duc­ción pri­ma­ria. Estas cues­tio­nes son prio­ri­ta­rias para garan­ti­zar la inde­pen­den­cia de la eco­no­mía nacio­nal, el bien­es­tar del pue­blo y un desa­rro­llo inte­gral del país con cen­tro en el mer­ca­do inter­no, que haga rea­li­dad los pos­tu­la­dos de un autén­ti­co fede­ra­lis­mo eco­nó­mi­co.
El con­trol obre­ro de la pro­duc­ción y dis­tri­bu­ción será el ins­tru­men­to clave para efec­ti­vi­zar la rea­li­za­ción de esta polí­ti­ca en bene­fi­cio de los tra­ba­ja­do­res y el pue­blo.
Esta polí­ti­ca eco­nó­mi­ca debe­rá dar un papel diri­gen­te al desa­rro­llo de los medios de pro­duc­ción, al sec­tor de la indus­tria pesa­da, man­te­nien­do una correc­ta rela­ción con la indus­tria livia­na y la acti­vi­dad agro­pe­cua­ria. Pues de esto depen­de­rá el que se logre o no con­so­li­dar el pri­me­ro. La refor­ma agra­ria es clave, tanto para ampliar y aba­ra­tar la pro­vi­sión de ali­men­tos y mate­rias pri­mas de ori­gen agro­pe­cua­rio y fores­tal, como para trans­for­mar el campo y todo el inte­rior del país en un gran deman­dan­te de pro­duc­tos indus­tria­les. Lo mismo ocu­rre con la indus­tria livia­na, cuya expan­sión tam­bién es impres­cin­di­ble para garan­ti­zar un mayor bien­es­tar inme­dia­to a los tra­ba­ja­do­res del campo y de la ciu­dad. Además el desa­rro­llo de ambos sec­to­res es lo que gene­ra­rá más rápi­da­men­te los fon­dos nece­sa­rios para rea­li­zar en gran esca­la un pode­ro­so sec­tor de pro­duc­ción de máqui­nas, herra­mien­tas e insu­mos bási­cos, que libe­re al país de su depen­den­cia al res­pec­to. La nacio­na­li­za­ción del cré­di­to y del comer­cio exte­rior, en fun­ción del desa­rro­llo inde­pen­dien­te y armó­ni­co del con­jun­to del país, se con­ver­ti­rán tam­bién en impor­tan­tes palan­cas de una rápi­da acu­mu­la­ción.

