Los manifestantes repartieron leche y panfletos para señalar que desde hace 14 años la producción está estancada, con el agravante de que hay 6.000 tambos menos (con las consecuentes pérdidas de puestos de trabajo y el desarraigo que ello implica). Asimismo, señalaron que la producción de leche cae desde agosto de 2012. Esto, sumado a los bajos precios que recibe el productor –que no alcanzan para cubrir sus costos– acentúa cada vez más el endeudamiento, la descapitalización y, en muchos casos, el abandono de la actividad.
Se repartieron volantes denunciando la brecha entre lo que paga el consumidor y lo que recibe el tambero, que es cada vez más amplia: el precio al productor pasó de 86 centavos a 2 pesos por litro, en promedio, mientras que el precio al consumidor pasó de 1,78 a 7,5 pesos por litro, en promedio.
A la protesta también se llevó una lechera Holando Argentina, llamada simbólicamente Esperanza, que fue ordeñada en puertas del Ministerio.