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21 de julio de 2021

Crece la disputa imperialista sobre este recurso fundamental

Que el litio se quede en la Argentina

Publicamos una nota basada en extractos del reportaje que le hiciera el sitio nacionalypopular.com al compañero Benito Carlos Aramayo, profesor emérito de la Universidad de Jujuy y miembro del Comité Central del PCR.

Decía en esta nota Aramayo que “se ha puesto de moda en el mundo la cuestión de la movilidad eléctrica; la totalidad de los países que son productores de automóviles están en una carrera frenética por lograr aprovisionarse de la materia prima que hace posible llegar a la metalización de litio. En nuestra región de América Latina existe lo que se llama el ‘Triángulo de litio’, en la que Bolivia tiene la mayor reserva de salares que hay en el mundo, después estamos con una cantidad importante en la Argentina y también tiene Chile.

“Las empresas que se han instalado en Jujuy, en Salta y en Catamarca tienen paquetes accionarios donde predominan grupos provenientes de China, Canadá, Australia y Japón. En Jujuy hay una empresa en producción, Sales de Jujuy de capitales australianos y japoneses, que está exportando aproximadamente unas diecisiete mil toneladas anuales. La otra empresa se llama Exar, cuyo paquete accionario mayoritario es de China, va a empezar a producir en el 2022.

“Durante el gobierno de Eduardo Fellner se creó hace diez años una empresa de energía: Jemse (Jujuy Energía Sociedad del Estado) para ser parte minoritaria de las empresas instaladas, tiene un 8,5 % del paquete accionario. El objetivo de las empresas multinacionales es llevarse el carbonato de litio, que  se obtiene con el  procesamiento que se hace de la salmuera que está en los salares. La salmuera se procesa con un método que usa mucha agua dulce. Las comunidades originarias de la zona de los salares se oponen en su mayoría a este método, porque afectan las napas de agua que utilizan para el cultivo y el ganado”.

Aramayo dice que hay que poner en discusión qué tipo de minería y qué procesamiento va a aplicarse en el tratamiento de la salmuera, y que “Es muy importante que tengamos claro que no se está sacando el litio metálico, aquí no hay ningún tipo de procesamiento industrial del litio. El 14 de mayo, el gobernador Gerardo Morales, con la presencia del ministro de la Producción del gobierno nacional firmó una carta de intención con la empresa Ganfeng Lithium que es la que tiene mayoría en el paquete accionario de Exar. Se hizo una conexión virtual con el actual embajador en China, Sabino Vaca Narvaja y se presentó este acto con el anuncio de que se iba a fabricar en Jujuy baterías de litio. En realidad se llevarán el carbonato de litio a China para mineralizarlo y obtener las barras de litio que son un componente de las baterías de litio para automóviles”.

“El mundo asiste a un debate sobre la contaminación y sobre el cambio climático, y entonces las terminales automotrices están en una carrera desenfrenada por hacerse de los yacimientos donde hay carbonato de litio. Los países imperialistas se proponen en esta carrera ver quién llega primero, estamos en el medio de una puja mundial por las fuentes donde se puede extraer el carbonato de litio”.

 

El litio y el golpe a Evo Morales

El compañero Aramayo dice que la disputa por el litio estuvo en el trasfondo del golpe de Estado en Bolivia a fines de 2019: “tuvo que ver con el grado de avance que tenía el proyecto de fabricación de baterías en Bolivia y hasta la fabricación de automóviles impulsados con batería. Los compañeros bolivianos, en el gobierno de Evo Morales, tenían ya el prototipo de las baterías de litio para proveer a la telefonía celular. Recordarán tal vez una escena en donde Evo Morales se subió a un prototipo de automóvil impulsado por una batería de litio”.

Agrega el entrevistado que si se empieza la producción sistemática -con el método que se usa en la actualidad- en el “Triángulo del litio”, y en otros salares que hay en el mundo, “tendríamos probablemente  carbonato de Litio para cuarenta años, después no habrá más reservas. Por esa razón, los científicos ya están discutiendo si los automóviles en un futuro se van a basar en el hidrógeno como combustible.

“Hoy en los países dependientes como el nuestro que tienen enormes reservas de salares estamos en un momento de aguda disputa, de intensa práctica de penetración de capitales extranjeros, para llegar al carbonato de litio y a las baterías. El litio tiene una cadena de valor que se multiplica según para qué se use. El Instituto del Litio en Jujuy hizo un cálculo de la cadena de valor con el carbonato de litio a 10 dólares el kilogramo. Cuando se dé el paso hacia el nivel batería,  pasa a valer 120 dólares el kilo. Si es para medicamentos trepa a 900 dólares el kilo, si lo aplicamos en la energía nuclear el valor es de diez mil dólares el kilo. En satélites o todo lo que hace a la carrera espacial ya hablamos de un valor de tres millones de dólares por kilogramo.

 

¿Qué hacemos en un país como el nuestro?

Aramayo hizo referencia a la ley minera que rige en Bolivia, en la que se basó Evo Morales para su proyecto de producción de litio. Esta ley, de los primeros años del gobierno de Evo “dice taxativamente  que ningún proyecto de inversión para la explotación de los recursos naturales, o sea petróleo, gas, después se agregó litio, puede tener ninguna posibilidad de proyección y de concreción si el Estado boliviano no tenía la mayoría y el control de lo que se iba a hacer.

“En cambio, en la Argentina, nosotros estamos bajo la ley minera que impuso el menemismo.

Ley minera en beneficio de las grandes inversiones de capital imperialista. Un ejemplo es que en Jujuy, en el 2018 se estima que la exportación de carbonato de litio fue por un valor cercano a los 200 millones de dólares. A la provincia, por derechos de exportación, le quedaron cincuenta y ocho millones de pesos”.

Si se deja que los  capitales extranjeros continúen en sus planes de hacerse con las reservas de salmuera en América Latina, vamos a ver pasar el tren de la modernización de la movilidad eléctrica, y vamos a ver que se llevan nuestra materia prima, la procesan en los países centrales y nos devuelven las baterías, los celulares, la farmacología, los satélites, etc. Estamos así nuevamente en el viejo esquema de país agroexportador, el modelo que impuso la mal llamada generación del 80”.

Luego contó Aramayo de los distintos proyectos que hay en la Cámara de Diputados, para crear la empresa Yacimientos Litíferos Fiscales (YLF), importantes porque “tenemos que tener un instrumento que sirva de base para discutir una política de industrialización de nuestro litio que sea completa, integral. En los dos proyectos, el del diputado Heller y en el de Koening, se establece un artículo por el cual las empresas que actualmente están radicadas produciendo en las salinas se verán obligadas a darle prioridad al Estado argentino en la venta del carbonato de litio. Esto serviría para que la institución que se cree “tome todo el carbonato de litio que ya se procesó por parte de las empresas que actualmente tienen las concesiones y lo ponga a nivel industrial para metalizarlo e ir por toda la cadena del valor del litio. Desde ya que esto espanta a los capitalistas extranjeros que actualmente están invirtiendo para sacar carbonato de litio y luego vendernos las baterías, porque con YLF podríamos producir en Argentina abastecer con baterías al mercado interno y vendérselo al mundo. Por eso tenemos que poner esto en discusión, como ha pasado con la Hidrovía y la recuperación del Paraná, para decir «El litio se queda en la Argentina».

 

Hoy N° 1873 21/07/2021