a) Desarrollo industrial integrado

Serán expro­pia­das sin indem­ni­za­ción las empre­sas mono­po­lis­tas extran­je­ras y de gran bur­gue­sía inter­me­dia­ria en la indus­tria, según con­ven­ga a los inte­re­ses del Estado revo­lu­cio­na­rio, pudién­do­se esta­ble­cer algún tipo de com­pen­sa­ción cuan­do sea nece­sa­rio. Se res­pe­ta­rán las de bur­gue­sía nacio­nal. Se pro­te­ge­rá y esti­mu­la­rá la peque­ña y media­na empre­sa y su coo­pe­ra­ti­vi­za­ción, aten­dien­do a las par­ti­cu­la­ri­da­des de cada rama de la pro­duc­ción, comer­cio y ser­vi­cios.
Serán expro­pia­das sin indem­ni­za­ción las com­pa­ñías mine­ras, de ener­gía, com­bus­ti­bles, trans­por­tes y comu­ni­ca­cio­nes en manos del impe­ria­lis­mo y la gran bur­gue­sía inter­me­dia­ria. Se res­pe­ta­rá la pro­pie­dad de los peque­ños y media­nos mine­ros y se esti­mu­la­rá su coo­pe­ra­ti­vi­za­ción. El Estado desa­rro­lla­rá la gran mine­ría y explo­ta­rá la pro­duc­ción de com­bus­ti­bles, petro­quí­mi­ca y mine­ra­les estra­té­gi­cos, así como la pro­duc­ción ener­gé­ti­ca de cen­tra­les hidro­e­léc­tri­cas, ter­mo­e­léc­tri­cas y nuclea­res.
Se anu­la­rán los con­ve­nios pes­que­ros, con­tra­tos y fran­qui­cias por­tua­rias que afec­ten la sobe­ra­nía nacio­nal. Se apo­ya­rá a los peque­ños y media­nos pes­que­ros, ayu­dán­do­los para que se orga­ni­cen en coo­pe­ra­ti­vas. Se desa­rro­lla­rá una flota pes­que­ra moder­na, se cons­trui­rán cáma­ras fri­go­rí­fi­cas y se ase­gu­ra­rán medios de trans­por­te ade­cua­dos.
Se fomen­ta­rá la indus­tria fores­tal y del papel nacio­nal. El Estado con­tro­la­rá los bos­ques para su explo­ta­ción racio­nal, pro­mo­vien­do pla­nes de fores­ta­ción y refo­res­ta­ción para pro­veer las nece­si­da­des de la indus­tria y man­te­ner el equi­li­brio eco­ló­gi­co, pre­vi­nien­do la degra­da­ción de los sue­los.
Se fija­rá una polí­ti­ca nacio­nal del agua para el apro­ve­cha­mien­to inte­gral de los ríos, reser­vas y aguas sub­te­rrá­ne­as, impul­san­do el desa­rro­llo de la ener­gía hidro­e­léc­tri­ca en el marco de un plan nacio­nal que con­tem­ple las posi­bi­li­da­des de irri­ga­ción, nave­ga­ción y pis­ci­cul­tu­ra, cons­tru­yen­do sis­te­mas de cana­li­za­ción y desa­gües com­bi­na­dos con lagos arti­fi­cia­les para la acu­mu­la­ción de las aguas, a fin de con­tro­lar los ciclos de inun­da­cio­nes y sequías perió­di­cas que afec­tan a vas­tas zonas del país.
Todas las empre­sas expro­pia­das más las actua­les del Estado pasa­rán a cons­ti­tuir un sec­tor de pro­pie­dad esta­tal, diri­gi­do por el gobier­no popu­lar revo­lu­cio­na­rio bajo el con­trol obre­ro basa­do en los con­se­jos de fábri­cas y empre­sas. La pla­ni­fi­ca­ción de la pro­duc­ción del sec­tor esta­tal y la orien­ta­ción de los exce­den­tes que gene­re el mismo, per­mi­ti­rán ase­gu­rar un desa­rro­llo inte­gra­do de la indus­tria y del país, prio­ri­zan­do la gran mine­ría y la indus­tria pesa­da y pro­mo­vien­do la expan­sión ace­le­ra­da del inte­rior. Se crea­rán cen­tros indus­tria­les cerca de las fuen­tes de los recur­sos natu­ra­les y se pro­te­ge­rá y esti­mu­la­rá la peque­ña y media­na empre­sa, favo­re­cien­do su coo­pe­ra­ti­vi­za­ción y garan­ti­zan­do que reci­ban ayuda prio­ri­ta­ria aque­llos sec­to­res que inte­re­sen par­ti­cu­lar­men­te a los obje­ti­vos del plan nacio­nal, la inte­gra­ción regio­nal y el bien­es­tar gene­ral.
El gobier­no popu­lar revo­lu­cio­na­rio pug­na­rá por apro­ve­char el avan­ce cien­tí­fi­co téc­ni­co logra­do por el desa­rro­llo de la huma­ni­dad, impul­san­do la rees­truc­tu­ra­ción y for­ta­le­ci­mien­to del INTI, INTA, CNEA, CONICET y demás orga­nis­mos de cien­cia y téc­ni­ca nacio­na­les y pro­vin­cia­les y pro­gra­mas de inves­ti­ga­ción de las uni­ver­si­da­des esta­ta­les, en fun­ción de un apro­ve­cha­mien­to inte­gral de todas las poten­cia­li­da­des del país y al ser­vi­cio de la indus­tria nacio­nal, las eco­no­mías regio­na­les y la peque­ña y media­na explo­ta­ción agro­pe­cua­ria, pes­que­ra, mine­ra y fores­tal.
Se crea­rá un Instituto Nacional de Informática para la pro­duc­ción de pro­gra­mas, inte­gra­ción de sis­te­mas, ade­cua­dos a la rea­li­dad y nece­si­da­des nacio­na­les.
Se dará impul­so al desa­rro­llo de la indus­tria de gue­rra, en fun­ción de la defen­sa nacio­nal, apo­yán­do­se en la capa­ci­dad tec­no­ló­gi­ca y los avan­ces nacio­na­les ya exis­ten­tes –inclui­dos los avan­ces de la ener­gía nucle­ar– y se crea­rán los nece­sa­rios para mejo­rar el arma­men­to en la defen­sa de nues­tro terri­to­rio de ata­ques y atro­pe­llos impe­ria­lis­tas.

