Presentaremos el proyecto para proteger la exploración, extracción e industrialización del litio considerando a éste como recurso estratégico para la Nación.
La producción de litio ha pasado a tener una importancia clave en el mundo debido a que se trata de un mineral no renovable capaz de almacenar energía limpia no contaminante, la misma puede coexistir y reemplazar la combustión de petróleo y gas y tiene múltiples aplicaciones. Las empresas tecnológicas de los países imperialistas y las corporaciones automotrices se encuentran en una carrera frenética por abastecerse de la materia prima como carbonato de litio o cloruro de litio que hace posible llegar a la producción de baterías y aplicaciones más complejas.
Argentina es parte del triángulo del litio junto con Bolivia y Chile, donde están el 85% de las reservas mundiales de este mineral. Pero desde la época menemista, distintos monopolios extranjeros se han ido adueñando de los yacimientos donde se extrae la salmuera en los grandes salares localizados en las provincias de Catamarca, Salta, y Jujuy. Fue Menem quien entregó el “Salar del Hombre Muerto” a una empresa norteamericana y sancionó la Ley de Inversiones Mineras, que les garantiza desde aquella época hasta el día de hoy, a todas las empresas mineras radicadas en el país, 30 años de estabilidad fiscal, enormes beneficios impositivos, y la baja de regalías al irrisorio 3%, además de reintegros a las exportaciones.
En estos días se están exportando desde Jujuy, Salta y Catamarca miles de toneladas de carbonato y cloruro de litio hacia Asia, Norteamérica y Europa. El valor de exportación del litio que reportan las empresas en declaraciones juradas es muy inferior al del mercado internacional que llegó hasta los 80.000 dólares por tonelada. Es sobre estas declaraciones juradas ficticias que pagan regalías y retenciones y no sobre el valor real que tiene este mineral en el mercado.
La Argentina nuevamente está perdiendo una oportunidad histórica, porque en la industria, la aplicación de litio genera una cadena de valor que eleva su precio y se multiplica por diez, por cien, por miles y hasta por decenas de miles, según sea su aplicación en baterías para automóviles, farmacéutica, comunicación, electrónica, energía nuclear, en los satélites espaciales o en usos militares. Por esto es que se trata de un recurso natural estratégico que hace a la soberanía y la defensa nacional.
Es imprescindible avanzar en medidas concretas que permitan la industrialización en origen con los debidos resguardos ambientales y de respeto a los pueblos originarios. No hay posibilidad de crecimiento e inclusión social si no se desarma el modelo extractivista-exportador. Por eso necesitamos modificar el código minero y la ley de Inversiones Mineras para avanzar con un modelo de desarrollo nacional y de defensa de nuestra soberanía.
Declarar al litio como recurso estratégico nos dará una herramienta clave para ayudar a salir de la crisis en la que venimos inmersos desde hace mucho años, avanzando por el camino de afirmar la soberanía nacional, siguiendo los pasos de las gestas soberanas que llevaron adelante los Generales Enrique Mosconi con el petróleo y Manuel Savio con el acero.