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28 de mayo de 2025

A 56 años de la pueblada que hizo temblar a la Argentina oligárquica

¿Qué fue el Cordobazo?

El 29 de mayo de 1969, la clase obrera y el pueblo de Córdoba protagonizó una de las jornadas de lucha que marcarían un antes y un después en la Argentina. Han pasado 56 años, y las enseñanzas de esta gesta y los hechos posteriores tienen total vigencia para la lucha de hoy por derrotar la política reaccionaria y entreguista de Milei. Reproducimos extractos del cuarto tomo de la Historia Argentina de nuestro camarada Eugenio Gastiazoro, quien fuera director del hoy y miembro del Comité Central del PCR.

La política proterrateniente y proimperialista de la dictadura de Onganía fue creando un polvorín de descontento en las masas obreras, campesinas y populares. La clase obrera se puso a la cabeza de la resistencia antidictatorial, destacándose las grandes huelgas de los ferroviarios, portuarios, azucareros, petroleros (particularmente de Ensenada), etc. Luchas con las que empalmaron las grandes movilizaciones estudiantiles convocadas por la Federación Universitaria Argentina.

En el conjunto de las fuerzas políticas de la izquierda argentina se profundizó la diferencia entre el camino reformista y el revolucionario. La muerte heroica del revolucionario comunista Ernesto “Che” Guevara, repercutió hondamente en el pueblo argentino, particularmente en la juventud.

Entre las fuerzas revolucionarias se abrió un debate entre quienes concebían el foco guerrillero como el camino más apto para llegar a la revolución –donde las masas eran espectadoras, reemplazadas por el accionar de grupos revolucionarios armados–, y quienes defendían la concepción leninista que no reemplaza al proletariado ni lo reduce a la simple lucha económica sino que, por el contrario, le asigna el papel de principal protagonista de la lucha política y considera que solo el pueblo en armas, con el proletariado y su partido como vanguardia, puede llevar la revolución al triunfo.

La necesidad de la vanguardia marxista-leninista en la Argentina había madurado en las entrañas del movimiento obrero y revolucionario, a cuyos requerimientos esenciales no servían ni el PC, que había degenerado y abandonado en los hechos el marxismo- leninismo, ni el peronismo, ni el revolucionarismo pequeñoburgués. La fuerza reorganizadora de esa vanguardia surgió principalmente de una ruptura mayor con la dirección reformista del viejo Partido Comunista, aportando los contingentes más numerosos la Federación Juvenil Comunista, con la que confluyeron otros sectores antiimperialistas y revolucionarios organizados en el Movimiento Estudiantil Nacional de Acción Popular (Menap).

Así, el 6 de enero de 1968 se constituyó el Partido Comunista Revolucionario de la Argentina. Dicho partido tendría una participación relevante en las luchas obreras y estudiantiles contra la dictadura que prepararon los cordobazos, rosariazos, tucumanazos, mendozazo, etc., y en esas mismas jornadas.

En esos años, fuerzas muy distintas golpeaban contra la dictadura desde diferentes posiciones. Pero las fuerzas burguesas y pequeñoburguesas negaban la existencia de un polvorín de odio popular próximo a estallar, bajo los pies de la dictadura, como sostuvo entonces el naciente PCR.

El 15 de mayo de 1969 caía asesinado en Corrientes, por las balas de la policía de la dictadura, el estudiante de medicina Juan José Cabral, en medio de una violenta represión a la manifestación que se realizaba contra la privatización del comedor universitario, que había dispuesto el rector Walker (de la Universidad Nacional del Nordeste). La indignación por el asesinato de Cabral hizo que la lucha estudiantil contra la dictadura de Onganía pasara a un nuevo momento en todo el país. En Rosario una manifestación también es baleada y cae allí el estudiante de Ciencias Económicas Ramón Adolfo Bello, el 21 de mayo. En la misma ciudad, el 23 de mayo, en otra manifestación es asesinado el joven metalúrgico Néstor Blanco.