b) Reforma agraria profunda

Expropiación sin indem­ni­za­ción de los lati­fun­dios, maqui­na­rias agrí­co­las e ins­ta­la­cio­nes per­te­ne­cien­tes a los terra­te­nien­tes, entre­gan­do la tie­rra en pro­pie­dad a todos los que la tra­ba­jan o quie­ran tra­ba­jar­la, prio­ri­zan­do la juven­tud agra­ria, los obre­ros rura­les, los cam­pe­si­nos pobres y medios y las muje­res cabe­za de fami­lia. Se fija­rá por ley la exten­sión de tie­rra míni­ma expro­pia­ble aten­dien­do a las pecu­lia­ri­da­des de cada zona, tipo de cul­ti­vo o explo­ta­ción, esta­ble­cién­do­se indem­ni­za­cio­nes para los peque­ños terra­te­nien­tes.
Formación de entes regio­na­les inte­gra­dos por repre­sen­tan­tes ele­gi­dos demo­crá­ti­ca­men­te por las orga­ni­za­cio­nes de obre­ros rura­les y cam­pe­si­nos pobres y medios, que deter­mi­na­rán: los lati­fun­dios a expro­piar y el tama­ño de las uni­da­des pro­duc­ti­vas y su dis­tri­bu­ción. Se impul­sa­rá y dará amplio apoyo a las coo­pe­ra­ti­vas agra­rias de pro­duc­ción y tra­ba­jo y se con­for­ma­rán con las explo­ta­cio­nes moder­nas expro­pia­das, que no sea con­ve­nien­te sub­di­vi­dir, gran­jas esta­ta­les. Se les garan­ti­za­rá prio­ri­ta­ria­men­te la pro­vi­sión de máqui­nas y herra­mien­tas.
A las comu­ni­da­des y tri­bus indí­ge­nas les serán devuel­tas sus tie­rras o se les entre­ga­rán mejo­res tie­rras alter­na­ti­vas en luga­res con ellas fija­dos. Se con­clui­rá con todo sis­te­ma social ajeno a su volun­tad e his­to­ria. La entre­ga de la tie­rra y maqui­na­rias será en pro­pie­dad y en uni­da­des pro­duc­ti­vas según la zona y tipo de cul­ti­vo o explo­ta­ción.
Será pro­hi­bi­do el arren­da­mien­to, la media­ría, la apar­ce­ría, el tan­teo, etc. Se res­pe­ta­rá el dere­cho de pro­pie­dad de los cam­pe­si­nos ricos y bur­gue­ses agra­rios que no se sumen a la con­tra­rre­vo­lu­ción.
Se expro­pia­rá sin indem­ni­za­ción las empre­sas mono­po­lis­tas de comer­cia­li­za­ción y finan­cia­ción de la pro­duc­ción, reco­no­cien­do los dere­chos de los peque­ños y media­nos accio­nis­tas. El gobier­no popu­lar revo­lu­cio­na­rio garan­ti­za­rá pre­cios míni­mos sos­tén, en ori­gen. Promoverá el ade­lan­to tec­no­ló­gi­co, esti­mu­la­rá y ayu­da­rá a la coo­pe­ra­ti­vi­za­ción para supe­rar las limi­ta­cio­nes pro­pias de la peque­ña pro­duc­ción.
Serán anu­la­das las deu­das (hipo­te­ca­rias, pren­da­rias, ade­lan­tos para semi­llas, etc.) con­traí­das por los cam­pe­si­nos pobres y medios con el Estado, la oli­gar­quía terra­te­nien­te, los ban­cos y los mono­po­lios comer­cia­li­za­do­res. Se esta­ble­ce­rán líne­as espe­cia­les de cré­di­to que ase­gu­ren ins­ta­la­ción, semi­llas, fer­ti­li­zan­tes, insec­ti­ci­das, etc. y maqui­na­rias. Las tie­rras, máqui­nas y demás úti­les de labran­za, el gana­do, ani­ma­les de tra­ba­jo, casa y demás per­te­nen­cias de los cam­pe­si­nos semi pro­le­ta­rios, pobres y medios, serán inem­bar­ga­bles.
Se impul­sa­rá la for­ma­ción de coo­pe­ra­ti­vas de maqui­na­rias agrí­co­las de cam­pe­si­nos pobres y medios y se esta­ble­ce­rán esta­cio­nes esta­ta­les de máqui­nas bajo el con­trol demo­crá­ti­co de los comi­tés regio­na­les de obre­ros rura­les y cam­pe­si­nos pobres y medios. El gobier­no popu­lar revo­lu­cio­na­rio pro­ce­de­rá a la crea­ción de cha­cras, gran­jas, huer­tas y caba­ñas expe­ri­men­ta­les, como parte de la amplia­ción de las acti­vi­da­des del INTA, de mane­ra que los pro­duc­to­res indi­vi­dua­les, coo­pe­ra­ti­vas y empre­sas esta­ta­les reci­ban for­ma­ción téc­ni­ca, adquie­ran semi­llas selec­cio­na­das, ani­ma­les de raza, etc.

c) Nacionalización de las finanzas y el comercio exterior

Se abo­li­rán todos los impues­tos que gra­van al con­su­mo y se esta­ble­ce­rá un impues­to pro­gre­si­vo único sobre los ingre­sos y los bie­nes inmue­bles. Los peque­ños y media­nos indus­tria­les y comer­cian­tes, los pro­fe­sio­na­les, arte­sa­nos, etc., paga­rán el impues­to único a par­tir de un míni­mo no impo­ni­ble que per­mi­ta el desa­rro­llo de su acti­vi­dad y un buen nivel de vida de sus fami­lias. Con el mismo cri­te­rio, en el campo paga­rán el impues­to todos los que explo­tan tie­rras en forma indi­vi­dual o colec­ti­va.
Las recau­da­cio­nes del gobier­no nacio­nal com­pues­tas por el pro­duc­to del impues­to pro­gre­si­vo único, los dere­chos de impor­ta­ción y expor­ta­ción y los bene­fi­cios de las empre­sas esta­ta­les, serán com­par­ti­dos con las pro­vin­cias y los muni­ci­pios, res­pe­tan­do los prin­ci­pios del régi­men fede­ral y según las prio­ri­da­des del plan de desa­rro­llo nacio­nal. Estos fon­dos, ade­más del fomen­to de la eco­no­mía, ase­gu­ra­rán el fun­cio­na­mien­to del Estado y sus fuer­zas arma­das, la cul­tu­ra, la edu­ca­ción, la salud públi­ca, etc.

d) Reforma impositiva

Se abo­li­rán todos los impues­tos que gra­van al con­su­mo y se esta­ble­ce­rá un impues­to pro­gre­si­vo único sobre los ingre­sos y los bie­nes inmue­bles. Los peque­ños y media­nos indus­tria­les y comer­cian­tes, los pro­fe­sio­na­les, arte­sa­nos, etc., paga­rán el impues­to único a par­tir de un míni­mo no impo­ni­ble que per­mi­ta el desa­rro­llo de su acti­vi­dad y un buen nivel de vida de sus fami­lias. Con el mismo cri­te­rio, en el campo paga­rán el impues­to todos los que explo­tan tie­rras en forma indi­vi­dual o colec­ti­va.
Las recau­da­cio­nes del gobier­no nacio­nal com­pues­tas por el pro­duc­to del impues­to pro­gre­si­vo único, los dere­chos de impor­ta­ción y expor­ta­ción y los bene­fi­cios de las empre­sas esta­ta­les, serán com­par­ti­dos con las pro­vin­cias y los muni­ci­pios, res­pe­tan­do los prin­ci­pios del régi­men fede­ral y según las prio­ri­da­des del plan de desa­rro­llo nacio­nal. Estos fon­dos, ade­más del fomen­to de la eco­no­mía, ase­gu­ra­rán el fun­cio­na­mien­to del Estado y sus fuer­zas arma­das, la cul­tu­ra, la edu­ca­ción, la salud públi­ca, etc.

