Son 50 años de historia. Pero en este gran acto hay muchas compañeras y compañeros que recién están conociendo a nuestro Partido. Es difícil resumirlo en un discurso. Somos, sencillamente, los que hace 50 años rompimos con la dirección del viejo Partido “Comunista”, cuando comprendimos que por su línea revisionista y su traición al Che Guevara, se había convertido en una traba para la lucha por la revolución en la Argentina. Nacimos encabezando las luchas contra la dictadura de Onganía.
Somos los que por esos años cuando nos fundamos, cuando otras fuerzas del campo popular hablaban de reflujo, dijimos que había un polvorín reseco bajo los pies de la dictadura de Onganía. Trabajamos para que el polvorín estalle, y el polvorín estalló.
Participamos de grandes puebladas, el Correntinazo, el Rosariazo, y principalmente el glorioso Cordobazo, que fue un verdadero boceto revolucionario para la clase obrera y el pueblo argentino. De esas luchas nos nutrimos. Somos los que con Gody Álvarez y René Salamanca a la cabeza, recuperamos las banderas del clasismo en el Smata Córdoba.
Encabezando las luchas fuimos ajustando la línea y el programa, y en ese recorrido desembarcamos en las playas del maoísmo, eso nos permitió tomar el marxismo-leninismo-maoísmo como base teórica del Partido. Y que como ciencia de la revolución tenía y tiene que ser estudiada.
También comprendimos que la doctrina no es un recitado, es una guía para la acción que se integra a la realidad de cada país. Y fuimos aprendiendo, desde la realidad de los procesos, que el centro de nuestra política, eran y son las masas y no el activo.
Y que nunca debemos utilizar la dirección de un sindicato, de una organización agraria o de cualquier organismo de masas para sacar una declaración o como trampolín de un frente político, y cuando esto se nos corre nos equivocamos.
Tenemos el ejemplo de René Salamanca, que como secretario del gremio cobraba lo mismo que un obrero en la línea, y los miembros de la directiva del sindicato rotaban con un retorno periódico a la producción. Esa línea y el papel jugado por su Cuerpo de Delegados permitían conocer las distintas opiniones de las masas, saber cuál era su estado de ánimo para la lucha. Esta es nuestra guía.
En esos tiempos, cuando en Argentina se preparaba el golpe de Estado de 1976 fuimos el único partido que como tal llamó a enfrentarlo. Por marxistas-leninistas-maoístas fuimos patriotas y antigolpistas. Y en esa lucha fueron asesinados Enrique Rusconi y otros camaradas.
Y frente a la dictadura asesina de Videla-Viola nos quedamos en Argentina encabezando la resistencia popular. El ejemplo de nuestros mártires, de nuestros desaparecidos, de los que sufrieron la cárcel –muchos de ellos aquí presentes– nos llena de orgullo. Todos ellos Y todos los camaradas que murieron en estos 50 años son nuestra bandera. Y nosotros no olvidamos, porque el olvido es traición.
Somos un Partido que se forjó y aprendió de las grandes luchas del Smata Córdoba en los 70, de la huelga larga del Swift de Berisso en 1979, de la histórica toma de Ford. De las luchas de Terrabusi, de Siderca. Y somos parte de ese contingente de obreros del Astillero Río Santiago, que enfrentó la privatización en los noventa y ahora viene enfrentando la política de Macri y Vidal, que dijeron que habría que dinamitar el Astillero.
También somos motor en las luchas de los originarios y de los campesinos pobres que han forjado la Federación Nacional Campesina. Con el ejemplo de los compañeros caídos como Mártires López.
Somos los que frente al hambre y la desocupación ayudamos a organizar a los desocupados y los precarizados en la gloriosa Corriente Clasista y Combativa de la que acaba de hablar Juan Carlos. Los desocupados de la CCC son ejemplo de organización para la lucha, que nos llenan de orgullo.
Somos un Partido que se forjó y aprendió de las luchas. En 1996 lanzamos la consigna “por un Argentinazo que imponga otra política y otro gobierno”. Y en el 2001, con la revuelta popular del 19 y 20 de diciembre por primera vez en nuestra historia una pueblada nacional volteó un gobierno, pero la clase obrera y el pueblo no coronaron.
En el 2008, cuando el gobierno de Cristina Kirchner cortó ancho con la resolución 125, fuimos impulsores de la rebelión agraria y federal que nació en Maciel, con nuestro querido Vasco Paillole a la cabeza.
Desde su inicio impulsamos y defendimos los Encuentros Nacionales de Mujeres como lugar para todas las voces. Y desde hace 33 años se realizan estos Encuentros, únicos en el mundo, que son el motor de la impresionante oleada de luchas de las mujeres que recorre la Argentina y que aprendieron a repudiar masivamente los abusos, las violaciones y los femicidios que sufren día a día.
¿Y quiénes somos? Somos el Partido de Otto Vargas, eso somos, compañeros…
Derrotar la política de hambre y entrega del gobierno de Macri es una necesidad de nuestro pueblo. Y también es nuestro desafío. Estamos a la cabeza de las luchas y participaremos de las elecciones a través del PTP. Siempre sobre la base de este frente político que se formó en las calles, somos partidarios de ampliarlo para derrotar al macrismo en las urnas y proponemos que sea un frente programático, público y equitativo.
Eso sí, para aclarar. Encabezamos las luchas, trabajamos para el frente, y lo hacemos conscientes que no es a través de estas elecciones amañadas y controladas por las clases dominantes que va a caer el poder de los terratenientes y los monopolios imperialistas. Porque los que nos oprimen son los que tienen la sartén por el mango.
Nosotros no queremos un frente político solo para las elecciones. Con las elecciones y con la lucha en las calles pugnaremos por ampliar y fortalecer este frente político en un sentido revolucionario. Y necesitamos que nuestro Partido pegue un salto en el crecimiento para afirmar ese camino.
Entendemos que el frente político y el Partido son claves para que un día el pueblo alzado pueda destruir este aparato estatal que nos oprime y construir un nuevo Estado de los obreros, los campesinos, de los sectores populares, donde la clase obrera, los campesinos y el pueblo pasen a tener la sartén por el mango.
Nosotros, los comunistas revolucionarios, como hace 50 años, tenemos un objetivo: que la clase obrera y el pueblo tomen en sus manos la lucha por la revolución y podamos imponer un nuevo Estado que resuelva el pan, el techo, el trabajo, la salud y la educación para todos los que habitan nuestro suelo. Ahí sí, nuestro querido pueblo vivirá mejor.
hoy N° 2064 18/06/2025