Una serie de protestas violentas se realizaron en la mayor fábrica de IPhone del mundo, en Zhengzhou, capital de la provincia de Henan (centro), propiedad de Foxconn, empresa taiwanesa, principal subcontratista de Apple, que tiene también fábricas en otros lugares de China. En ésta hay 200.000 trabajadores. La llaman «la ciudad del IPhone».
A pesar de todas las restricciones para las comunicaciones, se vieron videos en los que cientos de empleados marchan, algunos enfrentados por personal de seguridad de la fábrica, con trajes de protección personal, y por policías antimotines. A pesar de ser golpeados por la policía persistieron en su protesta, gritando: “defendamos nuestros derechos”.
Los trabajadores habían firmado un acuerdo salarial para trabajar 30 días por un pago de 3.000 yuanes (unos 420 dólares) ¡y de golpe la cifra bajó a 30!
En un comunicado la empresa dijo que algunos empleados «tenían dudas respecto al salario», pero que la firma cumpliría con los pagos establecidos en los contratos. Los trabajadores también protestaban por la comida durante el encierro y la acumulación de basura. Además no compartir habitaciones con trabajadores enfermos de Covid.
Es frecuente en China que los trabajadores tengan que dormir en las fábricas, alejados de sus lugares de origen. Por eso cientos de trabajadores huyeron de la planta para volver aunque sea a pie a sus lugares, para no verse obligados a entrar en cuarentena.
Xi Jinping insiste en que no se desviará de su política de Covid cero, que consiste en el aislamiento total de las ciudades o zonas donde se detecten casos.
Ahora es justamente Pekín la que enfrenta el momento más complejo y grave de la pandemia.
También a principios de noviembre hubo manifestaciones en Lanzhou, también cercada, después de que un padre denunció que por los retrasos para llevar a su hijo al hospital, no se lo había podido salvar de una intoxicación con monóxido de carbono.
A pesar de que China es uno de los grandes fabricantes de vacunas del mundo, y las exporta a una cantidad de países, es lenta su campaña de vacunación interna.
El principal asesor médico, Nashan Zhong, dijo que había planes para acelerarlo. Para ello no solo es necesaria la producción de vacunas, sino también la de jeringas, en la que están muy escasos, además de personal de salud y otra gente que colabore con el proceso.
Tengamos en cuenta que la exportación de vacunas, que se realiza a más de 45 países del mundo, forma parte de la política exterior de China.
Escribe Alicia Sourges
Hoy N° 1941 30/11/2022