e) Energía, transporte y comunicaciones

Se garan­ti­za­rá el con­trol por el Estado de la ener­gía, trans­por­te y comu­ni­ca­cio­nes, sobre la base de for­ta­le­cer y reac­ti­var las empre­sas esta­ta­les como AyEE, YPF, YCF, EFA, ELMA, ENTEL, etc.
Se esta­ble­ce­rá un plan ener­gé­ti­co nacio­nal que esti­mu­le el desa­rro­llo de las eco­no­mías regio­na­les, ase­gu­ran­do el correc­to uso de la red inter­co­nec­ta­da nacio­nal arti­cu­la­da con las usi­nas hidro­e­léc­tri­cas de peque­ña y media­na poten­cia, aten­dien­do al uso múl­ti­ple del agua y a las nece­si­da­des de desa­rro­llo de cada zona. Se pro­mo­ve­rá el uso de fuen­tes no con­ven­cio­na­les de ener­gía. Se impul­sa­rá una polí­ti­ca nucle­ar inde­pen­dien­te en sus aspec­tos ener­gé­ti­cos de uso indus­trial, bio­ló­gi­co, medi­ci­nal, etc.
Se empren­de­rá un plan nacio­nal de rees­truc­tu­ra­ción, reac­ti­va­ción, mejo­ra­mien­to y expan­sión de las vías férre­as, cami­ne­ras, flu­via­les y aére­as, en forma coor­di­na­da y en fun­ción del desa­rro­llo armó­ni­co inter­re­gio­nal y del inter­cam­bio con los paí­ses veci­nos. Reestructuración, reno­va­ción y amplia­ción del par­que ferro­via­rio y de las flo­tas marí­ti­ma, flu­vial y aérea, en base a la recu­pe­ra­ción por el Estado y reac­ti­va­ción de los talle­res ferro­via­rios, nava­les y de la indus­tria aero­náu­ti­ca.
Monopolio esta­tal que garan­ti­ce una polí­ti­ca nacio­nal de comu­ni­ca­cio­nes que con­tem­ple el mejo­ra­mien­to y expan­sión del ser­vi­cio de correos y telé­gra­fos y de tele­fo­nía, que ase­gu­re la inde­pen­den­cia nacio­nal en este terre­no en base al desa­rro­llo nacio­nal de la indus­tria y tec­no­lo­gía res­pec­ti­va.

 

Derechos sociales básicos

Condiciones de vida y de trabajo

Salario míni­mo, vital y móvil, que será tam­bién garan­ti­za­do anual­men­te a los tra­ba­ja­do­res tem­po­ra­les, cuan­do la tem­po­ra­li­dad es pro­pia de la acti­vi­dad que rea­li­zan (rura­les, fri­go­rí­fi­cos, por­tua­rios, etc.). Igual sala­rio por igual tra­ba­jo para hom­bres, muje­res y jóve­nes. Mejoramiento de las asig­na­cio­nes fami­lia­res y pago ínte­gro del agui­nal­do equi­va­len­te al últi­mo mes de tra­ba­jo.
Control del abas­te­ci­mien­to y de pre­cios por parte de los cuer­pos de dele­ga­dos, sin­di­ca­tos, orga­ni­za­cio­nes de amas de casa, veci­na­les y de comer­cian­tes mino­ris­tas.
La sema­na de tra­ba­jo será de 40 horas, con des­can­so sema­nal míni­mo con­se­cu­ti­vo de 36 horas para todos los obre­ros del campo y de la ciu­dad. Jornada de 6 horas para los jóve­nes meno­res de 18 años, así como para los tra­ba­ja­do­res ocu­pa­dos en tare­as insa­lu­bres, noc­tur­nas y en las minas con un máxi­mo de 30 horas sema­na­les. Los meno­res no podrán ser emplea­dos en tare­as noc­tur­nas.
Se erra­di­ca­rá el tra­ba­jo a des­ta­jo. Existirá sólo excep­cio­nal­men­te y será legis­la­do en espe­cial. Teniendo en cuen­ta las dife­ren­tes carac­te­rís­ti­cas de los luga­res y zonas de tra­ba­jo, se esta­ble­ce­rán regla­men­ta­cio­nes y pre­ven­cio­nes de salud. Los emplea­do­res pri­va­dos de obre­ros rura­les fijos o tem­po­ra­rios debe­rán pro­veer­los de casas cómo­das e higié­ni­cas, per­mi­tien­do que sus fami­lias vivan con ellos.
Se con­ce­de­rán vaca­cio­nes anua­les para los obre­ros y emplea­dos, de 15 a 30 días según la anti­güe­dad labo­ral. La licen­cia por mater­ni­dad o adop­ción abar­ca­rá dos meses antes y tres meses des­pués del parto o la adop­ción. La licen­cia pre­par­to o pos­par­to podrá ampliar­se cuan­do la acti­vi­dad labo­ral afec­te el emba­ra­zo u otras situa­cio­nes espe­cia­les. Serán rele­va­das de tare­as noc­tur­nas o insa­lu­bres duran­te el emba­ra­zo y lac­tan­cia, man­te­nien­do su cate­go­ría. Se res­pe­ta­rá el día feme­ni­no.
El gobier­no y sus ins­ti­tu­cio­nes edu­ca­cio­na­les empren­de­rán junto a los cuer­pos de dele­ga­dos y sin­di­ca­tos, la tarea de exten­der la ense­ñan­za en todos los nive­les, para que todos los tra­ba­ja­do­res acce­dan a la cul­tu­ra y mejo­ren su for­ma­ción téc­ni­ca, pres­tan­do espe­cial aten­ción a la capa­ci­ta­ción de todas las muje­res que quie­ran acce­der a la pro­duc­ción.
Se ins­ta­la­rán como ser­vi­cios públi­cos: jar­di­nes mater­na­les, come­do­res y lavan­de­rías, en los barrios, zonas rura­les y empre­sas. Se crea­rán ins­ti­tu­cio­nes espe­cí­fi­cas que fun­cio­nen como hoga­res sus­ti­tu­tos para la aten­ción de meno­res aban­do­na­dos.
El gobier­no implan­ta­rá un segu­ro social com­ple­to (deso­cu­pa­ción, enfer­me­dad, dis­ca­pa­ci­dad, acci­den­te, inva­li­dez, vejez y muer­te) para todos los tra­ba­ja­do­res urba­nos y rura­les a cargo del Estado y emplea­do­res pri­va­dos. Su admi­nis­tra­ción será ejer­ci­da por un orga­nis­mo nacio­nal con­tro­la­do por los cuer­pos de dele­ga­dos y sin­di­ca­tos.
Las jubi­la­cio­nes serán del 100% móvil del sala­rio o suel­do que se per­ci­ba al momen­to del reti­ro, debien­do com­pu­tar­se todos los suel­dos adi­cio­na­les del bási­co. Todos los tra­ba­ja­do­res se podrán jubi­lar des­pués de los 30 años de ser­vi­cio o 60 de edad. Se garan­ti­za­rá una regla­men­ta­ción espe­cial para las tare­as insa­lu­bres u otras que por su carác­ter impli­quen un exce­si­vo des­gas­te físi­co y psí­qui­co. Las muje­res su jubi­la­rán con 25 años de ser­vi­cio o 55 de edad, imple­men­tán­do­se la jubi­la­ción auto­má­ti­ca para el ama de casa. Todo habi­tan­te que haya cum­pli­do 60 años de edad tra­ba­jan­do y no dis­pon­ga de ingre­sos sufi­cien­tes, reci­bi­rá una pen­sión que le garan­ti­ce una vida digna.