Las movilizaciones se extienden a todo el país. En Córdoba, los trabajadores mecánicos en lucha en defensa del sábado inglés que la dictadura pretendió eliminar, han sido apaleados por la policía el 14 de mayo. Se solidarizan con ellos otros gremios y los estudiantes, y se marcha a un paro de 14 horas con movilización convocado por la CGT cordobesa para el 29 de mayo, a partir de las 10 hs. El mismo fue precedido por asambleas del Smata, Luz y Fuerza, Dinfia, Fiat, etc., donde los obreros masivamente decidieron el paro y la movilización. A su vez, los estudiantes, en una asamblea con más de diez mil participantes, decidieron democráticamente su participación en el paro.

Los obreros y los estudiantes, que venían protagonizando luchas y movilizaciones por las calles de Córdoba, sabían que iban a un combate y se prepararon para ello. En algunas fábricas a través de los cuerpos de delegados, jugando un importante papel las agrupaciones clasistas, se armaron bombas “molotov”, se juntaron piedras y también algunas armas. En el Barrio Clínicas, donde vivían miles de estudiantes que venían del interior y de otras provincias, a través de delegados por manzana y por cuadra organizaron sus fuerzas.

A las 10 de la mañana del 29 de mayo salieron las columnas desde las distintas fábricas. La policía había montado un gran dispositivo para frenar la movilización. En distintos puntos de la ciudad comenzaron los enfrentamientos. En el choque de la columna de la planta Santa Isabel (de la Renault) con la policía, cae asesinado el obrero Máximo Mena. Al correrse la noticia, crece el odio y la masividad. Se multiplican las barricadas. Las columnas obreras combaten palmo a palmo con la policía. Los estudiantes ocupan y se adueñan del Barrio Clínicas. A las 13 horas, la policía se retira derrotada hacia el Cuartel Central.

Los obreros y el pueblo de Córdoba quedaron dueños de la ciudad. El combate de las masas, principalmente de las empresas de concentración proletaria, con un gran papel de los cuerpos de delegados y comisiones internas donde participaban activamente las fuerzas clasistas y la emergente izquierda revolucionaria, desbordó la política burguesa. Al anochecer ingresarían las tropas del Ejército al mando del general Carcagno, pero toda esa noche y el día siguiente la mayor parte de los barrios continuarían en manos del pueblo.

El Cordobazo fue un gigantesco ensayo revolucionario de las masas que introdujo un cambio de calidad en la lucha obrera y popular de nuestro país. Un cambio tal que se puede decir que, después de él, nunca nada volvería a ser igual en la Argentina.

Apenas producido el Cordobazo, se abrió el debate entre los revolucionarios y en el movimiento obrero, centrado en ¿qué le faltó al Cordobazo? Para las organizaciones terroristas faltaron quinientos guerrilleros urbanos. Para las fuerzas reformistas, un acuerdo con las grandes fuerzas burguesas y la “comprensión” de Onganía.

Y para el incipiente PCR se afirmó la necesidad decisiva de que el proletariado tenga su partido de vanguardia para triunfar. Estudió esa experiencia de masas, analizándola a la luz del marxismo- leninismo. Trató de aprender de las masas, de analizar las formas de lucha y organización que las propias masas han encontrado, formas que bocetan el camino de la revolución en nuestro país. Valorando, en ese proceso de democratización del movimiento obrero, el papel de los cuerpos de delegados y su posible transformación en órganos de doble poder en momentos de crisis revolucionaria.

La corriente clasista revolucionaria, incipiente en 1969, fue creciendo y retomando gloriosas tradiciones del proletariado. Nació en Dinfia, tuvo su desarrollo en Perdriel, luego en Santa Isabel, y alcanzó su máxima expresión con el triunfo de la lista Marrón en el Smata de Córdoba, que significó la recuperación del mismo por un frente único en el que tuvieron una participación destacada obreros clasistas revolucionarios junto a obreros peronistas, radicales y de otras corrientes, y que fue dirigida por el PCR (César Gody Alvarez y René Salamanca, posteriormente secuestrados y desaparecidos por la dictadura violovidelista, son parte fundamental de esa experiencia).

Se inició así un proceso de democratización sindical no conocido anteriormente en el país (con permanente consulta a las masas, con un elevado papel de los cuerpos de delegados, con rotación de los dirigentes en sus puestos de trabajo, con una línea de unidad obrera y de unidad con el campesinado pobre y el pueblo, etc.).

 

hoy N° 2061 28/05/2025