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08 de agosto de 2013

La propuesta de Paso al Frente para compensar la producción avícola entrerriana para que la crisis no la paguen los trabajadores y el pueblo pueda comer lo que necesite o quiera.

Propuestas para la industria avícola en Entre Ríos

Ante otro intento de descargar la crisis sobre los trabajadores

Los obreros de frigoríficos avícolas de Entre Ríos ven zozobrar sus puestos de trabajo. El frigorífico Fepasa en Concepción del Uruguay, uno de los más grandes de la provincia (600 obreros) junto con el de Tres Arroyos (otros 600 en Santa Elena), cerró primero el turno noche y en este momento trabaja solamente en turno mañana. Reducen la masa salarial obligando al personal a trabajar sólo quince días al mes. Ante esto, el frente Paso al Frente manifestó su solidaridad con estos obreros y presentó una serie de propuestas para que la crisis no la paguen los trabajadores.

Frente a la reducción del 25% del mercado externo y por la alta dependencia de las exportaciones, los empresarios de los grandes frigoríficos avícolas intentan salvarse descargando el ajuste sobre el trabajador. Ya lo venían haciendo con el incremento de los ritmos de producción, provocando graves accidentes laborales. Ahora mismo, están pagando salarios con atraso, cerraron turnos de trabajo y aceleraron la rotación en cámara para no pagar el plus correspondiente. Los obreros viven la incertidumbre de tener trabajo quince días al mes y ven peligrar sus puestos de trabajo.

Hay bronca, sobre todo porque estos empresarios fueron unos de los grandes beneficiados del modelo sojizador kirchnerista que en la provincia ejecuta Urribarri. Es por demás conocido el enorme apoyo que Cristina Fernández le ha dado a la Granja Tres Arroyos. Estuvo en Concepción del Uruguay visitando la planta, y casi siempre hay representantes de la firma en sus actos. También es muy tenido en cuenta por Urribarri, quien suele hablar de las maravillas de la industria avícola en su Facebook al señalar que “nuestra provincia es la primera productora nacional avícola: producimos casi el 45% de los pollos faenados en el país y tenemos el 47% de las exportaciones de productos avícolas. Esto es producto de un Estado que genera las condiciones para que nuestras industrias se desarrollen y promueve activamente la producción y la comercialización de nuestros productos”.

 

El gobierno subsidió a los empresarios y no a los empleados

El candidato a senador por la lista Paso al Frente (FAP–501 C) y dirigente de la CCC, Víctor Sartori (PTP–PCR) recordó que “mientras Argentina crecía a tasas chinas gracias a un viento de cola de la economía mundial”, el modelo del gobierno K “metía plata en el complejo avícola como respuesta al faltante de carne de vaca que provocaba la soja”. Como dijo la ministra de Industria, Débora Giorgi, el sector avícola tuvo “un incremento en la producción superior al 168 por ciento”. En aquel momento, cuando mejor venía la economía, “el gobierno subsidiaba como compensación a los dueños de los frigoríficos avícolas, no a sus empleados ni a los productores, sino a los empresarios con 1.8 kg de maíz por kilogramo de pollo que se vendía al mercado interno”, fustigó e ilustró que “esto representaba el 75 por ciento de la producción diaria y el otro 25 por ciento iba a la exportación”. La fórmula de la industria avícola, que tanto elogian Cristina y Urribarri, es igual a “salarios por debajo de la canasta familiar, jornadas extenuantes y norias a full”, aseveró.

Mientras la juntaban en pala, “nacionalmente, embolsaron en todo este período 2.100 millones de pesos solamente en compensaciones, según los datos oficiales de la Oncca, y como si esto fuera poco, de los Créditos del Bicentenario se llevaron 315 millones de pesos”, informó Sartori. Mientras, del otro lado, “los más de 2.500 obreros de la región de la Costa del Uruguay y los más de 400 productores de los galpones apenas arañaban para llegar a fin de mes”.

 

Apostar al mercado interno

Víctor Sartori sostiene que “los trabajadores tienen en sus manos la solución”. Primero, “hay que apostar en serio al mercado interno para garantizar los puestos de trabajo, porque un modelo realmente nacional y popular tendría en cuenta que hay miles y miles en la Argentina que no llegan a comer ni pollo, y hay un número creciente de trabajadores a los que les cuesta cada vez más llegar a comprarlo”. El gobierno que se dice industrializador, “en su esencia sigue siendo exportador de materias primas, subordinando incluso el consumo interno a esto”. Deben atender la “alta demanda insatisfecha y al tema de los salarios que no le alcanzan a los trabajadores para comprarlo y ni hablar para los miles de desocupados”.

El dirigente de la CCC plantea medidas “una de urgencia y otra a mediano plazo”. Sostiene que “es el momento de compensar la producción avícola entrerriana”. Y explica: “Urribarri, es el encargado de ir a pelear las compensaciones, pero que esta vez no vayan al bolsillo del empresario, sino directamente al sueldo de los trabajadores”. Luego, propone “abaratar el precio final del pollo para que mucha más gente pueda consumirlo”. Se trata de una verdadera “política de Estado concreta para resolver una situación de crisis”. Antes que todo, “el Estado tiene que garantizar que no quede ni un solo trabajador en la calle”.

Sartori fundamenta la propuesta con “una cuenta que es sencilla, y la hemos hecho hace mucho con los mismos trabajadores: tomemos la producción de uno de los frigoríficos de la zona, que con 1.200 obreros faena cerca de 200 mil pollos diarios. Con la compensación de 2 pesos por kg de pollo, teniendo en cuenta pollos de dos kg, en 20 días de producción serían unos 16 millones de pesos, lo que representa 13.000 pesos para cada obrero”. Esto es “lo que se han llevado estos empresarios en este tiempo, porque hay que tener en cuenta que solamente contamos 4 pesos de un pollo que el frigorífico vende como muy barato a 9 pesos. Fepasa está “regalando” según su dueño el cajón de 20kg de pollo entero a 180 pesos, sin contar todo lo que aumenta este número en cada corte. Claro que la salida de fondo es que “tiene que ir acompañado de una recomposición salarial y de generación de empleo para que la gente pueda comer lo que quiera o necesite comer”.