a) Vivienda

Se garan­ti­za­rán vivien­das dig­nas a toda la pobla­ción. Expropiación sin indem­ni­za­cio­nes de las pro­pie­da­des urba­nas de la oli­gar­quía terra­te­nien­te, los mono­po­lios extran­je­ros y la gran bur­gue­sía inter­me­dia­ria. Eliminación de la espe­cu­la­ción con la vivien­da, indem­ni­zan­do a los peque­ños y media­nos ren­tis­tas en un plazo y mon­tos que se fija­rán por ley.
Plan de cons­truc­ción de vivien­das popu­la­res, cuyo alqui­ler no podrá exce­der el 5% de los ingre­sos men­sua­les del usu­fruc­tua­rio. A los actua­les habi­tan­tes de villas y asen­ta­mien­tos se les entre­ga­rán las tie­rras que hoy ocu­pan u otras mejo­res en el caso que éstas no sean aptas, en forma inme­dia­ta, gra­tui­ta y colec­ti­va a los cuer­pos de dele­ga­dos y jun­tas veci­na­les para su dis­tri­bu­ción demo­crá­ti­ca y ten­drán prio­ri­dad en la adju­di­ca­ción de vivien­das por el gobier­no popu­lar revo­lu­cio­na­rio.
Se apun­ta­rá a resol­ver el pro­ble­ma de zonas inun­da­bles, falta de agua pota­ble, luz y otros ser­vi­cios indis­pen­sa­bles en villas y barrios pobres. Se ayu­da­rá a los mis­mos para la cons­truc­ción y mejo­ra de las vivien­das. Se pro­ce­de­rá a prac­ti­car un plan pro­gre­si­vo de sanea­mien­to de ríos y arro­yos con­ta­mi­na­dos, con la ayuda de los ribe­re­ños afec­ta­dos. Se ela­bo­ra­rá un plan de vivien­das rura­les que con­tem­ple las cos­tum­bres y nece­si­da­des de los obre­ros rura­les, cam­pe­si­nos pobres y comu­ni­da­des abo­rí­ge­nes. Los pla­nes de vivien­da esta­rán deter­mi­na­dos por las nece­si­da­des regio­na­les y por los modos de vida habi­tua­les de cada zona.
 

b) Política sanitaria al servicio del pueblo

Se pro­pug­na­rá la estruc­tu­ra­ción de un sis­te­ma sani­ta­rio nacio­nal inte­gra­do, asu­mien­do el gobier­no popu­lar la res­pon­sa­bi­li­dad de todas las accio­nes de salud en sus aspec­tos téc­ni­cos, nor­ma­ti­vos, finan­cie­ros y admi­nis­tra­ti­vos, a fin de garan­ti­zar la máxi­ma cober­tu­ra en forma gra­tui­ta, inte­gral e igua­li­ta­ria. Dicho sis­te­ma fun­cio­na­rá en base a la estra­te­gia de aten­ción pre­ven­ti­va y pri­ma­ria de la salud, con par­ti­ci­pa­ción popu­lar en la pla­ni­fi­ca­ción, orga­ni­za­ción, eje­cu­ción, con­trol y eva­lua­ción de las accio­nes de salud. Se for­ta­le­ce­rá la polí­ti­ca de cons­truc­ción y man­te­ni­mien­to de los cen­tros de salud peri­fé­ri­cos, que actua­rán coor­di­na­da­men­te con los hos­pi­ta­les públi­cos zona­les y regio­na­les de dis­tin­ta com­ple­ji­dad. Se garan­ti­za­rá la pla­ni­fi­ca­ción volun­ta­ria de la fami­lia en forma gra­tui­ta. Las gran­des clí­ni­cas y sana­to­rios pri­va­dos serán expro­pia­dos, según ley al efec­to, res­pe­tan­do los dere­chos de los peque­ños y media­nos accio­nis­tas.
La polí­ti­ca sani­ta­ria se guia­rá por el prin­ci­pió de que el man­te­ni­mien­to y las accio­nes sani­ta­rias son tarea de todo el pue­blo. Para ello esti­mu­la­rá la acción de los pobla­do­res de cada región, muni­ci­pio, barrio, etc., (res­pon­sa­bles de salud) coor­di­na­da­men­te con los pro­fe­sio­na­les y demás tra­ba­ja­do­res de salud, den­tro de las fina­li­da­des del sis­te­ma nacio­nal inte­gra­do por el sec­tor públi­co y las obras socia­les. Estimulará, a su vez, la com­bi­na­ción de la medi­ci­na popu­lar con la medi­ci­na uni­ver­si­ta­ria y la for­ma­ción de tra­ba­ja­do­res de salud con enfo­ques mul­ti­dis­ci­pli­na­rios y comu­ni­ta­rio-socia­les.
Los hos­pi­ta­les serán cen­tro de inves­ti­ga­ción de los pro­ble­mas sani­ta­rios regio­na­les y se desa­rro­lla­rán pro­gra­mas espe­cia­les de pre­ven­ción y asis­ten­cia de enfer­me­da­des regio­na­les y endé­mi­cas (cha­gas, mal de los ras­tro­jos, palu­dis­mo, hida­ti­do­sis, alco­ho­lis­mo, etc.). Se pres­ta­rá espe­cial cui­da­do a los pla­nes de aten­ción mater­no infan­ti­les, y se ten­drá una polí­ti­ca nacio­nal de medi­ca­men­tos e insu­mos médi­cos, desa­rro­llan­do su pro­duc­ción a tra­vés de una empre­sa nacio­nal de medi­ca­men­tos. Con esa fina­li­dad se expro­pia­rá a los gran­des mono­po­lios pro­duc­to­res de medi­ca­men­tos e insu­mos médi­cos.
Lucha acti­va con­tra la droga con pro­gra­mas pre­ven­ti­vos socia­les y de aten­ción y recu­pe­ra­ción de los afec­ta­dos, sani­ta­ria y comu­ni­ta­ria, inclu­yen­do tra­ta­mien­to indi­vi­dual y fami­liar.

c) Educación, cultura y deporte

1) El Estado popu­lar revo­lu­cio­na­rio garan­ti­za­rá la edu­ca­ción públi­ca, obli­ga­to­ria, gra­tui­ta, laica, popu­lar, sobre bases y con­te­ni­dos cien­tí­fi­cos y demo­crá­ti­cos. No sub­si­dia­rá nin­gún tipo de ense­ñan­za pri­va­da. Se res­pe­ta­rá la pro­pie­dad de los due­ños que no se sumen a la con­tra­rre­vo­lu­ción, ejer­cién­do­se un estric­to con­trol sobre ellos al igual que sobre el resto de la edu­ca­ción.
Los pla­nes y regí­me­nes de estu­dio serán fija­dos por el Estado para el nivel de la rama res­pec­ti­va. Los órga­nos de poder local com­ple­men­tán­do­se con los con­se­jos estu­dian­ti­les, docen­tes y no docen­tes, ejer­ce­rán fun­cio­nes de admi­nis­tra­ción, con­trol y acce­so­ria.
Se modi­fi­ca­rán los pla­nes de estu­dio de modo que corres­pon­dan con los obje­ti­vos de la revo­lu­ción popu­lar, agra­ria y anti­im­pe­ria­lis­ta, en mar­cha al socia­lis­mo, par­tien­do de las carac­te­rís­ti­cas y tra­di­cio­nes de cada zona, pro­vin­cia o región.
Se tra­ta­rá de com­bi­nar la teo­ría con la prác­ti­ca en todos los nive­les de la ense­ñan­za, prio­ri­zan­do los avan­ces de la inves­ti­ga­ción cien­tí­fi­ca y su inte­gra­ción con la prác­ti­ca pro­duc­ti­va y la lucha de cla­ses, aten­dién­do­se a las carac­te­rís­ti­cas de las dis­tin­tas pro­vin­cias y regio­nes. Se garan­ti­za­rán con­di­cio­nes demo­crá­ti­cas tanto en el terre­no de la orga­ni­za­ción gre­mial de docen­tes y estu­dian­tes como en la rela­ción docen­te-alum­no. Se pro­mo­ve­rá la inser­ción de las per­so­nas de avan­za­da edad a las tare­as edu­ca­ti­vas y cul­tu­ra­les para que pue­dan vol­car su expe­rien­cia y cono­ci­mien­to a la comu­ni­dad.
Se ase­gu­ra­rá prio­ri­ta­ria­men­te el ingre­so en todos lo nive­les edu­ca­ti­vos y, en par­ti­cu­lar en sus nive­les supe­rio­res, de los obre­ros indus­tria­les, rura­les y cam­pe­si­nos pobres. Se res­pe­ta­rá y se ense­ña­rá la cul­tu­ra y la his­to­ria de los abo­rí­ge­nes. Se imple­men­ta­rá la ense­ñan­za bilin­güe tenien­do en cuen­ta la len­gua mater­na de cada comu­ni­dad.
Se gene­ra­li­za­rán los come­do­res esco­la­res gra­tui­tos, se crea­rán escue­las hoga­res en las zonas rura­les y se amplia­rá la red de jar­di­nes de infan­tes, jar­di­nes mater­na­les y de escue­las de ense­ñan­za espe­cial y reha­bi­li­ta­ción para todos los dis­ca­pa­ci­ta­dos. Se exten­de­rá la escue­la de jor­na­da com­ple­ta a todas las pro­vin­cias.
Se hará una gran cam­pa­ña de movi­li­za­ción de masas para erra­di­car el anal­fa­be­tis­mo y el semia­nal­fa­be­tis­mo.
Se crea­rán nue­vas escue­las pri­ma­rias y secun­da­rias en zonas rura­les y peri­fé­ri­cas de gran­des cen­tros urba­nos. Se exten­de­rán los tur­nos de ense­ñan­za de tal mane­ra que los obre­ros indus­tria­les, rura­les y cam­pe­si­nos pobres pue­dan capa­ci­tar­se.
Se dará prio­ri­dad a la ense­ñan­za poli­téc­ni­ca y espe­cia­li­za­da. Se ase­gu­ra­rá y desa­rro­lla­rá la edu­ca­ción físi­ca, el depor­te y la recrea­ción en todos los nive­les de la ense­ñan­za.
La Universidad del pue­blo libe­ra­do será cien­tí­fi­ca, demo­crá­ti­ca y popu­lar. Estará al ser­vi­cio de las trans­for­ma­cio­nes revo­lu­cio­na­rias en la indus­tria, el campo, la salud, la jus­ti­cia, el desa­rro­llo inde­pen­dien­te y la defen­sa nacio­nal. Se ase­gu­ra­rá prio­ri­ta­ria­men­te la entra­da de los obre­ros indus­tria­les, rura­les y cam­pe­si­nos pobres. Como medi­das inme­dia­tas se crea­rá un sis­te­ma espe­cial de becas, se mul­ti­pli­ca­rán las vivien­das estu­dian­ti­les, se rea­bri­rán los come­do­res uni­ver­si­ta­rios y se adap­ta­rán pla­nes de estu­dio espe­cia­les para los tra­ba­ja­do­res que no pue­dan asis­tir regu­lar­men­te a las cla­ses.
Por su con­te­ni­do la ense­ñan­za uni­ver­si­ta­ria será: popu­lar, cien­tí­fi­ca y demo­crá­ti­ca. Se garan­ti­za­rá la más amplia demo­cra­cia inter­na y el deba­te de las dis­tin­tas corrien­tes del pen­sa­mien­to. Se anu­la­rá todo com­pro­mi­so con orga­nis­mos impe­ria­lis­tas.
La Universidad será autó­no­ma y su gobier­no será ejer­ci­do en forma igua­li­ta­ria por los estu­dian­tes, docen­tes, no docen­tes y gra­dua­dos.
Se crea­rán ins­ti­tu­tos regio­na­les y zona­les, adap­ta­dos a los reque­ri­mien­tos espe­cí­fi­cos de cada lugar. Se otor­ga­rán títu­los inter­me­dios.
2) Se pro­mo­ve­rá el desa­rro­llo de una cul­tu­ra anti­im­pe­ria­lis­ta y anti­te­rra­te­nien­te de las masas popu­la­res, una cul­tu­ra nacio­nal, cien­tí­fi­ca y popu­lar, diri­gi­da por la ideo­lo­gía y las con­cep­cio­nes cul­tu­ra­les del pro­le­ta­ria­do.
Se defen­de­rá el patri­mo­nio cul­tu­ral en sus más diver­sas mani­fes­ta­cio­nes. Se res­ca­ta­rán aque­llas expre­sio­nes de cul­tu­ra obre­ra, cam­pe­si­na, indí­ge­na y todas las pro­duc­cio­nes de con­te­ni­do nacio­nal y popu­lar, repri­mi­das o pos­ter­ga­das por la cul­tu­ra oli­gár­qui­co-impe­ria­lis­ta. Se impul­sa­rá la inves­ti­ga­ción en todos los cam­pos de la rea­li­dad social y cul­tu­ral y se esti­mu­la­rá la pro­duc­ción artís­ti­ca popu­lar (cine, tea­tro, músi­ca, lite­ra­tu­ra, artes plás­ti­cas). Se des­ti­na­rán fon­dos para alen­tar las acti­vi­da­des cul­tu­ra­les y se garan­ti­za­rá la liber­tad de crea­ción, otor­gán­do­se sub­si­dios, pre­mios, etc.
Se impul­sa­rá el inter­cam­bio cul­tu­ral y cien­tí­fi­co con todos los paí­ses del mundo para que nues­tra cul­tu­ra de raíz indo­a­me­ri­ca­na se enri­quez­ca incor­po­ran­do crí­ti­ca­men­te los ele­men­tos más avan­za­dos de la cul­tu­ra uni­ver­sal.

3) Gratuidad de todos los cen­tros depor­ti­vos y recrea­ti­vos en par­ques y espa­cios abier­tos, fomen­tan­do la edu­ca­ción físi­ca y el depor­te masi­vo.
Eliminación de la comer­cia­li­za­ción del depor­te.
Red nacio­nal de camptngs y alber­gues juve­ni­les gra­tui­tos en todo el país. Revisación médi­ca gra­tui­ta para todos los depor­tis­tas.

d) Defensa nacional

Desarrollo de una polí­ti­ca de defen­sa nacio­nal basa­da en las fuer­zas arma­das revo­lu­cio­na­rias y en la movi­li­za­ción arma­da y civil del pue­blo.
Todos los miem­bros de las fuer­zas arma­das revo­lu­cio­na­rias ten­drán igua­les dere­chos que los demás ciu­da­da­nos. Se des­te­rra­rán las jerar­quías y cas­tas de las vie­jas fuer­zas arma­das y sólo se reco­no­ce­rán como prin­ci­pios de direc­ción y de mando: el espí­ri­tu revo­lu­cio­na­rio, las cua­li­da­des com­ba­ti­vas y la pre­pa­ra­ción téc­ni­ca. Las nue­vas fuer­zas arma­das par­ti­ci­pa­rán en la pro­duc­ción, ligán­do­se así fuer­te­men­te al pue­blo tra­ba­ja­dor.
Se man­ten­drá el ser­vi­cio mili­tar obli­ga­to­rio con el fin de pre­pa­rar para la defen­sa de la Patria y la Revolución a toda la pobla­ción. Las muje­res reci­bi­rán ins­truc­ción mili­tar y se impul­sa­rá su par­ti­ci­pa­ción en todos los nive­les de las fuer­zas arma­das popu­la­res. La situa­ción de los vete­ra­nos y de los huér­fa­nos de gue­rra será obje­to de un tra­ta­mien­to legis­la­ti­vo espe­cial, reco­no­cien­do su con­tri­bu­ción a la defen­sa de la Patria y de la Revolución.

e) Política internacional

El gobier­no popu­lar revo­lu­cio­na­rio se soli­da­ri­za­rá acti­va­men­te con todos los paí­ses que hayan empren­di­do un rumbo anti­im­pe­ria­lis­ta y revo­lu­cio­na­rio, pro­mo­ve­rá la uni­dad lati­no­a­me­ri­ca­na y del Tercer Mundo con­tra las dos super­po­ten­cias impe­ria­lis­tas, la URSS y los Estados Unidos, y prac­ti­ca­rá una polí­ti­ca acti­va den­tro del Tercer Mundo para liqui­dar los res­tos del sis­te­ma colo­nial. Respetará la sobe­ra­nía de todos los paí­ses y al mismo tiem­po dará apoyo a los lucha­do­res revo­lu­cio­na­rios de todo el mundo.
Se bre­ga­rá por man­te­ner rela­cio­nes diplo­má­ti­cas con todos los paí­ses del mundo, sobre la base de los prin­ci­pios de coe­xis­ten­cia pací­fi­ca entre los Estados: res­pe­to a la sobe­ra­nía e inde­pen­den­cia; no agre­sión recí­pro­ca; no inter­ven­ción en los asun­tos inter­nos de un país por parte de otro; igual­dad y bene­fi­cio recí­pro­co.
Se renun­cia­rá a todo tipo de pac­tos o acuer­dos secre­tos, y se hará una diplo­ma­cia abier­ta para las gran­des masas. Se revi­sa­rá la per­te­nen­cia a pac­tos que pue­dan afec­tar la sobe­ra­nía nacio­nal. Se enfren­ta­rá la polí­ti­ca hege­mo­nis­ta y agre­si­va de las dos super­po­ten­cias pro­mo­vien­do un fren­te común con los paí­ses lati­no­a­me­ri­ca­nos y del Tercer Mundo y se lucha­rá por la recu­pe­ra­ción de las islas Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur y mares adya­cen­tes, la sobe­ra­nía plena sobre nues­tra pla­ta­for­ma sub­ma­ri­na y sobre el sec­tor antár­ti­co argen­ti­no.
Se pro­mo­ve­rá en los orga­nis­mos inter­na­cio­na­les el res­pe­to a la inte­gri­dad terri­to­rial de los paí­ses y el dere­cho a la sobe­ra­nía sobre las 200 millas marí­ti­mas.
Se prac­ti­ca­rá una polí­ti­ca de soli­da­ri­dad e inte­gra­ción con los pue­blos y paí­ses de América Latina basa­da en la com­ple­men­ta­ción eco­nó­mi­ca, la solu­ción pací­fi­ca de los con­flic­tos, el res­pe­to mutuo y la defen­sa y desa­rro­llo de las cul­tu­ras y tra­di­cio­nes nacio­na­les. Solidaridad acti­va en la lucha anti­he­ge­mo­nis­ta y anti­im­pe­ria­lis­ta, en el cami­no de ir con­so­li­dan­do, la uni­dad y coo­pe­ra­ción pro­gre­si­va de todos los pue­blos y nacio­nes de Latinoamérica.
El gobier­no popu­lar revo­lu­cio­na­rio lucha­rá con­tra la polí­ti­ca de mono­po­lio ató­mi­co de las gran­des poten­cias y se esfor­za­rá por unir­se a las cam­pa­ñas por el des­ar­me ató­mi­co y la des­truc­ción del arse­nal ató­mi­co mun­dial y por el reti­ro de todas las bases y tro­pas mili­ta­res en el extran­je­ro, res­pe­tan­do el dere­cho sobe­ra­no de todas las nacio­nes, sean ellas gran­des o peque­ñas.